martes, 14 de agosto de 2012

Una música checa muy americana

Entre 1892 y 1895 Antonín Dvorak vivió en Estados Unidos, una estancia muy productiva para la música clásica. Entre otras obras cabe destacar tres que están dedicadas expresamente al país de acogida: la sinfonía nº 9, conocida como Sinfonía del Nuevo Mundo; el cuarteto de cuerda nº 12, Cuarteto Americano; y la Suite Americana op. 98b. Su música, influenciada por la música negra y la tradicional americana, es un muestrario del nuevo continente desde la tranquilidad de las grandes praderas a la energía del Gran Cañón. He escogido en esta ocasión el cuarto movimiento, andante, de la Suite Americana interpretada por la Orquesta Filarmónica de Rusia dirigida por Dmitri Yablonski. Cierren los ojos e imaginen grandes llanuras de cereales acariciadas por un viento templado y amigo.


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