Aprovechando estas fechas, días familiares y revueltas en el mundo islámico, no me ha parecido mal que conozcamos algunos refranes egipcios sobre la familia. Resulta agradable descubrir que el humor y la sátira también existen en la sociedad islámica, que, como nosotros, son capaces de reírse de sus tradiciones y lamentarse de sus privaciones. Los temas son los propios de la familia: los hijos, el matrimonio, los parientes, la maternidad, las suegras, la soltería o la orfandad. Es de agradecer la traducción literal de los refranes ya que es la única forma de descubrir las imágenes de un mundo diferente al nuestro, de conocer sus costumbres y apreciar sus relaciones. En la mayoría de los casos Rosa Mª Ruiz Moreno, su traductora y comentadora, presenta la equivalencia con el refranero hispánico, lo que a su vez nos permite comprobar la unidad de los intereses e interpretaciones que el hombre, al margen de su nacionalidad, se ha formado sobre la vida.
El hijo más querido es el hijo del hijo.
Bien entiende la madre del mudo el lenguaje de su hijo.
Una escarabaja ve a su hija en la pared, y dice: -Es una perla en un hilo.
Siembra cerca y cásate lejos.
El cuchillo de la familia es romo.
Al que no lo educa la familia, lo educan los días y las noches.
-¡Te casas con mi marido y tienes celos! ¿Cómo es eso?
El marido de dos es un novio cada noche.
Cabra preñada no da cornada.
El que a mi niño le da un dátil, a mí me endulza la boca.
-Suegra, ¿no fuiste nuera? -Lo fui y lo olvidé.
Si tu marido se da cuenta de tu ausencia, termina de pasar el día fuera.
Tu padre el ajo, tu madre la cebolla: ¿de dónde te va a venir el buen olor, desgraciado?
(Rosa Mª Ruiz Moreno, Refranes egipcios de la vida familiar, Departamento de estudios semíticos. Estudios árabes contemporáneos. Universidad de Granada, 1998)
En este cuaderno personal van a aparecer algunas de mis aficiones más queridas: La literatura aforística, los refranes, recomendaciones de libros y música clásica, imágenes y grabados del mundo del libro, y esas "malas notas" que de tarde en tarde se me presentan como si tuvieran algo que decir. La incorporación de nuevas entradas se hará, aproximadamente, todas las semanas.
jueves, 27 de diciembre de 2012
Lichtenberg, un clásico entre los clásicos
Si alguien merece el título de clásico entre los aforistas es sin duda Georg Christoph Lichtenberg, por más que no sea tan sólo un aforista, sino un observador atento a todo lo que recorre su mundo y un anotador de sus impresiones. Lichtenberg (1742-1799) profesor de física de la universidad alemana de Gotinga, dejó a su muerte doce cuadernos, escritos durante 35 años, en los que opinaba sobre cualquier tema que se le presentara, siempre con un escepticismo y un sentido irónico que lo caracterizaría. En vida sólo se le conocen algunas obras satíricas y la publicación, durante más de veinte años, de un Almanaque de bolsillo destinado a las clases acomodadas de su ciudad. Sin embargo serán sus cuadernos los que le harán pasar a la historia de la literatura como uno de los grandes genios alemanes. Admirado por Nietzsche, Goethe, Breton, Freud, Schopenhauer o Canetti, su digno discípulo, ha dominado desde la publicación de sus notas el mundo literario de los textos breves, no hay nadie que habiendo practicado este tipo de escritura no lo tenga como referente, como modelo o, simplemente, como el dios de la literatura de apuntes. Este hombre, pequeño y jorobado, nos deja unos textos a los que volver siempre, en los que buscar y buscarnos es un placer.
La presente selección, traducida por Juan del Solar, abarca los dos primeros cuadernos (1765-1772) y por supuesto no será la única vez que volvamos a ella.
El caracol no construye su casa, sino que ésta le crece en el cuerpo.
La vida puede considerarse una línea que, describiendo una serie de curvas, avanza por encima de una recta (el límite de la vida). La muerte repentina es una caída perpendicular sobre esta recta, y la enfermedad se sitúa en las paralelas a ella.
Hay grados del perder. No poder encontrar una cosa en un tiempo dado, significa haberla perdido. A veces, las circunstancias no permiten deducir si este tiempo será infinito o no, aunque con frecuencia se le considera finito. Uno puede haber perdido realmente algo aunque sepa al mismo tiempo que podría encontrarlo tras media hora de esfuerzos.
Con un gran número de trazos desordenados es fácil configurar un paisaje, pero con sonidos desordenados no se compone música alguna.
Un soldado viejo y muy débil pidió una vez a César permiso para matarse, y César le respondió: ¿Cómo, todavía estás vivo?
A un hombre le dijeron que el alma era un punto, y él replicó que por qué no un punto y coma, ya que así tendría una cola.
Cuando, bajo Carlos V, el Papa fue encerrado por los españoles en el castillo de San Ángel, en todas las iglesias de España se rezó para que Dios liberase al Papa de las manos de sus enemigos.
Hay que hacer que la gente se sienta obligada a cumplir con nosotros a su manera, no a la nuestra.
Hay un refrán inglés que dice: Es demasiado necio para ser loco. En él hay una observación muy fina.
Lo he aprendido todo, no para mostrarlo, sino para utilizarlo.
(Georg Christoph Lichtenberg, Aforismos, traducción de Juan del Solar, Edhasa, 1990)
La presente selección, traducida por Juan del Solar, abarca los dos primeros cuadernos (1765-1772) y por supuesto no será la única vez que volvamos a ella.
El caracol no construye su casa, sino que ésta le crece en el cuerpo.
La vida puede considerarse una línea que, describiendo una serie de curvas, avanza por encima de una recta (el límite de la vida). La muerte repentina es una caída perpendicular sobre esta recta, y la enfermedad se sitúa en las paralelas a ella.
Hay grados del perder. No poder encontrar una cosa en un tiempo dado, significa haberla perdido. A veces, las circunstancias no permiten deducir si este tiempo será infinito o no, aunque con frecuencia se le considera finito. Uno puede haber perdido realmente algo aunque sepa al mismo tiempo que podría encontrarlo tras media hora de esfuerzos.
Con un gran número de trazos desordenados es fácil configurar un paisaje, pero con sonidos desordenados no se compone música alguna.
Un soldado viejo y muy débil pidió una vez a César permiso para matarse, y César le respondió: ¿Cómo, todavía estás vivo?
A un hombre le dijeron que el alma era un punto, y él replicó que por qué no un punto y coma, ya que así tendría una cola.
Cuando, bajo Carlos V, el Papa fue encerrado por los españoles en el castillo de San Ángel, en todas las iglesias de España se rezó para que Dios liberase al Papa de las manos de sus enemigos.
Hay que hacer que la gente se sienta obligada a cumplir con nosotros a su manera, no a la nuestra.
Hay un refrán inglés que dice: Es demasiado necio para ser loco. En él hay una observación muy fina.
Lo he aprendido todo, no para mostrarlo, sino para utilizarlo.
(Georg Christoph Lichtenberg, Aforismos, traducción de Juan del Solar, Edhasa, 1990)
miércoles, 26 de diciembre de 2012
Malas Notas 35
Por fin, tras muchos esfuerzos, había aprendido a decir que "no"; pero ahora era consciente que tendría que aprender a decir "adiós".
Cuando ante la música o la literatura lloramos, sólo lloramos por nosotros mismos.
Tanta admiración siento por el artista como por el científico. Mientras el primero nos muestra qué es el hombre, el segundo nos enseña cómo es.
Dos hombres solos, sólo son dos hombres; dos mujeres solas... no sé cuantos mundos son.
Lo que más me molesta del arte actual es que no soy capaz de reconocer una obra fallida.
Cuando ante la música o la literatura lloramos, sólo lloramos por nosotros mismos.
Tanta admiración siento por el artista como por el científico. Mientras el primero nos muestra qué es el hombre, el segundo nos enseña cómo es.
Dos hombres solos, sólo son dos hombres; dos mujeres solas... no sé cuantos mundos son.
Lo que más me molesta del arte actual es que no soy capaz de reconocer una obra fallida.
La fiesta de la Epifanía, entre Wolf y Goethe
Hugo Wolf sólo vivió cuarenta y tres años pero es recordado por sus cientos de canciones, por la defensa más que exaltada de Wagner y por la psicosis que acabó recluyéndolo en un manicomio. Gran amante de la poesía puso música a los grandes poetas alemanes, Goethe, Mörike, Eichendorf, Heine, Rückert, y a poemas españoles e italianos. Dentro de los poemas de Goethe hemos seleccionado, aprovechando estas fechas, Epifanía, un texto encantador que nos presenta a los tres Reyes Magos más mundanos que conozco, bebedores, comilones y enamoradizos. Buscan al niño pero no dan con él y tienen que apartarse de señores y damas, demasiado estirados, que encuentran en su camino. Dejo como botón de muestra la primera y última estrofa en traducción de Abel Alamillo
Son los tres Reyes Magos con su estrella:
ellos comen y beben, pero no pagan de buena gana;
ellos comen con ganas, ellos beben con ganas,
ellos comen y beben, pero no pagan de buena gana.
Como aquí no hay más que apuestos señores y damas,
pero no se ve ningún buey ni a ningún asno,
entendemos que no nos hallamos en el sitio correcto
y por eso, continuamos de nuevo nuestro camino.
Son los tres Reyes Magos con su estrella:
ellos comen y beben, pero no pagan de buena gana;
ellos comen con ganas, ellos beben con ganas,
ellos comen y beben, pero no pagan de buena gana.
Como aquí no hay más que apuestos señores y damas,
pero no se ve ningún buey ni a ningún asno,
entendemos que no nos hallamos en el sitio correcto
y por eso, continuamos de nuevo nuestro camino.
En esta ocasión está interpretado este lieder por Diana Vranussi, al piano, y el barítono Antonis Kontogeorgiou.
martes, 25 de diciembre de 2012
¿Una R de revolver?
No sé por qué pero esta R me recuerda al oeste. El óvalo central puede ser cualquier ventana del hotel o las dos hojas de la puerta del saloon abiertas hacia el exterior. Y ahí vemos al protagonista, nuestra R, cuadrada ente el peligro, adelantando el pie para sostener su imagen imperturbable. A sus lados las líneas de los tablones de madera conque se ha construido el edificio, con formas que recuerdan las "efes" de los rústicos violines que los irlandeses trajeron desde el viejo continente. ¡Qué suene la música!, porque, aunque no lo veamos, el revolver está a punto de aparecer y el destino se llevará por delante al menos afortunado que, antes de morir, ni siquiera recordará qué hacía ahí tomándose su último whisky.
El último Stafl
Desde agosto de 2011 hemos seguido el recorrido de Otakar Stafl como diseñador de ex-libris. Si el primero lo datábamos en 1909, estos últimos los podemos fechar en 1945. Son sus últimas obras porque poco después perdería la vida en un bombardeo aliado sobre su ciudad, Praga. Dos motivos, muy presentes en sus anteriores trabajos, aparecen también en sus últimas obras, el paisaje de su tierra y la naturaleza. Si en uno dominamos la llanura desde la atalaya de una fortificación, en el otro un jarrón con seis claveles rojos y una polvera nos identifica a su propietaria. Como casi siempre desconocemos a los afortunados poseedores de una biblioteca que cuenta entre sus páginas con ex-libris del artista checo. Por nuestra parte sólo nos queda despedirnos del pintor y diseñador que nos ha acompañado tanto tiempo.
Otros refranes
Siempre me ha llamado la atención que dentro de los estudiosos del mundo tradicional hayan prevalecido las sotanas. ¿Qué Dios esperan encontrar entre los refranes? ¿Qué cielo les ofrecen las canciones? ¿Con qué cuento pretenden cumplir su penitencia? Al margen de estas consideraciones, su influencia se ha hecho notar en la exclusión de motivos poco apropiados a sus gustos. Y no estoy hablando del anticlericalismo, tan arraigado en nuestras tierras que ni ellos mismos han podido ocultar, me refiero a las manifestaciones eróticas y malsonantes que desde su situación privilegiada nos han arrebatado. Es seguro que en sus encuestas y recopilaciones les ha debido llegar múltiples textos que una vez en sus mesas de trabajo han quedado fuera de lo publicable. Todos sabemos que para gustos colores y como dice el refrán Hay ojos que de legañas se enamoran, y que la tradición como manifestación de una cultura popular no puede ser escogida sino asumida en su totalidad. Por ello es de agradecer que en la actualidad los estudiosos del folklore no pongan reparos a ninguna manifestación, por grosera o chabacana que pueda parecer, que del pueblo les llegue. En la revista Paremia encontramos un apartado, El refranero hoy, donde nos ofrecen encuestas realizadas en la actualidad. Con una selección de las aparecidas en el nº 5 os dejamos.
A la mujer y al papel, hasta el culo le has de ver.
A los amigos: el culo. A los enemigos: por el culo. Y a los indiferentes: la legislación vigente.
Cada día que amanece el número de tontos crece.
Cuando alguien tiene un vicio, o se caga en la puerta o lo hace en el quicio.
El abad manda que cavéis el huerto y que después subamos a merendar.
El que para pobre está "apuntao" le da igual estar de pie que "sentao".
Entre tres la tenían y ella meaba, y no meaba a gusto la condenada.
La legaña y el moco se llevan poco.
Se tapaba Marijuela y se dejaba el culo fuera.
Treinta monjes y un abad, no pueden hacer cagar a un asno contra su voluntad.
Perecita ¿quieres sopas? Ay sí señora, unas pocas. Perecita pon el puchero. Ay no señora, ya no las quiero.
Tres cosas pido su Dios me las diese: la tela, el telar y la que teje.
(Revista Paremia, nº 5, Asociación Cultural Independiente, Madrid, 1996)
A la mujer y al papel, hasta el culo le has de ver.
A los amigos: el culo. A los enemigos: por el culo. Y a los indiferentes: la legislación vigente.
Cada día que amanece el número de tontos crece.
Cuando alguien tiene un vicio, o se caga en la puerta o lo hace en el quicio.
El abad manda que cavéis el huerto y que después subamos a merendar.
El que para pobre está "apuntao" le da igual estar de pie que "sentao".
Entre tres la tenían y ella meaba, y no meaba a gusto la condenada.
La legaña y el moco se llevan poco.
Se tapaba Marijuela y se dejaba el culo fuera.
Treinta monjes y un abad, no pueden hacer cagar a un asno contra su voluntad.
Perecita ¿quieres sopas? Ay sí señora, unas pocas. Perecita pon el puchero. Ay no señora, ya no las quiero.
Tres cosas pido su Dios me las diese: la tela, el telar y la que teje.
(Revista Paremia, nº 5, Asociación Cultural Independiente, Madrid, 1996)
sábado, 15 de diciembre de 2012
Otro poeta aforista
Nos volvemos a encontrar con un poeta que entre su producción literaria opta en algún momento por el estilo aforístico. El poeta norteamericano Wallace Stevens (1879-1955) siguiendo, o prediciendo, lo que también otros poetas mostrarían en sus aforismos, nos regala una colección donde reflexiona sobre el hecho poético. La poesía nos la muestra no sólo como una manifestación del espíritu, sino como una religión, la única, que da sentido a la vida. Es a través de la poesía como conocemos la realidad, como entendemos la naturaleza; son las palabras quienes manifiestan y crean lo más valioso de la vida. Los poemas renuevan la visión de los objetos y prestigian al mundo. Muchos de sus aforismos, debido a estas creencias casi esotéricas, parecen claves secretas de sociedades ocultas. No sabemos qué pretende comunicarnos, nos sentimos pobres individuos huérfanos de su conocimiento y casi repudiados por nuestra ignorancia. En este sentido se aparta de la gran tradición aforística donde lo importante era el deslumbrar, el sorprender, la aprehensión inmediata de la frase, aunque tuviera segundas y terceras lecturas. Aun así aquí dejamos algunos de sus aforismos.
A la larga, la verdad no importa.
El poeta teje vestidos de seda con gusanos.
El arte implica muchísimo más que el sentido de la belleza.
Lo que cuenta es la creencia, no el dios.
Un viaje por el espacio es lo mismo que un viaje por el tiempo.
Un futuro nuevo sale a cuenta.
El sentimentalismo es un fracaso del sentimiento.
A medida que la razón destruye, el poeta debe crear.
No hay diferencia entre dios y su templo.
La guerra es el fracaso periódico de la política.
Uno no escribe para ningún lector excepto para sí mismo.
No todos los días el mundo se ordena en un poema.
(Wallace Stevens, Aforismos completos, trad. Daniel Aguirre, Lumen, 2011)
A la larga, la verdad no importa.
El poeta teje vestidos de seda con gusanos.
El arte implica muchísimo más que el sentido de la belleza.
Lo que cuenta es la creencia, no el dios.
Un viaje por el espacio es lo mismo que un viaje por el tiempo.
Un futuro nuevo sale a cuenta.
El sentimentalismo es un fracaso del sentimiento.
A medida que la razón destruye, el poeta debe crear.
No hay diferencia entre dios y su templo.
La guerra es el fracaso periódico de la política.
Uno no escribe para ningún lector excepto para sí mismo.
No todos los días el mundo se ordena en un poema.
(Wallace Stevens, Aforismos completos, trad. Daniel Aguirre, Lumen, 2011)
K 379 de Mozart
Mozart (1756-1791) compuso esta sonata, nº 27, para violín y piano a los veinticinco años, sólo diez antes de su muerte. La escribió cuando estaba a punto de abandonar el servicio del príncipe-arzobispo Colloredo, realmente, poco antes de ser despedido. Consta de tres movimientos de los que hemos seleccionado el segundo, allegro. En este movimiento, de una energía manifiesta, el compositor no se decide a dar preeminencia a ninguno de los instrumentos, sucediéndose un pulso ininterrumpido en que la balanza no acaba por volcarse hacia ningún lado. Y mientras la lucha se escenifica vemos cómo se encadenan momentos alegres y serenos, con otros intensos y reflexivos, acabando con un dramatismo que nos acerca a la tragedia. Anne-Sophia Mutter, al violín, y Lambert Orkis, al piano, nos ofrecen esta maravillosa versión.
domingo, 9 de diciembre de 2012
Malas Notas 34
La muerte es la más inoportuna de las diosas.
Tal vez no sería tan terrible la muerte si al menos nos dejara asistir a nuestro entierro.
Uno de los inconvenientes de la muerte es que no te permite conocer el final del libro que estabas leyendo, ni el inicio del que ibas a empezar.
Es mi amigo aquel que no me gustaría asistir a su entierro y no me importaría que él asistiera al mío.
Primo Levi escribió una serie de narraciones sobre su experiencia en los campos de concentración con el título de Pretérito perfecto. Castilla del Pino, por su parte, tituló Pretérito imperfecto sus memorias que abarcan la guerra civil y la posguerra. Pero este tipo de recuerdos no pueden conjugarse como no sea con el Pretérito terrible.
Tal vez no sería tan terrible la muerte si al menos nos dejara asistir a nuestro entierro.
Uno de los inconvenientes de la muerte es que no te permite conocer el final del libro que estabas leyendo, ni el inicio del que ibas a empezar.
Es mi amigo aquel que no me gustaría asistir a su entierro y no me importaría que él asistiera al mío.
Primo Levi escribió una serie de narraciones sobre su experiencia en los campos de concentración con el título de Pretérito perfecto. Castilla del Pino, por su parte, tituló Pretérito imperfecto sus memorias que abarcan la guerra civil y la posguerra. Pero este tipo de recuerdos no pueden conjugarse como no sea con el Pretérito terrible.
R con curvas
Esta R no quiere nada recto. Todas sus líneas son curvas más o menos pronunciadas. A la pesadez del pilar que la sustenta opone la alegría del doble bucle que se atreve con un paso, arriesgado, de baile. Tal es la fuerza que transmite que el aire que la envuelve se curva también y se expande en ondas caprichosas. El blanco y el negro se suceden sin saber quién es más importante. Todo tiene un aroma de entreguerras.
La naturaleza como ideal
Otakar Stafl no podía saber que un año más tarde (1945) iba a perder la vida. Mientras tanto sigue con su trabajo artístico diseñando nuevos ex-libris. En esta ocasión aprovecha el encargo de Jan Raupach para hacer un canto a la naturaleza de su país. Al fondo, en tonos más claros, una estampa agrícola: un carro entoldado tirado por dos caballerías cruza la llanura por delante de un frondoso árbol. Más cerca de nosotros un haz de trigo tiene enganchada una hoz y reposa, a su lado, el rastrillo. Un pez nos recuerda el río que no vemos y que recorre, sin duda, la llanura; mientras, la escopeta nos habla de la fauna que se oculta entre los árboles y las rocas. El casco y el pico descansan después de horadar la tierra rica en metales. ¿Quién no alardearía de su tierra a pesar de la ocupación alemana?
lunes, 19 de noviembre de 2012
Adagios de Fernando de Arce
Fernando Arceo Beneventano tuvo la ocurrencia en pleno siglo XVI de traducir al latín doscientos cincuenta refranes castellanos. Pero como fuera a todas luces una empresa anacrónica los incorporó como comentario a cinco fábulas de su cosecha. El valor que pueda tener se limita a la datación de algunos refranes ya que sus comentarios poco aportan a la exégesis del refrán. Así vemos como en la quinta fábula del mosquito y el león incorpora el refrán Ande yo caliente, y ríase la gente bastantes años antes de que el ilustre Luis de Góngora naciera y por lo tanto lo universalizara en una de sus letrillas. Quede la selección como curiosidad así como la ilustración de la portada de la edición de 1533.
Quien malas mañas ha, tarde o nunca las perderá.
Mundo redondo: quien no sabe nadar vase a lo hondo.
A la larga el galgo a la liebre mata.
Quien feo ama, hermoso le parece.
Más vale un toma que dos te daré.
Cuando el cojo de amores muere, ¿qué hará el que andar puede?
A un traidor, dos alevosos.
Lo que ha de llevar el mur, dalo al gato y quitarte ha de cuidado.
No hay mayor mancilla que muchas manos a una escudilla.
Quien ruin es en su villa, ruin es en Sevilla.
Mal de muchos, gozo es.
Ande yo caliente, y ríase la gente.
Nadar y nadar, y morir a la orilla.
Quien más no puede, morir se deja.
Si el hijo sale a su padre, de duda saca a su madre.
(Fernando Arceo Beneventano, Adagios y fábulas, Librería Central, Barcelona, 1950)
Quien malas mañas ha, tarde o nunca las perderá.
Mundo redondo: quien no sabe nadar vase a lo hondo.
A la larga el galgo a la liebre mata.
Quien feo ama, hermoso le parece.
Más vale un toma que dos te daré.
Cuando el cojo de amores muere, ¿qué hará el que andar puede?
A un traidor, dos alevosos.
Lo que ha de llevar el mur, dalo al gato y quitarte ha de cuidado.
No hay mayor mancilla que muchas manos a una escudilla.
Quien ruin es en su villa, ruin es en Sevilla.
Mal de muchos, gozo es.
Ande yo caliente, y ríase la gente.
Nadar y nadar, y morir a la orilla.
Quien más no puede, morir se deja.
Si el hijo sale a su padre, de duda saca a su madre.
(Fernando Arceo Beneventano, Adagios y fábulas, Librería Central, Barcelona, 1950)
domingo, 18 de noviembre de 2012
Aforismos como electrones
El poeta Carlos Marzal publicó en 2007 ciento veintitrés aforismos con el título de Electrones. Como todo iniciado en estos menesteres demuestra que se ha aprendido los rudimentos: la brevedad de la frase, el tono sentencioso, abordar temas universales (literatura, Dios, música, la edad o el tiempo), ofrecer diferentes variaciones sobre un mismo tema, hacer uso de la paradoja y jugar con las palabras. Sin embargo ha olvidado lo que en mi opinión ha permitido al género perdurar en el tiempo y conseguir adeptos incondicionales: la gracia, la chispa, la ocurrencia, la sorpresa, el estallido y la sonrisa. Sus aforismos son demasiado secos, no provocan ninguna alegría. Pueden parecer demasiado profundos, pero no porque ahonden en lo que tratan sino porque nos fuerzan a tener que pensar en lo que dicen. Os dejo con una selección de los que más me han agradado.
A nadie le resultan demasiado graves sus defectos, en especial el de no considerar sus defectos como demasiado graves.
Obra como si tus actos fuesen a convertirse en objetos de anticuario, aunque después el tiempo los vuelva simples cachivaches.
Todo lo que se sabe resulta misterioso por el hecho de saberlo, y todo lo que no, por el hecho de ignorarlo.
La sonrisa es la risa sin el lastre de tener que reír.
Con la música no estoy aquí, ni allí: estoy en parte alguna.
Una forma cortés de estar presente: como si uno fuera a ausentarse de un momento a otro.
Lo que se hace esperar corre el peligro de hacerse lo que no se espera.
La buena literatura de género demuestra que no hay más que un género de literatura: la buena.
La muerte es la muerte de los demás. La muerte nuestra es la muerte para los demás.
Aplazar los asuntos es una manera de matarlos despacio.
Cuando el matrimonio no es una empresa de dos, suele ser el negocio de uno.
Paré en una estación desconocida de un país ajeno, en un andén vacío en mitad de la noche. Y todo aquel desamparo era mi casa.
(Carlos Marzal, Electrones, Cuadernos del Vigía, Granada, 2007)
A nadie le resultan demasiado graves sus defectos, en especial el de no considerar sus defectos como demasiado graves.
Obra como si tus actos fuesen a convertirse en objetos de anticuario, aunque después el tiempo los vuelva simples cachivaches.
Todo lo que se sabe resulta misterioso por el hecho de saberlo, y todo lo que no, por el hecho de ignorarlo.
La sonrisa es la risa sin el lastre de tener que reír.
Con la música no estoy aquí, ni allí: estoy en parte alguna.
Una forma cortés de estar presente: como si uno fuera a ausentarse de un momento a otro.
Lo que se hace esperar corre el peligro de hacerse lo que no se espera.
La buena literatura de género demuestra que no hay más que un género de literatura: la buena.
La muerte es la muerte de los demás. La muerte nuestra es la muerte para los demás.
Aplazar los asuntos es una manera de matarlos despacio.
Cuando el matrimonio no es una empresa de dos, suele ser el negocio de uno.
Paré en una estación desconocida de un país ajeno, en un andén vacío en mitad de la noche. Y todo aquel desamparo era mi casa.
(Carlos Marzal, Electrones, Cuadernos del Vigía, Granada, 2007)
Malas Notas 33
Tenía una memoria estúpida, sólo recordaba lo inconveniente.
La mayoría de los aforismos, máximas y sentencias no son sino obviedades expresadas de manera correcta.
La noche y la vigilia propician razonamientos y sintaxis perfectos que a la luz del día no dejan de sonrojarnos.
Tenía tanto que aprender que no podía perder el tiempo en estudios.
¿Sería posible en la actualidad un Karl Kraus? Seguramente no. Y no porque en estos 70 años nos hayamos vuelto más tolerantes, sino porque el mundo se ha transformado a imagen de mojigatos, mediocres y meapilas.
La mayoría de los aforismos, máximas y sentencias no son sino obviedades expresadas de manera correcta.
La noche y la vigilia propician razonamientos y sintaxis perfectos que a la luz del día no dejan de sonrojarnos.
Tenía tanto que aprender que no podía perder el tiempo en estudios.
¿Sería posible en la actualidad un Karl Kraus? Seguramente no. Y no porque en estos 70 años nos hayamos vuelto más tolerantes, sino porque el mundo se ha transformado a imagen de mojigatos, mediocres y meapilas.
La belleza de la tipografía
En 1943 Otakar Stafl creó un ex-libris para Pojezný Milos en el que la ilustración dejaba paso a la tipografía. Una pequeña rama de tilo es la única concesión al dibujo. El resto una buena elección del color, dos orlas perfectamente compenetradas y unos tipos sugerentes. No se necesita nada más para que nuestro ex-libris resulte bello. Completa esta reproducción la firma manuscrita del artista.
domingo, 11 de noviembre de 2012
Canción de Solveig
Edvard Grieg (1843-1907) musicó la obra dramática de Ibsen Peer Gynt en 22 piezas. Una de ellas es esta canción de Solveig de una profunda delicadeza y una ternura sobrecogedora. Peer Gynt es un muchacho alocado que rapta a Solveig el día de su boda para posteriormente abandonarla y correr múltiples aventuras por todo el mundo. Sin embargo entre los dos se ha creado un vínculo que a pesar de la distancia y la ausencia permanecerá inalterable: el amor. Solveig canta al reencuentro, sin prisa, sin exigencias. La espera es su estado natural y los años sólo son un accidente sin importancia.
Tal vez el invierno y la primavera pasarán,
y el próximo verano, y el año entero,
pero al fin llegarás, lo sé seguro;
y yo seguiré esperando, porque una vez te prometí que lo haría.
¡Dios te dé fuerza, a cualquier parte del mundo donde vayas!
¡Dios te dé alegría, al ponerte de pie delante de su tribunal!
¡Aquí voy a esperar hasta que vuelvas;
y si tú estás esperando allá ariba, allí nos veremos, mi amor!
(traducción tomada del blogs Villazonista)
En esta ocasión está interpretada por la soprano noruega Marita Solberg famosa precisamente por el papel de Solveig. Todo un placer.
La R que recapacita
¿Qué R soy? No recuerdo mi nacimiento pero intuyo que fui tallada hace bastantes años. Mi creador parece que no poseía un pulso seguro, mis líneas son irregulares, engrosándose y adelgazando como siguiendo un temblor no muy manifiesto pero siempre presente. Mi contorno recuerda la piel del elefante o la cáscara de los frutos secos. Mi interior, desconsoladamente blanco, reclama el pincel y la pintura. Me rodean signos sin ninguna pretensión salvo la de ocupar el espacio que me cerca, la estrecha sala donde habito. Sueño con iniciar el primer capítulo de una novela de destierros y reyes melancólicos.
domingo, 28 de octubre de 2012
Contra Europa
No es la primera vez que hablamos de la imagen que tenemos de los demás. En una entrada anterior vimos como se las gasta el refranero cuando tiene que hablar de los vecinos. No hay pueblo, ciudad o territorio que salga bien parado de lo que dicen de él las poblaciones limítrofes. Ahora que estamos en un mundo casi sin fronteras no estaría mal que conociéramos lo que nuestro refranero opina de países con los que formamos, no sabemos si para bien o para mal, una comunidad de intereses económicos. José Esteban, ya conocido por otras entradas, nos ofrece una colección de refranes y algunas canciones sobre pueblos europeos en su Refranero contra Europa. Que ustedes lo disfruten y recuerden a la hora del telediario.
El francés bien canta después de mojar la garganta.
El gabacho cada día borracho.
Con el franchón, poquita conversación.
A cada santo su Padre Nuestro; pero a San Roque no más que medio; que para santo francés bastante es.
Aprendiz de Portugal, no sabe coser y quiere cortar.
A uso de Portugal: tres borricos encima de un animal.
Valentía de portugués, que contra uno se juntan tres.
Ni ajo dulce, ni tudesco bueno.
Con ingleses ni a partir nueces; la carne se comerán y las cáscaras te dejarán.
Inglés, pirata es.
La pregunta del inglés, que pregunta lo que ve.
Génova la bella, mar sin pescado, montes sin leña, hombres sin conciencia, mujeres sin vergüenza.
Hay tres higas en Roma: una para el que está en la mesa y espera que le digan que coma; otra para el que le dan y no toma y otra con ellas, para el que cabalga sin espuelas.
(José Esteban, Refranero contra Europa, Almarabu, 1996)
El francés bien canta después de mojar la garganta.
El gabacho cada día borracho.
Con el franchón, poquita conversación.
A cada santo su Padre Nuestro; pero a San Roque no más que medio; que para santo francés bastante es.
Aprendiz de Portugal, no sabe coser y quiere cortar.
A uso de Portugal: tres borricos encima de un animal.
Valentía de portugués, que contra uno se juntan tres.
Ni ajo dulce, ni tudesco bueno.
Con ingleses ni a partir nueces; la carne se comerán y las cáscaras te dejarán.
Inglés, pirata es.
La pregunta del inglés, que pregunta lo que ve.
Génova la bella, mar sin pescado, montes sin leña, hombres sin conciencia, mujeres sin vergüenza.
Hay tres higas en Roma: una para el que está en la mesa y espera que le digan que coma; otra para el que le dan y no toma y otra con ellas, para el que cabalga sin espuelas.
(José Esteban, Refranero contra Europa, Almarabu, 1996)
sábado, 27 de octubre de 2012
Máximas de La Rochefoucauld
Francois de La Rochefoucauld es junto a su compatriota Chamfort y al alemán Georg Christoph Lichtenberg, uno de los grandes aforistas clásicos. El género le debe parte de su reputación y mucho del estilo. Su visión del mundo no puede ser más negativa pero la arropa de la gracia de una prosa medida y comedida. La paradoja es su gran arma y la economía del lenguaje su proeza. Sus temas no podían ser otros que los universales que ya otros pensadores habían tratado. No es original pero a veces parece único. Rochefoucauld (1613-1680) resumió su pensamiento en poco más de seiscientas frases para nuestra alegría y disfrute. La obra de este representante de la nobleza francesa más antigua, publicada por primera vez cuando contaba con cincuenta y un años, nos llega en traducción de Carlos Pujol, de quien ya hemos seleccionado también algunos de sus aforismos en estas entradas. Confío que esta muestra provoque la necesidad de conocer todos sus pensamientos. Verdaderamente lo merecen.
Una modalidad de la afectación consiste en decir que nunca se es afectado.
Lo que más generosamente damos son consejos.
Los defectos del entendimiento aumentan con la vejez, como los de la cara.
La manera más segura de ser engañados es creernos más astutos que los demás.
Se habla poco cuando la vanidad no hace hablar.
La gloria de los grandes hombres siempre ha de medirse por los medios de que se han servido para adquirirla.
La adulación es una falsa moneda que sólo circula gracias a nuestra vanidad.
Es más fácil parecer digno de los cargos que no se tienen que de los que se ocupan.
La esperanza, por engañosa que sea, sirve al menos para conducirnos al final de la vida por un camino agradable.
En amor hay dos clases de constancia: una se debe a que encontramos sin cesar en la persona amada nuevos motivos de amarla, y la otra se debe a que nos enorgullece ser constantes.
Cuando los vicios nos abandonan, abrigamos la ilusión de ser nosotros quienes les abandonamos.
Lo que nos atrae en las nuevas amistades, más que el cansancio que nos producen las antiguas o el placer de cambiar, es la contrariedad de que no nos admiren lo bastante aquellos que nos conocen demasiado, y la esperanza de ser admirados por los que no nos conocen tanto.
(Francois de La Rochefoucauld, Máximas, traducción de Carlos Pujol, Edhasa,1994)
Una modalidad de la afectación consiste en decir que nunca se es afectado.
Lo que más generosamente damos son consejos.
Los defectos del entendimiento aumentan con la vejez, como los de la cara.
La manera más segura de ser engañados es creernos más astutos que los demás.
Se habla poco cuando la vanidad no hace hablar.
La gloria de los grandes hombres siempre ha de medirse por los medios de que se han servido para adquirirla.
La adulación es una falsa moneda que sólo circula gracias a nuestra vanidad.
Es más fácil parecer digno de los cargos que no se tienen que de los que se ocupan.
La esperanza, por engañosa que sea, sirve al menos para conducirnos al final de la vida por un camino agradable.
En amor hay dos clases de constancia: una se debe a que encontramos sin cesar en la persona amada nuevos motivos de amarla, y la otra se debe a que nos enorgullece ser constantes.
Cuando los vicios nos abandonan, abrigamos la ilusión de ser nosotros quienes les abandonamos.
Lo que nos atrae en las nuevas amistades, más que el cansancio que nos producen las antiguas o el placer de cambiar, es la contrariedad de que no nos admiren lo bastante aquellos que nos conocen demasiado, y la esperanza de ser admirados por los que no nos conocen tanto.
(Francois de La Rochefoucauld, Máximas, traducción de Carlos Pujol, Edhasa,1994)
domingo, 21 de octubre de 2012
Malas Notas 32
El adjetivo avaro necesita una tilde, ávaro, que lo enfatice.
De todas mis aficiones, y han sido muchas en mi vida, la única que ha perdurado ha sido la lectura. Posiblemente también sea la culpable del olvido de las restantes.
El rugido del mar fue la sinfonía de la creación.
En una ocasión una bella muchacha le dijo que lo veía muy prudente, y él se lo tomó como un halago. Sin embargo cada vez que la volvía a ver no podía dejar de pensar si ella se lo dijo como reproche.
Lloramos de rabia, de ira y de dolor. Lloramos por la muerte, por la ausencia o el olvido. Lloramos con miedo, sin pudor, lloramos hacia el fondo y hasta siempre. Pero no hay llanto más desolado que el que nos mana desde la tristeza.
De todas mis aficiones, y han sido muchas en mi vida, la única que ha perdurado ha sido la lectura. Posiblemente también sea la culpable del olvido de las restantes.
El rugido del mar fue la sinfonía de la creación.
En una ocasión una bella muchacha le dijo que lo veía muy prudente, y él se lo tomó como un halago. Sin embargo cada vez que la volvía a ver no podía dejar de pensar si ella se lo dijo como reproche.
Lloramos de rabia, de ira y de dolor. Lloramos por la muerte, por la ausencia o el olvido. Lloramos con miedo, sin pudor, lloramos hacia el fondo y hasta siempre. Pero no hay llanto más desolado que el que nos mana desde la tristeza.
Un hacha ridícula
El señor Domkár no tiene solución. Por más que amenace y empuñe el hacha afilada no le podemos creer. Sus libros le delatan. Bien encuadernados, con cubiertas en piel y nervios bien definidos se dejan caer sobre las inclinadas tapas de un libro que parece ofrecerse para el descanso. Por delante, y abierto en canal, un libro con las hojas en blanco espera las reflexiones y pensamientos del señor Domkár. ¿De qué batallas y aventuras tendrá que salir para dedicarnos unas palabras? El señor Domkár tiene desde 1942 un ex-libris, de Otakar Stalfl, que lo desenmascara.
Una R con corazón
Esta R tiene el corazón desbocado, lleva el corazón en la boca y nos pone el corazón en un puño. De todo corazón os digo que se me encoge el corazón cuando la veo, que se me hiela y rompe el corazón que me han robado. Esta R es todo corazón y si la ponemos al sol tendremos un corazón de oro, un corazón dorado. Abridle el corazón, amigos, a esta R, mostraros con el corazón abierto. Esta R es, sin duda alguna, la reina de corazones.
Un mundo aparte
Recomendar un libro que ya lo ha sido por Bertrand Russell, Albert Camus o Jorge Semprú no tendría ningún mérito sino fuera porque acaba de publicarse en España y su primera edición, en Inglaterra, fue hace sesenta y un años. Un mundo aparte del polaco Gustaw Herling-Grudzinski (1919-2000) nos cuenta los dos años que pasó en los campos de prisioneros soviéticos. Huyendo de su país, y como hombre de izquierdas, en 1940 busca asilo en la patria socialista, pero una vez cruzada la frontera es acusado de espía y sentenciado a permanecer en un campo de prisioneros. En su libro nos hace un recorrido completo por el descenso a los infiernos que suponía el internamiento: los juicios arbitrarios, el trabajo forzado, las auto mutilaciones, la enfermedades, las visitas, el miedo nocturno, las violaciones, el mortuorio, la traición y, sobre todo, el hambre. Un hambre presente a todas las horas del día, un hambre con la que se traficaba, un hambre que provocaba delaciones, que estaba en guerra abierta con el trabajo en condiciones inhumanas, un hambre, en fin, que comía, literalmente, por dentro a los prisioneros. Lo que más sobrecoge es la similitud con lo que estaba ocurriendo en los campos de concentración alemanes. Si no fuera por los pueblos donde se emplazaban estos campos y por los ejércitos que los vigilaban, muy bien se podrían intercambiar las situaciones: los mismos barracones helados, las mismas comidas exiguas, los mismos insultos y castigos, la misma esclavitud en el trabajo, la misma degradación y, para muchos, el mismo final. Si pudiéramos olvidarnos de lo que nos está contando reconoceríamos que es un libro magistralmente escrito, su prosa es exacta, sus descripciones certeras, sus reflexiones nunca son gratuitas. Quizá sea el estilo tan depurado lo que nos impide gritar a cada momento lo monstruoso que es cuanto estamos viendo y viviendo por su palabras.
(Gustaw Herling-Grudzinski, Un mundo aparte, Libros del Asteroide, 2012)
(Gustaw Herling-Grudzinski, Un mundo aparte, Libros del Asteroide, 2012)
domingo, 14 de octubre de 2012
¿Quién no tomaría un café con Bach?
Junto a las cantatas religiosas de Johann Sebastian Bach, unas doscientas, sólo compuso quince de tema profano. Una de ellas la Cantata del café, como indica su nombre, es una celebración de la excitante y tentadora bebida. Nunca una bebida ha tenido un promotor más importante y ha sido celebrada de forma más extraordinariamente. ¿Quién resistiría a la invitación de una taza mientras escucha su música? ¿Quién no perdona su amargor bajo la influencia de la flauta? ¿A quién le importa la vigilia acompañado de tan maravillosas notas? De los cinco movimientos, ofrecemos la segunda aria en la interpretación de Clarina Bezzola con la Orquesta de Cámara de Zurich.
Oh! qué dulce sabor del café,
más delicioso que mil besos,
más suave que el vino moscatel.
Café, necesito un café,
si alguien me quiere regalar,
entonces, que me sirva un café.
Metarrefranes
No nos es desconocido que dentro del refranero hay refranes que hablan sobre ellos mismos. El propio refranero se encarga de ensalzarse, de manifestar su veracidad, de loar su importancia. Es tan grande su poder que hasta los que no comparten esta supremacía se ven obligados a recurrir al refrán para su discurso. Así encontramos refranes, pocos, que hablan mal del género y sobre todo de los que lo utilizan sin medida ni oportunidad. Seleccionamos doce entre los registrados por José de Jaime Gómez y José Mª de Jaime Lorén en un artículo de la revista Paremia.
Anda la cabra de roca en roca, como el refrán de boca en boca.
De refranes y cantares tiene el pueblo mil millares.
En tus apuros y afanes, pide consejo a los refranes.
Hombre refranero, hombre de poco dinero.
Hombre refranero, poca carne en el puchero.
La persona que es curiosa, tiene un refrán para cada cosa.
Más despreciable que refrán que no corre.
No hay mejor refrán, que buen vino y buen pan.
Para comer, el pan; para sentenciar, el refrán.
Quien de refranes se sirve para salir del paso, es mejor dejarle salir y no hacerle caso.
Quien refranes no sabe, ¿qué es lo que sabe?
Refranes que no sean verdaderos y febreros que no sean locos, pocos.
(José de Jaime Gómez y José Mª de Jaime Lorén, Autocrítica paremiológica. Los refranes españoles enjuiciados por el refranero, Revista Paremia nº 4, 1995)
Anda la cabra de roca en roca, como el refrán de boca en boca.
De refranes y cantares tiene el pueblo mil millares.
En tus apuros y afanes, pide consejo a los refranes.
Hombre refranero, hombre de poco dinero.
Hombre refranero, poca carne en el puchero.
La persona que es curiosa, tiene un refrán para cada cosa.
Más despreciable que refrán que no corre.
No hay mejor refrán, que buen vino y buen pan.
Para comer, el pan; para sentenciar, el refrán.
Quien de refranes se sirve para salir del paso, es mejor dejarle salir y no hacerle caso.
Quien refranes no sabe, ¿qué es lo que sabe?
Refranes que no sean verdaderos y febreros que no sean locos, pocos.
(José de Jaime Gómez y José Mª de Jaime Lorén, Autocrítica paremiológica. Los refranes españoles enjuiciados por el refranero, Revista Paremia nº 4, 1995)
La lógica de Benjamín Prado
Con Pura lógica de Benjamín Prado nos volvemos a encontrar con un libro de aforismos que en muchos casos no fueron pensados como aforismos. Tenemos a un editor, Julio César Galán, que ha rebuscado entre la obra de Prado a la caza de sentencias a la que aplicar el calificativo de aforismos. Prado, que ha aportado un buen número de textos, estos sí, escritos como aforismos, sólo le ha prohibido el uso de versos sueltos de sus poemas para este antología, pensando, en buena lógica, lo fuera de lugar de esa pretensión. Con estas premisas es explicable lo irregular del libro, junto a aforismos que actúan como tales nos encontramos textos de un esquematismo exagerado para el género. La falta de matiz es demasiado evidente y nos hace pensar que la frase elegida formaba parte de todo un discurso que, o bien explicaba su significado, o bien, con ella, concluía una argumentación. En cuanto a los temas que más le preocupan están, sin duda, los propios del género y tratados, como es normal, de más de una forma. El paso del tiempo y los proyectos, el camino y la distancia, el miedo y los recuerdos se suceden cíclicamente ofreciéndonos distintas perspectivas y abriéndonos diversos senderos por donde transitar. Os dejo una selección de estos 500 aforismos.
Lo que no ha sucedido también tiene su historia.
El dinero cambia de manos pero no de dueño.
Leer es recordar lo que no ha sucedido.
Perderse es inventar otro camino.
No hay mayor derrota que no tener nada que perder.
Aprender es descubrir, saber es recordar.
Sobrevivir es irse haciendo del tamaño de las circunstancias.
Buena memoria y malos recuerdos, ésa es la peor combinación que existe.
Cuando alguien no tiene nada que darte te ofrece el futuro.
Los relojes son sólo los suburbios del tiempo.
Los poderosos son los que dan las órdenes a los que mandan.
(Benjamín Prado, Pura lógica, Hiperión, 2012)
Lo que no ha sucedido también tiene su historia.
El dinero cambia de manos pero no de dueño.
Leer es recordar lo que no ha sucedido.
Perderse es inventar otro camino.
No hay mayor derrota que no tener nada que perder.
Aprender es descubrir, saber es recordar.
Sobrevivir es irse haciendo del tamaño de las circunstancias.
Buena memoria y malos recuerdos, ésa es la peor combinación que existe.
Cuando alguien no tiene nada que darte te ofrece el futuro.
Los relojes son sólo los suburbios del tiempo.
Los poderosos son los que dan las órdenes a los que mandan.
(Benjamín Prado, Pura lógica, Hiperión, 2012)
martes, 9 de octubre de 2012
Malas Notas 31
Al visitar una casa y mirar entre sus libros, por pocos que veamos, siempre encontraremos uno que nos gustaría poseer; más aún, por algunos seríamos capaces de propiciar el descuido del propietario para robarlo impunemente.
Con cada nuevo libro que empezamos a leer no sólo iniciamos una nueva aventura, sino que nos transformamos en un aventurero distinto.
No siempre una mentira es un engaño, puede ser, a veces, una ficción.
"Pijo" es el único insulto, que yo conozca, que algunos se lo toman como un halago.
Con el baile me pasa lo mismo que con la religión, no me importa que los demás lo practiquen, lo que me jode es que me lo quieran imponer.
Con cada nuevo libro que empezamos a leer no sólo iniciamos una nueva aventura, sino que nos transformamos en un aventurero distinto.
No siempre una mentira es un engaño, puede ser, a veces, una ficción.
"Pijo" es el único insulto, que yo conozca, que algunos se lo toman como un halago.
Con el baile me pasa lo mismo que con la religión, no me importa que los demás lo practiquen, lo que me jode es que me lo quieran imponer.
Bibliotecas médicas
Ladislav Labohý (1893-1976) médico internista checo hace una declaración de principios en el ex-libris que su compatriota Otakar Stáfl le diseña en 1941. En el centro, y como único elemento con color, un corazón que requiere ser tratado. Junto a los remedios naturales, la digitalia, la milenrama y la abeja, el instrumento más temido por los niños, la amenazadora jeringuilla, y cerrado, pero presente, el vademécum, compendio de las ciencias médicas. Deseamos que sus pacientes guardaran buen recuerdo de un médico que se nos hace grato por su indiscutible amor por los libros.
Una R sicodélica
Cierren los ojos, coloreen las espirales en tonos estridentes, háganlas girar en distintos sentidos y estarán rememorando los efectos especiales de nuestra televisión cuando sólo era ella y la música se acompañaba de pantalones campana. Nuestra R además está embarazada, orgullosa de contribuir, con su familia numerosa, al desarrollo de España, aquella que fue única en la desolación, grande en la miseria y libre de la cultura. No sé por qué esta letra me retrae a la infancia donde las sillas de anea se cambiaron por las de rejilla sin ganar en confort y perdiendo resistencia. Decididamente esta R también es de recuerdo.
sábado, 6 de octubre de 2012
Un madrigal para la gran partida
La voz es sin duda el mayor instrumento musical. Así cuando escuchamos un madrigal podemos decir que estamos escuchando un quinteto. Las voces, como los instrumentos, se complementan, se superponen, se hacen eco, coinciden y vuelven a separarse. Claudio Monteverdi (1567-1643) compuso nueve libros de madrigales y el cuarto de ellos, publicado en 1603, lo inicia con un poema de Gian Battista Guarini ( "Ah! dolente partita! / ah, fin de la mía vita! ..."), sobre la despedida poco antes de la muerte. Las voces que sabemos en la tierra, justo antes del gran adiós, se nos representan por momentos como la materialización de un coro de ángeles dando la bienvenida a un más allá, en este caso, verdaderamente armonioso. El creador de la ópera nos deja en este madrigal una muy buena muestra de su maestría con las voces. La interpretación está a cargo del coro Entrevoces de La Habana, dirigido por Digna Guerra Ramírez.
Refranes entresacados
Dentro de la bibliografía de los refranes se suelen encontrar muchos libros que presentan selecciones sin hacer referencia al origen de los mismos. No sólo no nos informan del lugar de su recopilación sino que ni tan siquiera citan el o los libros que han utilizado para su elaboración. Sin embargo estos libros tan poco comunicativos también tienen sus alegrías. A veces nos recuerdan refranes que teníamos olvidados, otras nos dan una interpretación hasta entonces desconocida y las más de las veces nos hacen fijarnos en aspectos que en lecturas anteriores habíamos omitido. Otra ventaja, no menos importante, es que ayuda a memorizar refranes con los que podemos sorprender en alguna conversación. La siguiente selección está publicada en el Diccionario de aforismos, proverbios y refranes y confío en que alguno cumpla con las consideraciones arriba indicadas.
Cuando nace la escoba, nace el asno que la roya.
Administrador que administra, y enfermo que se enjuaga, algo traga.
Amar y no ser amado, es un tiempo mal empleado.
Amor de asno, coz y bocado.
A barba de necio aprenden todos a rapar.
Lo que la loba hace, al lobo le place.
El que quiere a la col, quiere a las hojas de alrededor.
Pescador que pesca un pez, pescador es.
A bien te salgan, hija, esos arremangos.
Alguno está en el escaño, que a sí no aprovecha y a otro hace daño.
Fortuna te dé Dios, hijo, que el saber poco te basta.
Este nuestro hijo don Lope, ni es miel, ni hiel, ni vinagre, ni arrope.
Arcaduz de noria, el que lleno viene, vacío torna.
La purga de Fernando, que desde la botica estaba obrando.
( Diccionario de aforismos, proverbios y refranes, Madrid, Fernando Plaza del Amo, 1991).
Cuando nace la escoba, nace el asno que la roya.
Administrador que administra, y enfermo que se enjuaga, algo traga.
Amar y no ser amado, es un tiempo mal empleado.
Amor de asno, coz y bocado.
A barba de necio aprenden todos a rapar.
Lo que la loba hace, al lobo le place.
El que quiere a la col, quiere a las hojas de alrededor.
Pescador que pesca un pez, pescador es.
A bien te salgan, hija, esos arremangos.
Alguno está en el escaño, que a sí no aprovecha y a otro hace daño.
Fortuna te dé Dios, hijo, que el saber poco te basta.
Este nuestro hijo don Lope, ni es miel, ni hiel, ni vinagre, ni arrope.
Arcaduz de noria, el que lleno viene, vacío torna.
La purga de Fernando, que desde la botica estaba obrando.
( Diccionario de aforismos, proverbios y refranes, Madrid, Fernando Plaza del Amo, 1991).
miércoles, 26 de septiembre de 2012
Otro aforista francés más
No es la primera vez, ni será la última, que traemos a este apartado un escritor francés de aforismos. En la presente ocasión se trata de Paul Léautaud (1872-1956) redactor del Mercure de France y conocido de Mallarmé, Valéry, Schwob, Gide, Apollinaire y tantos escritores de finales y principio de siglo. Sus aforismos, reunidos en el volumen Palabras efímeras, tocan, como no podía ser de otra manera, el tema del amor y la literatura. Deja traslucir un pequeño toque misógino tan característico del momento histórico y del género literario, como hemos visto en otras entradas. Aun así es perdonable por lo ocurrente y lo certero de algunas de estas notas. Lo que no son perdonables son las opiniones extravagantes sobre la enfermedad y el sufrimiento de los demás, muestra de una misantropía que llega a la crueldad. Nos quedamos con algunas de sus ocurrencias.
No se hace el amor sólo por deseo o por pasión; también por amor propio, a veces.
Es peligroso repetirle demasiado al amante que es bella. Comporta el riesgo de que le entren ganas de que se lo digan otros.
Llega una edad en la que uno ya no se atreve a decirle a la más tierna amante: "¿Me amas?".
Nunca estamos tan enamorados como creemos.
Creo haberlo observado en los teatros: ante el espectáculo de un hombre engañado, sólo ríen las mujeres.
No sólo están las mujeres públicas. También están las burguesas.
Cuando se tiene dinero (una verdadera suma), hay que evitar decírselo a la amante: comenzaría a adorarnos.
Publicas un libro. Llevas dos o tres ejemplares a casa de algunos críticos. Es divertida la manera en que te reciben los porteros. También ellos te consideran un pelmazo.
Aún mejor: hombres y mujeres paseamos a nuestros nuevos amores por los mismos lugares que a los antiguos, soñando en secreto en los placeres pasados en medio de los placeres presentes.
Para volverse modesto, nada como corregir las pruebas del libro que uno va a publicar.
Sainte-Beuve decía: "Un miembro de la Academia escribe como debe escribirse. Un hombre inteligente escribe como escribe." Todo el arte de escribir se encuentra en estas palabras.
(Paul Léautaud, Palabras efímeras, trad. Joan Riambau Möller, Versal, 1989)
No se hace el amor sólo por deseo o por pasión; también por amor propio, a veces.
Es peligroso repetirle demasiado al amante que es bella. Comporta el riesgo de que le entren ganas de que se lo digan otros.
Llega una edad en la que uno ya no se atreve a decirle a la más tierna amante: "¿Me amas?".
Nunca estamos tan enamorados como creemos.
Creo haberlo observado en los teatros: ante el espectáculo de un hombre engañado, sólo ríen las mujeres.
No sólo están las mujeres públicas. También están las burguesas.
Cuando se tiene dinero (una verdadera suma), hay que evitar decírselo a la amante: comenzaría a adorarnos.
Publicas un libro. Llevas dos o tres ejemplares a casa de algunos críticos. Es divertida la manera en que te reciben los porteros. También ellos te consideran un pelmazo.
Aún mejor: hombres y mujeres paseamos a nuestros nuevos amores por los mismos lugares que a los antiguos, soñando en secreto en los placeres pasados en medio de los placeres presentes.
Para volverse modesto, nada como corregir las pruebas del libro que uno va a publicar.
Sainte-Beuve decía: "Un miembro de la Academia escribe como debe escribirse. Un hombre inteligente escribe como escribe." Todo el arte de escribir se encuentra en estas palabras.
(Paul Léautaud, Palabras efímeras, trad. Joan Riambau Möller, Versal, 1989)
La confesión de Jaume Cabré
La novela de Jaume Cabré Yo confieso tiene más de ochocientas páginas, cerca de doscientos personajes, la acción sucede durante siete siglos y en su sintaxis se pueden superponer las tres personas verbales en una misma frase. Con esta presentación muchos desistirían, irrevocablemente, de su lectura. El que tome esta decisión tiene que saber que se va a perder una de las obras más importantes de los últimos años. Cuando el lector lleve quinientas páginas mirará con tristeza lo poco que queda para tener que dejar un libro irresistible. Los personajes aparecen y desaparecen como los amigos o los familiares queridos, dejando un rastro que quisiéramos seguir sin interrupción. Cada salto en el tiempo nos instala en una nueva aventura que sabemos importante y necesaria para comprender la historia. Finalmente el paso de la primera a la tercera persona, y de ésta a la segunda en el mismo párrafo le da un ritmo endiablado que no sólo no lamentamos sino que nos anima a continuar sin descanso. Yo confieso es una historia de amor y una historia de amistad, no sabemos cuál más importante, pero también es la historia de un violín y sobre todo la historia del mal. Imprescindible.
(Jaume Cabré, Yo confieso, Destino, 2011)
(Jaume Cabré, Yo confieso, Destino, 2011)
miércoles, 19 de septiembre de 2012
Un olvido
Marie Pilarové se alejó de la iglesia y bajó lentamente la colina con un libro bajo el brazo. Quería alejarse y seguir disfrutando de esa historia de amor que no había sido la suya. De repente las nubes verticales presagiaron tormenta. Asustada por los prontos truenos corrió hacia su casa dejando abandonado el libro en el momento que el beso se acercaba. El agua hizo florecer la zarza y la caléndula de los amores extraviados.
Otakar Stáfl, en 1940, quiso recordar el momento con un ex-libris. Pero a lo mejor también esta historia está extraviada.
Malas Notas 30
Sólo el arte, la literatura y la música, sobre todo, son capaces de hacernos llorar sin motivo.
Es curioso que en los comentarios sobre La Biblia no se haga mención de la absoluta maldad del Dios de los judíos. Uno llega a pensar si, en el fondo, no serían los demonios sus ángeles predilectos.
La maldad de Jehová es terrible; es capaz de "endurecer" el corazón del resto de los pueblos con la única intención de que el pueblo elegido no tenga piedad y los extermine a todos.
La conjunción entre literatura y música provoca situaciones paradójicas. Así leer La esperanza de A. Malraux mientras suena el Requiem de Mozart, acaba por instalarnos en la más completa desesperanza.
Philip Marlowe: lúcido, cínico y descreido.
La verdad para Philip Marlowe más que una necesidad es una costumbre.
Es curioso que en los comentarios sobre La Biblia no se haga mención de la absoluta maldad del Dios de los judíos. Uno llega a pensar si, en el fondo, no serían los demonios sus ángeles predilectos.
La maldad de Jehová es terrible; es capaz de "endurecer" el corazón del resto de los pueblos con la única intención de que el pueblo elegido no tenga piedad y los extermine a todos.
La conjunción entre literatura y música provoca situaciones paradójicas. Así leer La esperanza de A. Malraux mientras suena el Requiem de Mozart, acaba por instalarnos en la más completa desesperanza.
Philip Marlowe: lúcido, cínico y descreido.
La verdad para Philip Marlowe más que una necesidad es una costumbre.
Gnossiennes 5 de Satie
Seis son las Gnossiennes que compuso Satie en un momento de su vida en que se relacionó con grupos gnósticos. Aunque pueda parecer que su música debiera ser fría, distante e intelectual, dado el tema que trata, es en realidad limpia, sencilla y, quizá, algo melancólica. La pieza número 5 además nos invita a un baile lento, muy lento, pero con un ritmo bien definido, donde nuestros pies más que desplazarse se deslizan como sobre hielo. Según se cuenta Erik Satie (1866-1925) era una persona excéntrica y extravagante aunque esta pieza no lo represente. El interprete es el francés, nacido en Casablanca, Daniel Varsano (1953-1988) que nos deja una ejecución memorable.
domingo, 16 de septiembre de 2012
Una R guaraní
En la portada del libro citado en la entrada anterior aparece la R que nos ocupa. Según indican en su interior está R reproduce una letra de la edición del libro del jesuita francés Nicolás del Techo (1611-1685) Historia de la provincia de Paraguay ilustrada por los indios guaraníes de las misiones jesuíticas. Su realización es tosca, con dibujos simples sobre madera en la que aparece, tras la letra, un ave desconocida sobre una rama de hojas sólo contorneadas, al fondo un edificio esquemático que puede parecer una misión. A pesar de la falta de técnica se adivina la belleza de la artesanía popular.
Refranero rioplatense
Los libros de refranes suelen incidir en distintos aspectos, unos nos presentan refranes recogidos en un determinado lugar, otros se centran en los que pueden datarse en un tiempo concreto y hay otros que rebuscan entre textos, literarios o no, el uso y la forma de estos refranes "citados". Pues bien, hoy tenemos un libro que aborda las tres posibilidades a la vez. El Refranero rioplatense del siglo XVIII, como su título indica nos ofrece un corpus de refranes que cumplen la siguiente característica: aparecer en textos impresos en el siglo XVIII en la región del Río de la Plata. La mayoría, como se podrá comprobar, pertenecen al refranero castellano que se importó con el descubrimiento y la colonización, si bien en algunos casos encontramos refranes de las poblaciones autóctonas o con pequeñas transformaciones que permiten su actualización. Como siempre una pequeña muestra.
A falta de moza sirva Aldonza.
Río abajo hasta las calabazas ruedan.
Alabaos coles que hay nabos en la olla.
El arquitecto es falto de juicio cuando el portal es mayor que el edificio.
Sólo Dios es bueno para mercader.
Cual más cual menos toda la lana es pelo.
Cuentas largas jamás son buenas.
Ved como subo de juez a verdugo.
Disfruta de tu poco mientras busca más el loco.
Entre santa y santo pared de calicanto.
El hombre pone y Dios dispone y llega el indio y nos descompone.
Quien no puede lo que quiera, quiera lo que puede.
Quien cuando puede no quiere, cuando quiere no puede.
Quien nació desgraciado entre los remedios muere.
(José M. Mariluz Urquijo, Refranero rioplatense del siglo XVIII, Mendoza, Argentina, Universidad Nacional de Cuyo, 1993)
sábado, 15 de septiembre de 2012
Máximas y aforismos.
¿Se puede considerar lo dicho por un rey, un emperador, un general o cualquier personaje histórico como un aforismo? Hay que reconocer que tal y como han llegado hasta nosotros, en muchos casos, nos recuerdan a aforismos tanto por su forma, lacónica, como por su intensión, sentenciosa. Si a esto añadimos que estas máximas se han sucedido en el tiempo intercambiando en muchos casos los protagonistas y que todo se lo debemos a escritores que no estaban presentes en el momento de sus alocuciones, podemos aventurar que tan creadores son los personajes a quien se atribuyen las palabras como las personas que nos las han transmitido. En este sentido estas máximas están muy relacionadas con la tradición oral a pesar de que no comparten uno de sus principios: el anonimato. Plutarco recogió un buen número de dichos de personajes históricos de Grecia, Siria, Persia, Siracusa o Macedonia que se han publicado bajo el título de Máximas de reyes y generales. De entre ellos destacamos:
DARÍO: Después de haber fijado los impuestos a sus súbditos, mandó llamar a los gobernadores de las provincias y les preguntó si consideraban gravosos los impuestos. Al contestarle que moderados, ordenó que pagaran la mitad.
DIONISIO EL VIEJO: A uno que le preguntaba si tenía tiempo libre, le respondió: "¡Ojalá nunca me suceda esto!".
ARQUELAO: Al preguntarle un barbero charlatán: "¿Cómo te corto el pelo?", le respondió: "En silencio".
FILIPO PADRE DE ALEJANDRO: Al aconsejarle sus amigos que expulsara a uno que lo injuriaba, dijo que no lo haría, para que no fuese de un lado a otro hablando mal de él entre más gente.
Cuando estaba a punto de acampar en un bello lugar, al informarse de que no había pasto para las acémilas exclamó:"¡Qué vida es la nuestra, si incluso debemos vivir según la conveniencia de los asnos!".
ALEJANDRO: Cuando Perilo, un amigo suyo, le pidió dote para sus hijas, le ordenó que cogiera cincuenta talentos. Al decir éste que diez era suficientes le respondió: "Para aceptarlos tú, sí, pero no para darlos yo".
ANTIGONO: Como todos estaban asombrados de que al hacerse anciano trataba sus asuntos con suavidad y gentileza, dijo: "Antes, en efecto, necesitaba poder, ahora, en cambio, reputación y benevolencia".
Mientras Antágoras el poeta cocinaba un congrio y agitaba él mismo la cazuela, se le colocó detrás y le dijo: "¿Piensas que Homero, oh Antágoras, cocinaba un congrio mientras escribía las hazañas de Agamenón?". Antágorasle contestó: "Y tú, rey, ¿crees que Agamenón realizaba aquellas hazañas se ocupaba de si alguien en el acmpamento cocinaba un congrio?".
IFICRATES: A Harmodio, el descendiente del antiguo Harmodio, que le reprochaba su bajo linaje, le dijo: "Mi linaje empieza en mí, el tuyo, en cambio, termina en ti".
FOCIÓN EL ATENIENSE: Una vez, al expresar una opinión ante el pueblo, como obtuviera aprobación general y viera que todos aceptaban el discurso por igual, se volvió a sus amigos y les dijo: "¿He dicho algo malo sin darme cuenta?"
(Plutarco, Máximas de reyes y generales, trad. Mercedes López Salvá, Gredos, 2011)
DARÍO: Después de haber fijado los impuestos a sus súbditos, mandó llamar a los gobernadores de las provincias y les preguntó si consideraban gravosos los impuestos. Al contestarle que moderados, ordenó que pagaran la mitad.
DIONISIO EL VIEJO: A uno que le preguntaba si tenía tiempo libre, le respondió: "¡Ojalá nunca me suceda esto!".
ARQUELAO: Al preguntarle un barbero charlatán: "¿Cómo te corto el pelo?", le respondió: "En silencio".
FILIPO PADRE DE ALEJANDRO: Al aconsejarle sus amigos que expulsara a uno que lo injuriaba, dijo que no lo haría, para que no fuese de un lado a otro hablando mal de él entre más gente.
Cuando estaba a punto de acampar en un bello lugar, al informarse de que no había pasto para las acémilas exclamó:"¡Qué vida es la nuestra, si incluso debemos vivir según la conveniencia de los asnos!".
ALEJANDRO: Cuando Perilo, un amigo suyo, le pidió dote para sus hijas, le ordenó que cogiera cincuenta talentos. Al decir éste que diez era suficientes le respondió: "Para aceptarlos tú, sí, pero no para darlos yo".
ANTIGONO: Como todos estaban asombrados de que al hacerse anciano trataba sus asuntos con suavidad y gentileza, dijo: "Antes, en efecto, necesitaba poder, ahora, en cambio, reputación y benevolencia".
Mientras Antágoras el poeta cocinaba un congrio y agitaba él mismo la cazuela, se le colocó detrás y le dijo: "¿Piensas que Homero, oh Antágoras, cocinaba un congrio mientras escribía las hazañas de Agamenón?". Antágorasle contestó: "Y tú, rey, ¿crees que Agamenón realizaba aquellas hazañas se ocupaba de si alguien en el acmpamento cocinaba un congrio?".
IFICRATES: A Harmodio, el descendiente del antiguo Harmodio, que le reprochaba su bajo linaje, le dijo: "Mi linaje empieza en mí, el tuyo, en cambio, termina en ti".
FOCIÓN EL ATENIENSE: Una vez, al expresar una opinión ante el pueblo, como obtuviera aprobación general y viera que todos aceptaban el discurso por igual, se volvió a sus amigos y les dijo: "¿He dicho algo malo sin darme cuenta?"
(Plutarco, Máximas de reyes y generales, trad. Mercedes López Salvá, Gredos, 2011)
martes, 28 de agosto de 2012
Ex-Libris manantial
En 1932 Otakar Stafl recibe el encargo de realizar un ex-libris para L. Stáflové. Sobre fondo negro un libro abierto deja caer de entre sus hojas el agua que riega y fertiliza el terreno que está a sus pies. Las flores, agradecidas, se apartan para que la pequeña catarata se precipite sin obstáculos y desde el suelo se repartan , equitativamente, sus aguas en el sembrado. La literatura como manantial que acabará dando sus flores y sus frutos nos propone nuestro viejo amigo.
Una R iracunda
A pesar de estar rodeada de corazones nuestra R no está enamorada. Doblemente trazada en su contorno, como queriendo reafirmar su poderío, esta capitular ha estallado y son los corazones quienes amortiguan la deflagración. Lenguas de fuego surgen de toda su silueta y se dirigen hacia todas las partes manifestando su ira y su cólera contra un mundo que la retiene con buenos sentimientos. "¡Basta de estúpidas sensiblerías!", grita iracunda.
Malas Notas 29
Cuando se ha sufrido una enfermedad grave no se puede ocultar un cierto halo de tristeza.
¡Cuánto ganaríamos si la sencillez fuera principio y la claridad norma!
Era un hombre maldito, Cronos le había condenado a realizar todos sus actos con precipitación, sin pausa, sin sosiego.
Vivir en una ciudad donde el edificio más alto tenga quinientos años.
Todos los padres deseamos que nuestros hijos sean algo más que nosotros en la vida; por eso nos llenamos de orgullo la primera vez que descubrimos que ya saben algo que nosotros desconocemos.
¡Cuánto ganaríamos si la sencillez fuera principio y la claridad norma!
Era un hombre maldito, Cronos le había condenado a realizar todos sus actos con precipitación, sin pausa, sin sosiego.
Vivir en una ciudad donde el edificio más alto tenga quinientos años.
Todos los padres deseamos que nuestros hijos sean algo más que nosotros en la vida; por eso nos llenamos de orgullo la primera vez que descubrimos que ya saben algo que nosotros desconocemos.
miércoles, 22 de agosto de 2012
Endechas a la muerte de un hijo
Mientras David Grossman escribía su novela La vida entera tuvo la noticia de que su hijo Uri acababa de morir en un enfrentamiento militar en el Líbano. El libro trataba precisamente de la manera de conjurar la muerte del hijo de los protagonistas en los enfrentamientos entre judíos y palestinos. Ahora nos presenta un libro, Más allá del tiempo, que no es sino un llanto por la pérdida del hijo, un homenaje al dolor irresistible de la ausencia de quien menos se puede esperar y más se teme. Más allá del tiempo no es una novela, no podría serlo, es un poema con muchas voces y todas doloridas. El hombre, su mujer, el cronista y la suya, el duque, una mujer en el interior de una red, la comadrona, el centauro, un profesor de matemáticas y el zapatero son los personajes que Grossman utiliza para componer un inmenso poema a la memoria de su hijo. Él ya no puede volver pero si puede y debe ser bien llorado. Es un libro imprescindible para solidarizarse con el dolor y odiar, aún más, a la muerte. Como muestra os dejo uno de los pequeños poemas que lo forman.
Murió en agosto, y cuando ese
mes llegó a su
fin,
yo no hacía más que pensar, ¿cómo voy a poder
pasar a septiembre
quedándose él
en agosto?
(David Grossman, Más allá del tiempo, trad. Ana Mº Bejarano, Lumen, 2012)
Murió en agosto, y cuando ese
mes llegó a su
fin,
yo no hacía más que pensar, ¿cómo voy a poder
pasar a septiembre
quedándose él
en agosto?
(David Grossman, Más allá del tiempo, trad. Ana Mº Bejarano, Lumen, 2012)
Un paseo con Bach
No es la primera vez, ni será la última, que se diga que J. S. Bach es el más grande compositor que ha existido hasta el momento. Y es curioso si consideramos que gran parte de su obra se hizo por encargo o como manuales para que aprendieran los futuros músicos. Se han conservado catorce conciertos para clave que se interpretan actualmente también al piano (instrumento que no llegó a gustar a nuestro compositor). El segundo movimiento, largo, del número 1056 es pura sencillez, facilidad aparente, serenidad engañosa, es como una invitación a un paseo por el campo o por el interior de un museo. En esta ocasión está interpretado por el excéntrico y genial Glenn Gould y la orquesta Sinfónica de Columbia. ¡Buen paseo!
De Juan y de Pedro
Los nombres propios son muy usuales en los refranes. En unos casos porque permiten personalizar un hecho, en otros porque ayudan a la rima. La mayoría de las veces son nombres ficticios que no se corresponden con personas reales pero que al nombrarlas se nos ofrecen como espejos donde vernos identificados. Los nombres de Juan y, en menor medida, Pedro son los más utilizados en la literatura folklórica, de ahí que también lo sean en nuestro refranero. En el caso de Juan se identifica con dos prototipos contrarios y a veces complementarios; por un lado tenemos al tonto que todo lo hace mal y lo estropea y por otro al pícaro que con su ingenio y a lo "tonto" siempre consigue lo que se propone. Pedro está emparentado con este último Juan y su mejor encarnación la tenemos en el archiconocido Pedro de Urdemalas. Los siguientes refranes están espulgados del, ya mencionado, Gran diccionario de refranes de la lengua española de padre José Mº Sbarbi. Que nadie se dé por aludido.
De Juan a Pedro no va un dedo.
Juan de la Encina, quitar de abajo y poner encima.
Juan Palomo: yo me lo guiso y yo me lo como.
Se parece a Juan Cagao, todo vestido de colorao.
Señor don Juan, ¿en verano terciopelo, y en invierno tafetán?
Ser como Juan de Aracena, que no tiene ni palabra mala ni obra buena.
Si bien o mal baila mi Juan, otros lo dirán.
Si te casas con Juan Pérez, ¿qué más quieres?
Dos Juanes y un Pedro hacen un asno entero.
Bien se está San Pedro en Roma.
Casaron a Pedro con Marihuela; si ruin es él, ruin es ella.
Entrarse como Pedro por su casa.
Pedro de Urdemalas, o todo el monte o nada.
Pedro, por ti, poco medro. -Menos medrarás, si yo puedo.
Pícame, Pedro, que picarte quiero.
Por cierto, Pedro, nunca venís sino cuando meo, y halláisme siempre arremangada.
Por más que mi Pedro quiera guardarme, como yo no quiera, no será fácil.
(José Mª Sbarbi, Gran diccionario de refranes de la lengua española, Joaquín Gil, Buenos Aires, 1943)
De Juan a Pedro no va un dedo.
Juan de la Encina, quitar de abajo y poner encima.
Juan Palomo: yo me lo guiso y yo me lo como.
Se parece a Juan Cagao, todo vestido de colorao.
Señor don Juan, ¿en verano terciopelo, y en invierno tafetán?
Ser como Juan de Aracena, que no tiene ni palabra mala ni obra buena.
Si bien o mal baila mi Juan, otros lo dirán.
Si te casas con Juan Pérez, ¿qué más quieres?
Dos Juanes y un Pedro hacen un asno entero.
Bien se está San Pedro en Roma.
Casaron a Pedro con Marihuela; si ruin es él, ruin es ella.
Entrarse como Pedro por su casa.
Pedro de Urdemalas, o todo el monte o nada.
Pedro, por ti, poco medro. -Menos medrarás, si yo puedo.
Pícame, Pedro, que picarte quiero.
Por cierto, Pedro, nunca venís sino cuando meo, y halláisme siempre arremangada.
Por más que mi Pedro quiera guardarme, como yo no quiera, no será fácil.
(José Mª Sbarbi, Gran diccionario de refranes de la lengua española, Joaquín Gil, Buenos Aires, 1943)
viernes, 17 de agosto de 2012
Rivarolianas
La anterior entrega de los clásicos estaba dedicada a Remy de Gourmont, a él debemos también la difusión de los escritos de un compatriota olvidado: Antoine de Rivarol. Nacido en 1753 de origen burgués,clase social a la que detestó, se apropió de título nobiliario y se hizo llamar "conde de Rivarol". Vivió la Revolución Francesa pero, siempre desconfiado, se exilió en 1792 con la certeza de que la burguesía en el poder sólo podía descomponer la sociedad. Amigo de Chamfort siguió sus pasos literarios y escribía sus pensamientos en hojas sueltas que guardaba en una bolsa que siempre llevaba consigo y constituía su tesoro. Pero además, como los grandes ingenios, era todo un personaje que se prodigaba en la sociedad francesa satirizando y burlándose de sus contemporáneos. Así surgió "Ravirolianas", pequeñas escenas humorísticas en que arremetía contra su interlocutor dejando una muestra de su ingenio y espontaneidad. Murió en 1801.
Hay que matar el orgullo sin herirlo, pues si lo herimos no muere.
El silencio nunca ha traicionado a nadie.
¡Para amar suficiente hay que amar demasiado!
Los filósofos son más taxidermistas que médicos: disecan y no curan.
La gloria no es más que humo, estoy de acuerdo, pero el hombre no es más que polvo.
Las zarzas cubren el camino de la amistad cuando no se transita demasiado.
¿La eternidad? Sin duda me encantará; uno entra en ella tumbado.
Un día, se encontró al filósofo Florián; éste caminaba delante de él con un manuscrito saliéndosele del bolsillo. Lo abordó y le dijo:
-¡Ah! Señor, si no lo conocieran, le robarían.
Un fatuo, que además era bastante feo, se jactaba delante de él:
-¡Las mujeres siempre han quedado satisfechas de mí!
Rivarol replicó:
-Exceptuando a su señora madre.
Cuando supo que el obispo de Toulouse se había envenenado, dijo:
-Se habrá tragado alguna de sus máximas.
Al enterarse del asesinato de Marat a manos de Charlotte Corday:
-Compadezco a Marat -dijo Rivarol-. ¡Qué mala suerte tuvo...! ¡Para una vez que tomaba un baño!
Sobre el obispo Autun, monstruosamente gordo:
-Fue creado y traído al mundo para demostrar hasta dónde puede llegar la piel humana.
(Antoine de Rivarol, Pensamientos y rivarolianas, traducción de Luis Eduardo Rivera, Periférica, 2006)
Hay que matar el orgullo sin herirlo, pues si lo herimos no muere.
El silencio nunca ha traicionado a nadie.
¡Para amar suficiente hay que amar demasiado!
Los filósofos son más taxidermistas que médicos: disecan y no curan.
La gloria no es más que humo, estoy de acuerdo, pero el hombre no es más que polvo.
Las zarzas cubren el camino de la amistad cuando no se transita demasiado.
¿La eternidad? Sin duda me encantará; uno entra en ella tumbado.
Un día, se encontró al filósofo Florián; éste caminaba delante de él con un manuscrito saliéndosele del bolsillo. Lo abordó y le dijo:
-¡Ah! Señor, si no lo conocieran, le robarían.
Un fatuo, que además era bastante feo, se jactaba delante de él:
-¡Las mujeres siempre han quedado satisfechas de mí!
Rivarol replicó:
-Exceptuando a su señora madre.
Cuando supo que el obispo de Toulouse se había envenenado, dijo:
-Se habrá tragado alguna de sus máximas.
Al enterarse del asesinato de Marat a manos de Charlotte Corday:
-Compadezco a Marat -dijo Rivarol-. ¡Qué mala suerte tuvo...! ¡Para una vez que tomaba un baño!
Sobre el obispo Autun, monstruosamente gordo:
-Fue creado y traído al mundo para demostrar hasta dónde puede llegar la piel humana.
(Antoine de Rivarol, Pensamientos y rivarolianas, traducción de Luis Eduardo Rivera, Periférica, 2006)
jueves, 16 de agosto de 2012
Retrato de familia
Los relatos de Jhumpa Lahiri son retratos de familia. Son familias norteamericanas de padres bengalíes e hijos nacidos en el nuevo país. El cabeza de familia suele ser profesor o ingeniero, la madre ama de casa y defensora de una tradición que dejaron a miles de kilómetros, los hijos estudiantes de las mejores universidades del estado; en resumen una familia de clase media alta que se puede permitir volar varias veces al año a su país de origen. Pensando en esta familia uno puede creer que sus tribulaciones son poco atractivas. El que así piense se puede perder el placer de leer uno de los libros más bellos escritos en los últimos años. Tierra desacostumbrada es un libro de relatos, en su primera parte, donde vemos desplegarse ante nosotros variaciones sobre un mismo tema: la familia bengalí en Estados Unidos. Pero estas familias no son sino el reflejo de cualquier familia, de la nuestra misma, donde dominan los silencios, las verdades a medias, el amor, la conveniencia, la identidad, las dificultades para comunicarse y relacionarse las generaciones. Y todo contado sin levantar la voz, sin aspavientos, dejando fluir las situaciones comunes de todas las familias y entreviendo al fondo las consecuencias inexorables, haciendo que nos identifiquemos, que nos veamos reflejados y por lo mismo cuestionados. La segunda parte del libro es una pequeña novela formada por tres capítulos que nos cuenta la historia de dos hijos de familias parecidas a las anteriores. En tres momentos y desde distintas perspectivas vemos las vida de los dos protagonistas, como se unen y se separan, como evolucionan y como siguen cada uno su camino antes de que por última vez se encuentren. Hace años que no leo un final tan perfecto, dos oraciones, veinte palabras bastan para sobrecogerte y reconocer que lo que acabas de leer no es un libro cualquiera.
(Jhumpa Lahiri, Tierra desacostumbrada, Salamandra, 2010)
(Jhumpa Lahiri, Tierra desacostumbrada, Salamandra, 2010)
miércoles, 15 de agosto de 2012
Buen viaje
Estamos en 1929 y Otakar Stafl recibe el encargo de diseñar un ex-libris para E. M. Havlicka. Desconocemos la naturaleza de este personaje: pudiera ser un armador, un intrépido capitán o, emulando a Conrad, un futuro escritor que quiere aprender la vida como grumete. Sea quien sea estará de acuerdo con nosotros en que la lectura es el mejor viaje por el mar de la incertidumbre.
Simplemente R
Nuestra R destaca sobre un fondo negro, su forma está bien definida, sus proporciones son las adecuadas y su encuadramiento nos informa que el molde está realizado en madera. La letra ha sido formada robándole a la madera parte de su materia con ayuda de una gubia, logrando que se entinte no la letra sino el fondo. Con una gubia de menor sección acanaló los laterales y viendo lo huérfana que quedaba trazó pequeñas incisiones a su alrededor imitando ramajes con curvas perfectas. El complemento no resta protagonismo sino que realza el motivo central como las olas al océano.
martes, 14 de agosto de 2012
Malas Notas 28
¿Qué nos querrá contar el agua con su conversación eterna?
Toda vuelta tiene la tristeza del que regresa y reconoce que, a pesar del recorrido, está de nuevo en el principio.
Todo pueblo muere cuando la tradición se vuelve espectáculo.
Como sobre la dehesa el azor, así mi corazón vigila tu presencia.
Definitivamente estamos lejos de la juventud cuando la enfermedad tarda más tiempo del necesario en curarse.
Toda vuelta tiene la tristeza del que regresa y reconoce que, a pesar del recorrido, está de nuevo en el principio.
Todo pueblo muere cuando la tradición se vuelve espectáculo.
Como sobre la dehesa el azor, así mi corazón vigila tu presencia.
Definitivamente estamos lejos de la juventud cuando la enfermedad tarda más tiempo del necesario en curarse.
Una música checa muy americana
Entre 1892 y 1895 Antonín Dvorak vivió en Estados Unidos, una estancia muy productiva para la música clásica. Entre otras obras cabe destacar tres que están dedicadas expresamente al país de acogida: la sinfonía nº 9, conocida como Sinfonía del Nuevo Mundo; el cuarteto de cuerda nº 12, Cuarteto Americano; y la Suite Americana op. 98b. Su música, influenciada por la música negra y la tradicional americana, es un muestrario del nuevo continente desde la tranquilidad de las grandes praderas a la energía del Gran Cañón. He escogido en esta ocasión el cuarto movimiento, andante, de la Suite Americana interpretada por la Orquesta Filarmónica de Rusia dirigida por Dmitri Yablonski. Cierren los ojos e imaginen grandes llanuras de cereales acariciadas por un viento templado y amigo.
sábado, 11 de agosto de 2012
Otro refranero del siglo XVI
Entre 1527 y 1547 Francisco de Espìnosa recogió más de 4000 refranes que fue anotando en distintos papeles y documentos. Este trabajo nunca fue publicado, según su editora Eleanor S. O'Kane, por la proliferación de colecciones de refranes que se daban en esa época. Espinosa, Oidor de la Real Chancillería de Valladolid, fue nombrado por el emperador Carlos V para mediar con los comuneros una vez que estallaron las guerras de las Comunidades. Junto a esta labor política nuestro personaje se sintió atraído por la obra de Erasmo, posible origen de su afición por los refranes. Entre sus refranes nos encontramos muchos que siguen siendo utilizados en la actualidad, otros que reconocemos su parentesco y otros, al fin, que se han perdido a lo largo de los siglos.
Casa con dos puertas no se puede bien guardar.
En casa del fullero todos conocen los naipes.
Salí de mi casa y fueme a la ajena, doleos de mi pena.
Antes que te cases mira lo que haces.
Andan sobre quién echará el cencerro al gato.
Desde la cintura abajo me dicen que soy hermosa, y en lo bajo muy graciosa.
Quien no tiene ruido compre un cochino.
Juan de Horozco, si te vi no te conozco.
Queréis la cubas llenas y las suegras beodas.
No hace poco quien su culpa echa a otro.
A la noche chichirimoche, a la mañana chichirinada.
Quien da lo suyo antes de su muerte merece que le den con un mazo en la frente.
(Francisco de Espinosa, Refranero (1527-1547), edición de Eleanor S. O'Kane, Real Academia Española, 1968).
Casa con dos puertas no se puede bien guardar.
En casa del fullero todos conocen los naipes.
Salí de mi casa y fueme a la ajena, doleos de mi pena.
Antes que te cases mira lo que haces.
Andan sobre quién echará el cencerro al gato.
Desde la cintura abajo me dicen que soy hermosa, y en lo bajo muy graciosa.
Quien no tiene ruido compre un cochino.
Juan de Horozco, si te vi no te conozco.
Queréis la cubas llenas y las suegras beodas.
No hace poco quien su culpa echa a otro.
A la noche chichirimoche, a la mañana chichirinada.
Quien da lo suyo antes de su muerte merece que le den con un mazo en la frente.
(Francisco de Espinosa, Refranero (1527-1547), edición de Eleanor S. O'Kane, Real Academia Española, 1968).
martes, 7 de agosto de 2012
Libertad americana
He de reconocer que me llamó poderosamente la atención el título del libro de Jonathan Franzen, Libertad, por su sencillez. ¿De qué podría tratar una novela tan extensa (más de seiscientas páginas) con un título tan genérico? ¿Qué conquistas tendrían que conseguir sus protagonistas? ¿Qué luchas sociales y a qué época nos trasladaría? Pues bien todo se reduce a una historia familiar. Y cuando digo "reduce" no es porque sea una desilusión sino porque efectivamente la trama gira entorno a una familia americana y cómo cada uno de ellos afronta su vida y decide, libremente, qué debe hacer en cada momento. Es un acierto que la libertad también se enfoque desde la perspectiva individual, que los personajes tengan que optar en el amor, en el trabajo, en la política o en la vida misma. Franzen traza la vida de unos personajes que tienen que decidir y que no siempre, o casi nunca, aciertan. A veces resulta desalentador la capacidad que tenemos para equivocarnos, para escoger aquello que peor nos interesa, lo que nos lastima y nos aboca a la incomprensión. En este sentido Franzen acierta sobremanera, vemos desfilar situaciones en las que nos gustaría interferir, asesorar a sus protagonistas, pero que también sabemos imposibles, porque reconocemos que ellos nunca nos harán caso. Uno de los protagonistas, Walter, lo dice con absoluta claridad: "... lo único que nadie te puede quitar es la libertad de joderte la vida como te dé la gana."
Franzen tiene una escritura ágil, que se adapta perfectamente a las distintas situaciones, con unos diálogos logrados y un ritmo perfecto: nadie se puede aburrir. Dos son los narradores que intervienen, el propio escritor y una de sus protagonistas que en dos ocasiones nos habla desde un diario escrito por recomendación de su psicoanalista. Cuando es ésta quien toma la palabra, a mi parecer, es cuando más bello es el libro.
En resumen, es un libro muy recomendable para este verano, espero que disfruten y se emocionen con el soberbio final.
(Jonathan Franzen, Libertad, Salamandra, 2011)
Franzen tiene una escritura ágil, que se adapta perfectamente a las distintas situaciones, con unos diálogos logrados y un ritmo perfecto: nadie se puede aburrir. Dos son los narradores que intervienen, el propio escritor y una de sus protagonistas que en dos ocasiones nos habla desde un diario escrito por recomendación de su psicoanalista. Cuando es ésta quien toma la palabra, a mi parecer, es cuando más bello es el libro.
En resumen, es un libro muy recomendable para este verano, espero que disfruten y se emocionen con el soberbio final.
(Jonathan Franzen, Libertad, Salamandra, 2011)
lunes, 6 de agosto de 2012
Siguiendo los pasos de Remy de Gourmont
El francés debe ser un idioma que facilita la formación de aforismos dada la cantidad de escritores de esa lengua que se han decantado por este género literario. Sin necesidad de ser exhaustivos podemos citar a Pascal, Chamfort, La Rochefoucauld, La Bruyère o Joubert como dignos ejemplos de muestra afirmación. Remy de Gourmont (1858-1915),escritor, periodista y crítico de arte, puede unirse a esta lista sin menoscabo de su calidad. Los temas que trata en sus Pasos en la arena son los de todo pensador: el arte, la política, la religión, los comportamientos humanos, la moral, a los que une reflexiones sobre la inteligencia. Su estilo es heredero de sus antecesores, como él mismo lo define "Unir la claridad con la concisión no es algo que se alcance sin un paciente esfuerzo". Dejamos a continuación algunos ejemplos ilustrativos:
Dios tiene sus cortesanos; como los reyes, como los poderosos.
Un imbécil no se aburre nunca: se contempla.
Un azar dio al hombre la inteligencia. Él la empleó: inventó la estupidez.
La propiedad es necesaria; pero no lo es el que ésta permanezca siempre en las mismas manos.
Los enfermos siempre son optimistas. Tal vez el propio optimismo sea una enfermedad.
Palabras de un cura de pueblo a una devota muy escrupulosa: "Dios no es tan tonto como parece".
La diferencia que existe entre la música popular y la música culta debe ser la misma que existe entre una tela para forrar y un encaje. La distancia es enorme, pero, a fin de cuentas, no es ni puede ser esencial.
Es más o menos evidente que aquellos que sostienen la pena de muerte tienen más afinidad con los asesinos que aquellos que la combaten.
Un vicio es como el amor: no hay nada que no le sacrifiquemos.
La condición fundamental de una buena prosa es que ésta sea natural y rítmica como un movimiento respiratorio.
(Remy de Gourmont, Pasos en la arena, traducción de Luis Eduardo Rivera, Periférica, 2006)
Dios tiene sus cortesanos; como los reyes, como los poderosos.
Un imbécil no se aburre nunca: se contempla.
Un azar dio al hombre la inteligencia. Él la empleó: inventó la estupidez.
La propiedad es necesaria; pero no lo es el que ésta permanezca siempre en las mismas manos.
Los enfermos siempre son optimistas. Tal vez el propio optimismo sea una enfermedad.
Palabras de un cura de pueblo a una devota muy escrupulosa: "Dios no es tan tonto como parece".
La diferencia que existe entre la música popular y la música culta debe ser la misma que existe entre una tela para forrar y un encaje. La distancia es enorme, pero, a fin de cuentas, no es ni puede ser esencial.
Es más o menos evidente que aquellos que sostienen la pena de muerte tienen más afinidad con los asesinos que aquellos que la combaten.
Un vicio es como el amor: no hay nada que no le sacrifiquemos.
La condición fundamental de una buena prosa es que ésta sea natural y rítmica como un movimiento respiratorio.
(Remy de Gourmont, Pasos en la arena, traducción de Luis Eduardo Rivera, Periférica, 2006)
Cucaña literaria
Podría ser un árbol cuyas frutos, ya maduros, van desprendiéndose y amontonándose en su base. Pero no, prefiero imaginar que Máje Jaroslava encargó a Otakar Stáfl en 1927 un ex-libris que representara una cucaña cuyos premios no fuera otra cosa que libros, para que él se pudiera encaramar como en su infancia y desprendiera con regocijo sus trofeos más ansiados. ¡Quién pudiera participar en el juego!
R con contrafuerte
A pesar de la aparente solidez nuestra R necesita, como si de una catedral se tratara, un contrafuerte que la mantenga erguida. No sabemos su naturaleza, quizá sea mármol o piedra caliza recién tallada, pero vemos como se asienta en un equilibrio no muy consistente y como la inclinación del último elemento empuja hacia atrás la construcción. El contrafuerte recoge por la parte superior las fuerzas excedentes y las descarga hacia el terreno. Ha conseguido tal equilibrio que ni siquiera la naturaleza que la cerca hace peligrar su estado. Los siglos, como en las catedrales, serán testigos de esta obra perfecta.
martes, 10 de julio de 2012
Malas Notas 27
Uno de los muchos impedimentos de la muerte es tener que interrumpir la conversación que mantenemos con nosotros mismos y que resulta, si no placentera, al menos entretenida.
Lo mejor de los clásicos, y eso es algo que nos hace felices, es que siempre hay alguno que no hemos leído, o no suficientemente, y tenemos, por tanto, aplazado y seguro el placer de unas horas, el recuerdo feliz de los años futuros.
¡Qué importan veinte años si tenemos su número de teléfono!
Y volverán mis desvelos cuando caiga el azahar.
¿Qué sería de la naturaleza sin un viento que la anime?
Lo mejor de los clásicos, y eso es algo que nos hace felices, es que siempre hay alguno que no hemos leído, o no suficientemente, y tenemos, por tanto, aplazado y seguro el placer de unas horas, el recuerdo feliz de los años futuros.
¡Qué importan veinte años si tenemos su número de teléfono!
Y volverán mis desvelos cuando caiga el azahar.
¿Qué sería de la naturaleza sin un viento que la anime?
Sonata para piano de Schubert
No hay duda que Schubert es uno de los grandes. A pesar de su muerte temprana (31 años) pocos compositores han tenido tantos registros y todos buenos. Los cientos de lieders, las sinfonías, los cuartetos de cuerda, la música religiosa, obras para piano, música para teatro, música de cámara y, como no, las sonatas para piano dan una idea de su fecundidad. Su música va del clasicismo al romanticismo llegando a fundir en la misma pieza ambos movimientos. El movimiento que propongo hoy, el tercero de la sonata para piano opus 120, es un ejemplo de lo dicho, a momentos de perfecta factura se suceden arrebatos líricos, la calma prologa y sigue a la tempestad, en un mismo cuerpo viven la infancia y la adolescencia, los sueños y las pesadillas.
El interprete es el pianista alemán Wilhelm Kempff (1895-1991) que entre 1965 y 1970 grabó todas las sonatas para piano de Schubert y que ahora están editadas por el sello Deutsche Grammophon.
El interprete es el pianista alemán Wilhelm Kempff (1895-1991) que entre 1965 y 1970 grabó todas las sonatas para piano de Schubert y que ahora están editadas por el sello Deutsche Grammophon.
domingo, 8 de julio de 2012
Wislawa Szymborska
La poesía es un género literario que llevo años sin transitar regularmente. La lectura de poetas, reconocidos poetas, de los que se destaca su mundo interior, su particular visión, su incomparable poética, ha hecho que, al no participar en nada de su poesía, al parecerme extraña, ajena y a veces incomprensible, me aleje del género. Por momentos he llegado a pensar que su mundo es tan interior que podían ahorrarse ofrecérnoslo, que tras el depurado ritmo y el perfecto verso sólo ellos saben lo que están diciendo. Ellos y sus exegetas que nos hablan de misticismo, de concepción universal, de vuelta a los orígenes, de riesgos y aciertos; en fin, que son tan buenos como fríos.
Pues bien, he encontrado de nuevo el placer por la poesía y ha sido de la mano de la escritora polaca Wislawa Szymborska, premio Nobel en 1996. En ella sí reconozco una poética especial, un universo propio, unos lugares transitables. Su poesía te sorprende en la sencillez, en la hondura, en la capacidad de tocar temas cotidianos que transcienden, se elevan y estallan en múltiples registros. La naturaleza, las plantas y animales, un cuadro, las estadísticas, el divorcio, el tiempo, el instante, la guerra, la memoria, un atentado terrorista, todo tiene cabida en su obra y a través de todo nos da una visión desesperanzada del mundo y a la vez tranquilizadora. El mundo es como es y nosotros somos mundo. Es sorprendente el juego que hace con las palabras, escoge las mismas que usamos nosotros a diario pero las dispones, las asocia del tal manera que no deja de asombrarnos; leemos sus poemas con expectación, siempre a la espera de que las palabras, nuestras palabras, giren y nos ofrezcan una nueva forma.
Me permito transcribir dos poemas de sus últimos libros.
LAS TRES PALABRAS MÁS EXTRAÑAS
Cuando pronuncio la palabra Futuro,
la primera sílaba pertenece ya al pasado.
Cuando pronuncio la palabra Silencio,
lo destruyo.
Cuando pronuncio la palabra Nada,
creo algo que no cabe en ninguna no-existencia.
VERMEER
Mientras esa mujer del Rijksmuseum
con esa calma y concentración pintadas
siga vertiendo día tras día
leche de la jarra al cuenco
no merecerá el Mundo
el fin del mundo.
(Wislawa Szymborska, Instante, traducción de Gerardo Beltrán y Abel A. Murcia Soriano, Ediciones Igitur, 2004; Aquí, traducción de Gerardo Beltrán y Abel A. Murcia Soriano, Bartleby Editores, 2009)
Pues bien, he encontrado de nuevo el placer por la poesía y ha sido de la mano de la escritora polaca Wislawa Szymborska, premio Nobel en 1996. En ella sí reconozco una poética especial, un universo propio, unos lugares transitables. Su poesía te sorprende en la sencillez, en la hondura, en la capacidad de tocar temas cotidianos que transcienden, se elevan y estallan en múltiples registros. La naturaleza, las plantas y animales, un cuadro, las estadísticas, el divorcio, el tiempo, el instante, la guerra, la memoria, un atentado terrorista, todo tiene cabida en su obra y a través de todo nos da una visión desesperanzada del mundo y a la vez tranquilizadora. El mundo es como es y nosotros somos mundo. Es sorprendente el juego que hace con las palabras, escoge las mismas que usamos nosotros a diario pero las dispones, las asocia del tal manera que no deja de asombrarnos; leemos sus poemas con expectación, siempre a la espera de que las palabras, nuestras palabras, giren y nos ofrezcan una nueva forma.
Me permito transcribir dos poemas de sus últimos libros.
LAS TRES PALABRAS MÁS EXTRAÑAS
Cuando pronuncio la palabra Futuro,
la primera sílaba pertenece ya al pasado.
Cuando pronuncio la palabra Silencio,
lo destruyo.
Cuando pronuncio la palabra Nada,
creo algo que no cabe en ninguna no-existencia.
VERMEER
Mientras esa mujer del Rijksmuseum
con esa calma y concentración pintadas
siga vertiendo día tras día
leche de la jarra al cuenco
no merecerá el Mundo
el fin del mundo.
El gran diccionario de Sbarbi
El nombre de José María Sbarbi (1834-1910) estará unido para siempre a los estudios sobre el refranero español. Es sin duda el estudioso que más ha llegado a saber sobre refranes, el que más ha buceado en las bibliotecas españolas en su busca y el que más ha publicado para nuestro disfrute. Sin embargo su obra más querida no vio la luz mientras estaba con vida. Recopiló materiales para lo que sería el gran refranero español donde no se limitaba a transcribir los refranes sino que todos llevaban su glosa y establecía las relaciones entre ellos. A su muerte fue su sobrino quienes agrupó los materiales siguiendo el orden alfabético de las palabras clave con lo que acabó convirtiéndose en el Gran diccionario de refranes de la lengua española. No sabremos nunca qué le parecería al tío el trabajo de su sobrino, pero lo que sí sabemos es que a los amantes de la paremiología este Diccionario es una obra imprescindible e inagotable.
Hemos entresacado de entre los miles de refranes estos catorce que se refieren a Dios, tema tan querido para nuestro autor que se ordenó sacerdote en 1857.
Al que Dios quiere para rico, hasta la mujer le pare hijos de otro.
Cuando Dios da para Vicente, da para el vecino de enfrente.
Cuando Dios quiere, con todos los aires llueve.
Da Dios almendras a quien no tiene muelas.
Da Dios mocos a quien no tiene pañuelos.
Da Dios pañuelo a quien no tiene narices.
De menos hizo Dios a Cañete, que de verdugo lo hizo corchete.
Dios es omnipotente, y el dinero su teniente.
Dios me ponga donde lo haya, que yo lo sabré alcanzar.
¡Dios mío, santos, mas no tantos!
¡Dios mío! - Y de los otros tío.
Dios te dé salud y gozo, con casa, corral y pozo.
No hay más amigo que Dios y un duro en la faltriquera.
¡Plegue a Dios, Matea, que este hijo nuestro sea!
(José Mª Sbarbi, Gran diccionario de refranes de la lengua española, Joaquín Gil, Buenos Aires, 1943)
Hemos entresacado de entre los miles de refranes estos catorce que se refieren a Dios, tema tan querido para nuestro autor que se ordenó sacerdote en 1857.
Al que Dios quiere para rico, hasta la mujer le pare hijos de otro.
Cuando Dios da para Vicente, da para el vecino de enfrente.
Cuando Dios quiere, con todos los aires llueve.
Da Dios almendras a quien no tiene muelas.
Da Dios mocos a quien no tiene pañuelos.
Da Dios pañuelo a quien no tiene narices.
De menos hizo Dios a Cañete, que de verdugo lo hizo corchete.
Dios es omnipotente, y el dinero su teniente.
Dios me ponga donde lo haya, que yo lo sabré alcanzar.
¡Dios mío, santos, mas no tantos!
¡Dios mío! - Y de los otros tío.
Dios te dé salud y gozo, con casa, corral y pozo.
No hay más amigo que Dios y un duro en la faltriquera.
¡Plegue a Dios, Matea, que este hijo nuestro sea!
(José Mª Sbarbi, Gran diccionario de refranes de la lengua española, Joaquín Gil, Buenos Aires, 1943)
sábado, 7 de julio de 2012
Aforismos de Fernando Pessoa
Este año ha publicado Losé Luis García Martín una selección de aforismos de Fernando Pessoa. Nos dice en el prologo que el portugués no publicó en vida ningún libro de aforismos y que lo que nos ofrece es una selección de textos entresacados de su prosa y su poesía. Se puede entender, por lo tanto, que gran parte de los textos no fueron escritos como unidades independientes. Esto es lo que en una primera lectura se intuye, en muchos casos parece que es el seleccionador el que rebusca aforismos y es su intención la que da carácter al texto. En otros muchos se adivina el estilo aforístico y reconocemos al Pessoa escritor, lo imaginamos dando vueltas a un pensamiento y despojándole de palabras, rebuscando formas paradójicas y sorprendiéndonos con imágenes impactantes.
Aquí va una selección de la selección.
El crepúsculo es un fenómeno intelectual.
No el amor, sino los alrededores del amor, es lo que vale la pena.
La poesía es la emoción expresada rítmicamente a través del pensamiento, como la música es esa misma expresión, pero directa, sin el intermedio de la idea.
Sólo un realista puede encontrar la realidad, sólo un romántico la puede crear.
La literatura, como todo el arte, es una confesión de que la vida no basta.
La justificación última de la crítica bien entendida es que satisface la función natural de desdeñar, que es tan natural como la de comer y que conviene a la buena higiene del espíritu satisfacer cuidadosamente.
Todos los hombres son excepciones a una regla que no existe.
¡Cuesta tanto ser sincero cuando se es inteligente! Es como ser honesto cuando se es ambicioso.
El mal está por toda la Tierra y una de sus formas es la felicidad.
Os digo: Practicad el bien. ¿Por qué? ¿Qué ganáis con eso? Nada, no ganáis nada. Ni dinero, ni amor, ni respeto, ni acaso paz de espíritu. Entonces ¿por qué os digo: practicad el bien? Porque no ganáis nada con ello. Por eso mismo vale la pena practicarlo.
(Fernando Pessoa, Aforismos, selección y traducción de José Luis García Martín, Renacimiento, 2012)
Aquí va una selección de la selección.
El crepúsculo es un fenómeno intelectual.
No el amor, sino los alrededores del amor, es lo que vale la pena.
La poesía es la emoción expresada rítmicamente a través del pensamiento, como la música es esa misma expresión, pero directa, sin el intermedio de la idea.
Sólo un realista puede encontrar la realidad, sólo un romántico la puede crear.
La literatura, como todo el arte, es una confesión de que la vida no basta.
La justificación última de la crítica bien entendida es que satisface la función natural de desdeñar, que es tan natural como la de comer y que conviene a la buena higiene del espíritu satisfacer cuidadosamente.
Todos los hombres son excepciones a una regla que no existe.
¡Cuesta tanto ser sincero cuando se es inteligente! Es como ser honesto cuando se es ambicioso.
El mal está por toda la Tierra y una de sus formas es la felicidad.
Os digo: Practicad el bien. ¿Por qué? ¿Qué ganáis con eso? Nada, no ganáis nada. Ni dinero, ni amor, ni respeto, ni acaso paz de espíritu. Entonces ¿por qué os digo: practicad el bien? Porque no ganáis nada con ello. Por eso mismo vale la pena practicarlo.
(Fernando Pessoa, Aforismos, selección y traducción de José Luis García Martín, Renacimiento, 2012)
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