miércoles, 19 de septiembre de 2012

Un olvido

Marie Pilarové se alejó de la iglesia y bajó lentamente la colina con un libro bajo el brazo. Quería alejarse y seguir disfrutando de esa historia de amor que no había sido la suya. De repente las nubes verticales presagiaron tormenta. Asustada por los prontos truenos corrió hacia su casa dejando abandonado el libro en el momento que el beso se acercaba. El agua hizo florecer la zarza y la caléndula de los amores extraviados. 
Otakar Stáfl, en 1940, quiso recordar el momento con un ex-libris. Pero a lo mejor también esta historia está extraviada. 




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