martes, 7 de agosto de 2012

Libertad americana

He de reconocer que me llamó poderosamente la atención el título del libro de Jonathan Franzen, Libertad, por su sencillez. ¿De qué podría tratar una novela tan extensa (más de seiscientas páginas) con un título tan genérico? ¿Qué conquistas tendrían que conseguir sus protagonistas? ¿Qué luchas sociales y a qué época nos trasladaría? Pues bien todo se reduce a una historia familiar. Y cuando digo "reduce" no es porque sea una desilusión sino porque efectivamente la trama gira entorno a una familia americana y cómo cada uno de ellos afronta su vida y decide, libremente, qué debe hacer en cada momento. Es un acierto que la libertad también se enfoque desde la perspectiva individual, que los personajes tengan que optar en el amor, en el trabajo, en la política o en la vida misma. Franzen traza la vida de unos personajes que tienen que decidir y que no siempre, o casi nunca, aciertan. A veces resulta desalentador la capacidad que tenemos para equivocarnos, para escoger aquello que peor nos interesa, lo que nos lastima y nos aboca a la incomprensión. En este sentido Franzen acierta sobremanera, vemos desfilar situaciones en las que nos gustaría interferir, asesorar a sus protagonistas, pero que también sabemos imposibles, porque reconocemos que ellos nunca nos harán caso. Uno de los protagonistas, Walter, lo dice con absoluta claridad: "... lo único que nadie te puede quitar es la libertad de joderte la vida como te dé la gana."
Franzen tiene una escritura ágil, que se adapta perfectamente a las distintas situaciones, con unos diálogos logrados y un ritmo perfecto: nadie se puede aburrir. Dos son los narradores que intervienen, el propio escritor y una de sus protagonistas que en dos ocasiones nos habla desde un diario escrito por recomendación de su psicoanalista. Cuando es ésta quien toma la palabra, a mi parecer, es cuando más bello es el libro.
En resumen, es un libro muy recomendable para este verano, espero que disfruten y se emocionen con el soberbio final.

(Jonathan Franzen, Libertad, Salamandra, 2011)

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