No es la primera vez, ni será la última, que se diga que J. S. Bach es el más grande compositor que ha existido hasta el momento. Y es curioso si consideramos que gran parte de su obra se hizo por encargo o como manuales para que aprendieran los futuros músicos. Se han conservado catorce conciertos para clave que se interpretan actualmente también al piano (instrumento que no llegó a gustar a nuestro compositor). El segundo movimiento, largo, del número 1056 es pura sencillez, facilidad aparente, serenidad engañosa, es como una invitación a un paseo por el campo o por el interior de un museo. En esta ocasión está interpretado por el excéntrico y genial Glenn Gould y la orquesta Sinfónica de Columbia. ¡Buen paseo!
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