La novela de Jaume Cabré Yo confieso tiene más de ochocientas páginas, cerca de doscientos personajes, la acción sucede durante siete siglos y en su sintaxis se pueden superponer las tres personas verbales en una misma frase. Con esta presentación muchos desistirían, irrevocablemente, de su lectura. El que tome esta decisión tiene que saber que se va a perder una de las obras más importantes de los últimos años. Cuando el lector lleve quinientas páginas mirará con tristeza lo poco que queda para tener que dejar un libro irresistible. Los personajes aparecen y desaparecen como los amigos o los familiares queridos, dejando un rastro que quisiéramos seguir sin interrupción. Cada salto en el tiempo nos instala en una nueva aventura que sabemos importante y necesaria para comprender la historia. Finalmente el paso de la primera a la tercera persona, y de ésta a la segunda en el mismo párrafo le da un ritmo endiablado que no sólo no lamentamos sino que nos anima a continuar sin descanso. Yo confieso es una historia de amor y una historia de amistad, no sabemos cuál más importante, pero también es la historia de un violín y sobre todo la historia del mal. Imprescindible.
(Jaume Cabré, Yo confieso, Destino, 2011)
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