sábado, 7 de julio de 2012

Aforismos de Fernando Pessoa

Este año ha publicado Losé Luis García Martín una selección de aforismos de Fernando Pessoa. Nos dice en el prologo que el portugués no publicó en vida ningún libro de aforismos y que lo que nos ofrece es una selección de textos entresacados de su prosa y su poesía. Se puede entender, por lo tanto, que gran parte de los textos no fueron escritos como unidades independientes. Esto es lo que en una primera lectura se intuye, en muchos casos parece que es el seleccionador el que rebusca aforismos y es su intención la que da carácter al texto. En otros muchos se adivina el estilo aforístico y reconocemos al Pessoa escritor, lo imaginamos dando vueltas a un pensamiento y despojándole de palabras, rebuscando formas paradójicas y sorprendiéndonos con imágenes impactantes.
Aquí va una selección de la selección.


El crepúsculo es un fenómeno intelectual.

No el amor, sino los alrededores del amor, es lo que vale la pena.

La poesía es la emoción expresada rítmicamente a través del pensamiento, como la música es esa misma expresión, pero directa, sin el intermedio de la idea.

Sólo un realista puede encontrar la realidad, sólo un romántico la puede crear.

La literatura, como todo el arte, es una confesión de que la vida no basta.

La justificación última de la crítica bien entendida es que satisface la función natural de desdeñar, que es tan natural como la de comer y que conviene a la buena higiene del espíritu satisfacer cuidadosamente.

Todos los hombres son excepciones a una regla que no existe.

¡Cuesta tanto ser sincero cuando se es inteligente! Es como ser honesto cuando se es ambicioso.

El mal está por toda la Tierra y una de sus formas es la felicidad.

Os digo: Practicad el bien. ¿Por qué? ¿Qué ganáis con eso? Nada, no ganáis nada. Ni dinero, ni amor, ni respeto, ni acaso paz de espíritu. Entonces ¿por qué os digo: practicad el bien? Porque no ganáis nada con ello. Por eso mismo vale la pena practicarlo.


(Fernando Pessoa, Aforismos, selección y traducción de José Luis García Martín, Renacimiento, 2012)

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