Fernando Arceo Beneventano tuvo la ocurrencia en pleno siglo XVI de traducir al latín doscientos cincuenta refranes castellanos. Pero como fuera a todas luces una empresa anacrónica los incorporó como comentario a cinco fábulas de su cosecha. El valor que pueda tener se limita a la datación de algunos refranes ya que sus comentarios poco aportan a la exégesis del refrán. Así vemos como en la quinta fábula del mosquito y el león incorpora el refrán Ande yo caliente, y ríase la gente bastantes años antes de que el ilustre Luis de Góngora naciera y por lo tanto lo universalizara en una de sus letrillas. Quede la selección como curiosidad así como la ilustración de la portada de la edición de 1533.
Quien malas mañas ha, tarde o nunca las perderá.
Mundo redondo: quien no sabe nadar vase a lo hondo.
A la larga el galgo a la liebre mata.
Quien feo ama, hermoso le parece.
Más vale un toma que dos te daré.
Cuando el cojo de amores muere, ¿qué hará el que andar puede?
A un traidor, dos alevosos.
Lo que ha de llevar el mur, dalo al gato y quitarte ha de cuidado.
No hay mayor mancilla que muchas manos a una escudilla.
Quien ruin es en su villa, ruin es en Sevilla.
Mal de muchos, gozo es.
Ande yo caliente, y ríase la gente.
Nadar y nadar, y morir a la orilla.
Quien más no puede, morir se deja.
Si el hijo sale a su padre, de duda saca a su madre.
(Fernando Arceo Beneventano, Adagios y fábulas, Librería Central, Barcelona, 1950)
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