lunes, 6 de agosto de 2012

Siguiendo los pasos de Remy de Gourmont

El francés debe ser un idioma que facilita la formación de aforismos dada la cantidad de escritores de esa lengua que se han decantado por este género literario. Sin necesidad de ser exhaustivos podemos citar a Pascal, Chamfort, La Rochefoucauld, La Bruyère o Joubert como dignos ejemplos de muestra afirmación. Remy de Gourmont (1858-1915),escritor, periodista y crítico de arte, puede unirse a esta lista sin menoscabo de su calidad. Los temas que trata en sus Pasos en la arena son los de todo pensador: el arte, la política, la religión, los comportamientos humanos, la moral, a los que une reflexiones sobre la inteligencia. Su estilo es heredero de sus antecesores, como él mismo lo define "Unir la claridad con la concisión no es algo que se alcance sin un paciente esfuerzo". Dejamos a continuación algunos ejemplos ilustrativos:

Dios tiene sus cortesanos; como los reyes, como los poderosos.

Un imbécil no se aburre nunca: se contempla.

Un azar dio al hombre la inteligencia. Él la empleó: inventó la estupidez.

La propiedad es necesaria; pero no lo es el que ésta permanezca siempre en las mismas manos.

Los enfermos siempre son optimistas. Tal vez el propio optimismo sea una enfermedad.

Palabras de un cura de pueblo a una devota muy escrupulosa: "Dios no es tan tonto como parece".

La diferencia que existe entre la música popular y la música culta debe ser la misma que existe entre una tela para forrar y un encaje. La distancia es enorme, pero, a fin de cuentas, no es ni puede ser esencial.

Es más o menos evidente que aquellos que sostienen la pena de muerte tienen más afinidad con los asesinos que aquellos que la combaten.

Un vicio es como el amor: no hay nada que no le sacrifiquemos.

La condición fundamental de una buena prosa es que ésta sea natural y rítmica como un movimiento respiratorio.


(Remy de Gourmont, Pasos en la arena, traducción de Luis Eduardo Rivera, Periférica, 2006)

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