domingo, 14 de octubre de 2012

Metarrefranes

No nos es desconocido que dentro del refranero hay refranes que hablan sobre ellos mismos. El propio refranero se encarga de ensalzarse, de manifestar su veracidad, de loar su importancia. Es tan grande su poder que hasta los que no comparten esta supremacía se ven obligados a recurrir al refrán para su discurso. Así encontramos refranes, pocos, que hablan mal del género y sobre todo de los que lo utilizan sin medida ni oportunidad. Seleccionamos doce entre los registrados por José de Jaime Gómez y José Mª de Jaime Lorén en un artículo de la revista Paremia.

Anda la cabra de roca en roca, como el refrán de boca en boca.

De refranes y cantares tiene el pueblo mil millares.

En tus apuros y afanes, pide consejo a los refranes.

Hombre refranero, hombre de poco dinero.

Hombre refranero, poca carne en el puchero.

La persona que es curiosa, tiene un refrán para cada cosa.

Más despreciable que refrán que no corre.

No hay mejor refrán, que buen vino y buen pan.

Para comer, el pan; para sentenciar, el refrán.

Quien de refranes se sirve para salir del paso, es mejor dejarle salir y no hacerle caso.

Quien refranes no sabe, ¿qué es lo que sabe?

Refranes que no sean verdaderos y febreros que no sean locos, pocos.


(José de Jaime Gómez y José Mª de Jaime Lorén, Autocrítica paremiológica. Los refranes españoles enjuiciados por el refranero, Revista Paremia nº 4, 1995)

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