miércoles, 26 de septiembre de 2012

Otro aforista francés más

No es la primera vez, ni será la última, que traemos a este apartado un escritor francés de aforismos. En la presente ocasión se trata de Paul Léautaud (1872-1956) redactor del Mercure de France y conocido de Mallarmé, Valéry, Schwob, Gide, Apollinaire y tantos escritores de finales y principio de siglo. Sus aforismos, reunidos en el volumen Palabras efímeras, tocan, como no podía ser de otra manera, el tema del amor y la literatura. Deja traslucir un pequeño toque misógino tan característico del momento histórico y del género literario, como hemos visto en otras entradas. Aun así es perdonable por lo ocurrente y lo certero de algunas de estas notas. Lo que no son perdonables son las opiniones extravagantes sobre la enfermedad y el sufrimiento de los demás, muestra de una misantropía que llega a la crueldad. Nos quedamos con algunas de sus ocurrencias.

No se hace el amor sólo por deseo o por pasión; también por amor propio, a veces.

Es peligroso repetirle demasiado al amante que es bella. Comporta el riesgo de que le entren ganas de que se lo digan otros.

Llega una edad en la que uno ya no se atreve a decirle a la más tierna amante: "¿Me amas?".

Nunca estamos tan enamorados como creemos.

Creo haberlo observado en los teatros: ante el espectáculo de un hombre engañado, sólo ríen las mujeres.

No sólo están las mujeres públicas. También están las burguesas.

Cuando se tiene dinero (una verdadera suma), hay que evitar decírselo a la amante: comenzaría a adorarnos.

Publicas un libro. Llevas dos o tres ejemplares a casa de algunos críticos. Es divertida la manera en que te reciben los porteros. También ellos te consideran un pelmazo.

Aún mejor: hombres y mujeres paseamos a nuestros nuevos amores por los mismos lugares que a los antiguos, soñando en secreto en los placeres pasados en medio de los placeres presentes.

Para volverse modesto, nada como corregir las pruebas del libro que uno va a publicar.

Sainte-Beuve decía: "Un miembro de la Academia escribe como debe escribirse. Un hombre inteligente escribe como escribe." Todo el arte de escribir se encuentra en estas palabras.


(Paul Léautaud, Palabras efímeras, trad. Joan Riambau Möller, Versal, 1989)

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