domingo, 12 de diciembre de 2010

Uno de Wallander

Henning Mankell es conocido sobre todo por la serie de libros cuyo protagonista es el policía de Ystad, Kurt Wallander. De los siete que llevo leídos hasta el momento, prometo terminar la colección lo antes posible, el titulado Pisando los talones es el que más me ha gustado. La trama, las peripecias personales, las reflexiones del protagonista, la descripción de una nueva Suecia y los personajes secundarios llenos de veracidad hacen que las más de setecientas páginas se nos antojen necesarias, y naveguemos por ellas como el que inicia una ruta de la que no puede prescindir sin perder algo de sí mismo.
"...un hombre que no resultaba tan incomprensible como habría sido deseable.", piensa al final Wallander del asesino que al fin captura. Un pensamiento que resume el desconcierto del policía ante una sociedad que cada vez entiende menos.

(Henning Mankell, Pisando los talones, Barcelona, Tusquets)

martes, 7 de diciembre de 2010

Malas Notas 9

Aquí va de todo un poco.

¿Qué alegría, poder llorar al fin una noticia!

Tenía la belleza de lo familiar y el atractivo de lo exótico.

A tanto llegó la envidia que hasta los muertos ajenos le parecían más importantes.

Cuando miramos ocultos tras la ventana y vemos la vida de los demás, nos sentimos dioses que se inmiscuyen en sucesos que no les incumben. Y como dioses, cuando se van, nos vemos inútiles y prescindibles.

Algunos cachivaches de Benedetti

En 2008 Mario Benedetti publicó en España (Alfaguara) su libro Vivir adrede. La última parte lleva por título "Cachivaches" y recoge ochenta y tres notas que de alguna manera están emparentadas con el género aforístico. Más que pensamientos son ocurrencias y juegos del lenguaje. Me permito incluirlos entre los clásicos aunque sé que a muchos les parecerá desproporcionado.

Cuando tenemos sueño, los bostezos salen a pedir de boca.

Lo consuetudinario es la forma más larga de la costumbre.

Lo contrario del aire es el desaire.

Las estrellas errantes no tienen brújula.

Si pasa una ambulancia sonando su sirena, a uno le duele el marcapasos.

Cuando los sobrevivientes de mi generación nos encontramos somos una enfermería.

En los perdones, siempre hay una pizca de hipocrecía.

A la gente demasiado desenvuelta, de vez en cuando conviene envolverla.

Las ubres de las señoras se llaman tetas.

La vocación suele estar a pocos centímetros de la equivocación.


(Mario Benedetti, Vivir adrede, Madrid, Alfaguara, 2008).

Refranes argentinos

Como es bien sabido la mayoría de los refranes y dichos de América latina provienen de España. Viajaron acompañando a los que buscaban un mundo nuevo y mejor. Sin embargo el paso de los siglos ha barnizado esta pequeña literatura dándole un brillo particular y refrescante. Aquí van unos pocos refranes argentinos.

Ya que no eres casto, sé cauto.

Siete días trae la semana y lo que no se hace hoy se hace mañana.

Se cree el fraile que todos son de su aire.

Parientes y trastos viejos, es mejor tenerlos lejos.

Pa semejante candil más vale quedarse a oscuras.

Media vida es la candela, pan y vino: vida entera.

Más vale un dichoso en burro que un infeliz a caballo.

Más abrigan buenas copas que malas ropas.

Los curas piden pa Dios, pero no dan ni pa Cristo.

El que no nació pal cielo, de balde mire pa arriba.

Dios los cría y el viento los amontona.

Cuando uno anda en la mala, hasta los perros lo mean.

Andando bien con Dios, los santos son inquilinos.

Al que se cría con lienzo la seda le hace cosquillas.

Al mal cantor hasta los bigotes le molestan.


(Pérez Bugallo, R., Speranza, A.; Pagliaro, M. A., Refranero tradicional argentino, Buenos Aires, Ediciones del Sol, 2004)

lunes, 6 de diciembre de 2010

Un ex-libris para Gustav Drobner

Gustav Drobner debió de ser un enamorado de los libros ya que son muchos los ex-libris que encargó para su biblioteca. En 1897 Hermann Feldmann le diseñó el que ahora comentamos, un anciano con gafas aparece tras una ventana leyendo un libro. Los postigos abiertos, decorados con dos corazones, sostienen una leyenda en alemán (Un buen libro-el mejor amigo), debajo, entre hojas y flores, su nombre y su ciudad, Leipzig.


Una capitular que no es capitular

Théophile Schuler ilustró el libro Adivina el alfabeto del escritor y editor francés Jules Hetzel (1814-1886). Publicado bajo el seudónimo de P.-J. Stahl en cada letra del abecedario plantea un enigma cuya respuesta no es otra que el nombre de la letra representada. En nuestro caso la letra R está representada por la escena donde tres niños afilan una herramienta.


J. S. Bach para viola da gamba

Dentro de la primera sonata para viola da gamba de Bach (1027), el segundo movimiento, allegro ma non tanto, interpretado por Glenn Gould al piano y Leonard Rose al cello. A pesar de no estar interpretado con los instrumentos para los que fue creada su belleza no pierde nada.