Prácticamente concluido el año, estas malas notas para los pobres lectores de este blog, especialmente para mis seguidores (¡Dios mío qué palabra!).
Las palabras nombran el universo, las imágenes sólo lo enseñan.
La literatura tal vez no sirva para nada, pero alivia.
Si quieres saber si una canción es buena, léela en voz alta; si lo que pretendes es averiguar si un poema lo es, cántalo.
Al fetichista no le importaría transformarse en objeto si tuviera la seguridad de permanecer eternamente en contacto con la piel de sus deseos.
¿Qué nos atrae del fuego? La inmediatez, la variedad y lo efímero.
En este cuaderno personal van a aparecer algunas de mis aficiones más queridas: La literatura aforística, los refranes, recomendaciones de libros y música clásica, imágenes y grabados del mundo del libro, y esas "malas notas" que de tarde en tarde se me presentan como si tuvieran algo que decir. La incorporación de nuevas entradas se hará, aproximadamente, todas las semanas.
domingo, 25 de diciembre de 2011
Rossini más allá de la ópera
Todos conocemos a Rossini (1792-1868) como autor de muchas de las óperas más famosas de la historia del género. Es imposible no recordar y disfrutar con El barbero de Sevilla, La cenicienta, Una italiana en Árgel o Guillermo Tell. Algo menos conocidas son sus seis Sonatas para cuerda que compuso con sólo doce años.
El andantino de la segunda sonata empieza como el rompiente de una ola y poco a poco nos adentramos en un mar aparentemente calmo pero diverso; las olas se suceden, más o menos intensas, iguales y variables, meciéndonos o acunándonos para luego, en el tercer movimiento llenarnos de viveza y movimiento.
Rossini pasó sus últimos cuarenta años prácticamente alejado de la composición, no hay forma de imaginar qué nos hubiera dejado su genio, solo podemos constatar que nos dejó algunas de las piezas más alegres de la historia de la música.
El andantino de la segunda sonata empieza como el rompiente de una ola y poco a poco nos adentramos en un mar aparentemente calmo pero diverso; las olas se suceden, más o menos intensas, iguales y variables, meciéndonos o acunándonos para luego, en el tercer movimiento llenarnos de viveza y movimiento.
Rossini pasó sus últimos cuarenta años prácticamente alejado de la composición, no hay forma de imaginar qué nos hubiera dejado su genio, solo podemos constatar que nos dejó algunas de las piezas más alegres de la historia de la música.
Amor en el refranero
Hay dos tipos de amores, el que se escribe con mayúscula y el que se escribe con minúscula. El primero parece que se lo han apropiado los intelectuales, los conservadores y los cursis. Dejemos que cada uno saque su provecho y con su pan se lo coman. El que se escribe con minúscula es el que a diario vemos, el que en cada esquina encontramos y el que, sin duda, nos da más quebraderos de cabeza. De este amor es del que se ocupa el refranero español, un amor cotidiano, risueño, lleno de atrevimiento y alejado de los tópicos que la cultura oficial le ha encasquetado. Prepárense para disfrutar con las ocurrencias del "amor".
Amor de corneta, de diana a retreta.
Amor con casada, vida arriesgada.
Amor que no se atreve, desprécianlo las mujeres.
Amor trompetero, cuantas veo, tantas quiero.
El amor es fuego, pero con él no se cuece el puchero.
El amor y la luna, se parecen: menguan cuando no crecen.
En la feria del amor quien más gasta sale peor.
El amor y la guadaña quieren fuerza y quieren maña.
Juan, que bien me quiere, por mi se muere; pero yo que bien quiero a Miguel me muero por él.
Los galancicos, ésto tenemos; que donde no nos quieren, allí queremos.
Molinero sois, amor, y sois moledor.
Quien ama a la rana, tiénela por la diosa Diana.
Quien bien quiere a la rosa, aunque se pinche, no se enoja.
Te quiero, Andrés, por el interés.
(Juliana Panizo, Refranero temático castellano, Universidad de Valladolid, 1999).
Amor de corneta, de diana a retreta.
Amor con casada, vida arriesgada.
Amor que no se atreve, desprécianlo las mujeres.
Amor trompetero, cuantas veo, tantas quiero.
El amor es fuego, pero con él no se cuece el puchero.
El amor y la luna, se parecen: menguan cuando no crecen.
En la feria del amor quien más gasta sale peor.
El amor y la guadaña quieren fuerza y quieren maña.
Juan, que bien me quiere, por mi se muere; pero yo que bien quiero a Miguel me muero por él.
Los galancicos, ésto tenemos; que donde no nos quieren, allí queremos.
Molinero sois, amor, y sois moledor.
Quien ama a la rana, tiénela por la diosa Diana.
Quien bien quiere a la rosa, aunque se pinche, no se enoja.
Te quiero, Andrés, por el interés.
(Juliana Panizo, Refranero temático castellano, Universidad de Valladolid, 1999).
domingo, 18 de diciembre de 2011
La pasión de Pérez Estrada
Los poetas, acostumbrados a medir y contar las palabras, son buenos aforistas. La necesidad de sintetizar, de condensar y ajustar las palabras y las ideas al verso dotan a los poetas de la necesaria facultad para adentrarse, no todas las veces con fortuna, en la literatura aforística. El gran problema consiste en que hay ocasiones en que todo puede quedar reducido a pura imagen, esplendida, sí, pero falta de contenido; y dentro de cada aforismo deben convivir la idea que se quiere comunicar y la forma que adopta.
El poeta malagueño Rafael Pérez Estrada (1934-2000) tuvo siempre una pasión por lo breve y en su obra aparecen cientos de textos breves, imágenes, versos sueltos, pensamientos que tienen cabida dentro del género del aforismo. Su maestría con nuestra lengua no falta en estas pequeñas obras así como su belleza y originalidad. De su libro Los oficios del sueño (1992) entresaco esta muestra.
Alguien había dado un portazo cogiéndole el ala al ángel. El grito fue similar al de una copa estrellándose en el suelo infinito. Lo demás era soledad y tristeza. Después fue oscureciendo lentamente.
El incienso es el desodorante de la religión.
Nunca verás un amanecer tan hermoso como ella.
Con la frialdad del cirujano clavó el puñal de la crítica en la indefensa ternura del poema.
Lo vi tan feliz y seguro que no pude contenerme: ¡Usted no está en condiciones de escribir poesía!, le advertí didáctico.
Aún guardan olor a primavera / las hojas quemadas en otoño.
Quiero una rosa ácida -me dijo-. No importa el color. Sólo necesito que sea ácida. Una rosa con sabor a pomelo y olor a ropa limpia. Entonces supe que los inviernos con ella serían interesantes, y que la vejez llegaría llena de vértigos. Y me sentí feliz.
Ejemplo evangélico: Vicario General Castrense.
Dice el moralista acérrimo: Pensar es vicio solitario.
El cuerpo es indefenso, frágil y menesteroso.
Y sin esperarlo, le oí decir a aquel anciano encantador: Tengo una decidida voluntad de inmadurez, y dicho, continuó dibujando palomas en el suelo.
Se cuenta de una mujer que fue devorada por la luna. Y se dice que sus gritos eran de plata.
Me preguntó el muchacho con los ojos llenos de atardecer: ¿Cuando yo muera se parará el mar? Y preferí no desilusionarlo.
(Rafael Pérez Estrada, Crónica de la lluvia, ed. José Ángel Cilleruelo, Edhasa 2003)
El poeta malagueño Rafael Pérez Estrada (1934-2000) tuvo siempre una pasión por lo breve y en su obra aparecen cientos de textos breves, imágenes, versos sueltos, pensamientos que tienen cabida dentro del género del aforismo. Su maestría con nuestra lengua no falta en estas pequeñas obras así como su belleza y originalidad. De su libro Los oficios del sueño (1992) entresaco esta muestra.
Alguien había dado un portazo cogiéndole el ala al ángel. El grito fue similar al de una copa estrellándose en el suelo infinito. Lo demás era soledad y tristeza. Después fue oscureciendo lentamente.
El incienso es el desodorante de la religión.
Nunca verás un amanecer tan hermoso como ella.
Con la frialdad del cirujano clavó el puñal de la crítica en la indefensa ternura del poema.
Lo vi tan feliz y seguro que no pude contenerme: ¡Usted no está en condiciones de escribir poesía!, le advertí didáctico.
Aún guardan olor a primavera / las hojas quemadas en otoño.
Quiero una rosa ácida -me dijo-. No importa el color. Sólo necesito que sea ácida. Una rosa con sabor a pomelo y olor a ropa limpia. Entonces supe que los inviernos con ella serían interesantes, y que la vejez llegaría llena de vértigos. Y me sentí feliz.
Ejemplo evangélico: Vicario General Castrense.
Dice el moralista acérrimo: Pensar es vicio solitario.
El cuerpo es indefenso, frágil y menesteroso.
Y sin esperarlo, le oí decir a aquel anciano encantador: Tengo una decidida voluntad de inmadurez, y dicho, continuó dibujando palomas en el suelo.
Se cuenta de una mujer que fue devorada por la luna. Y se dice que sus gritos eran de plata.
Me preguntó el muchacho con los ojos llenos de atardecer: ¿Cuando yo muera se parará el mar? Y preferí no desilusionarlo.
(Rafael Pérez Estrada, Crónica de la lluvia, ed. José Ángel Cilleruelo, Edhasa 2003)
jueves, 8 de diciembre de 2011
Nos vamos de fiesta con Stravinsky
Conocido por sus grandes obras (Petrushka, La consagración de la primavera, El pájaro de fuego) Igor Stravinsky (1882-1971) compuso también algunas miniaturas para el disfrute de sus admiradores. En pocos minutos nos presenta, desarrolla y finaliza melodías perfectas, llenas de vigor algunas (Tango), otras de lirismo (Suite nº 1), todas admirables. Scherrzo a la russe es una invitación a la alegría, desde el primer compás nos encontramos en medio de un circo lleno de trapecistas, payasos, domadores, acróbatas, mujeres barbudas y hombres forzudos, y todo a un ritmo trepidante que nos transporta al centro de la pista a disfrutar y participar de la fiesta.
En esta grabación Travis Jürgens dirige a la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Illinois.
En esta grabación Travis Jürgens dirige a la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Illinois.
Un Ex-libris para un artista
Ya estamos en 1913. Otakar Stafl sigue diseñando ex-libris y uno de ellos es para Karel Hasler (1879-1941) músico, actor, director de cine, guionista. Durante la Segunda Guerra Mundial sus canciones sirvieron a la resistencia antifacista, eran un himno contra la ocupación nazi y en defensa de la nación checa. Arrestado por la gestapo fue trasladado al campo de concentración de Mauthausen donde murió un 22 de diciembre.
El ex-libris nos resumen su vida, vestido de Pierot toca una guitarra sentado sobre una máscara mientras ésta descansa sobre un libro. La melancolía de su rostro parece presagiar su futuro.
El ex-libris nos resumen su vida, vestido de Pierot toca una guitarra sentado sobre una máscara mientras ésta descansa sobre un libro. La melancolía de su rostro parece presagiar su futuro.
Otra R bordada
Sobre la trama del tejido bordamos, apretado y en relieve, la silueta. Deseosos de demostrar nuestra pericia dibujamos ensenadas en las costas curvas de la R y, no satisfechos, lo único recto lo entrecruzamos como si el laberinto le diera fuerza y consistencia. Dentro simulamos una rejilla similar a las bases de los sillones antiguos de los bares. Ya sólo nos falta, para demostrar nuestra habilidad, regalarle un anillo y colocárselo en el centro para hacer más ostensible nuestro trabajo. ¡Qué pena que el hilo y el tejido sean tan tristes!
domingo, 27 de noviembre de 2011
Malas Notas 21
No tenemos más remedio que admirar a nuestros hijos, y reconocer que nunca podremos alcanzarlos.
La paternidad es una profesión en la que regañar debe resultar, cuando menos, doloroso.
La literatura pertenece al reino de lo "que bien pudo ser", enclavado en el territorio de los sueños y cuyos reyes son Doña Quizás y Don Posible.
La vida no es más que una sucesión de malentendidos que, desgraciadamente, sólo nosotros entendemos.
Soy un eterno buscador de la verdad al que fascina cualquiera de las mentiras.
La paternidad es una profesión en la que regañar debe resultar, cuando menos, doloroso.
La literatura pertenece al reino de lo "que bien pudo ser", enclavado en el territorio de los sueños y cuyos reyes son Doña Quizás y Don Posible.
La vida no es más que una sucesión de malentendidos que, desgraciadamente, sólo nosotros entendemos.
Soy un eterno buscador de la verdad al que fascina cualquiera de las mentiras.
En el bicentenario de Liszt
Hace doscientos años nació Franz Liszt, considerado el más grande pianista de todos los tiempos. También es reconocida su influencia y el apoyo que prestó a los nuevos compositores. Creador del poema sinfónico, compuso doce, destacó sobre todo por su obra para piano. Romántico y virtuoso, su obra tiende a la espectacularidad, aunque hay momentos en que parece que se recoge y descubre que basta con insinuar para suspender la respiración del público. Así en esta tercera Consolación para piano S172. La interpretación, bellísima, es del ucraniano Horowitz (1903-1989) que por momentos parece que no necesita tocar las teclas para que se deslice, suave, la música por el escenario.
Perogrulladas en el refranero
Aunque nos quieran hacer creer que los refranes son sentencias profundas que el pueblo ha dado forma a lo largo de los siglos, muchas veces no son sino ocurrencias, gracias y dichos para dar matraca a los demás. La vena humorística es tan importante como la moral, tanto que muchas veces se confunden, y al reírnos de los nuestros vecinos o de nosotros mismos no hacemos otra cosa que liberarnos de un dolor que puede ser insoportable (Nos reímos por no llorar). También nos encontramos con el uso del lenguaje como divertimento, como ejercicio paradójico o como sorpresa inesperada. José Mª Iribarren y Ricardo Ollaquindia en su Refranero navarro tienen un capítulo titulado "Simpladas y sinfundamentadas" en el que recogen algunos de estos dichos. Saboréenlo.
Pantalones tengo tres; éstos, los que llevo puestos y los que ves.
Tampoco el congrio es mal ave.
El que todo lo gasta de una vez, no deja nada para después.
Doce y una trece, el que no caga perece.
¡Qué risa me da el tacón cuando está rota la media!
Lo que le pasó a Narciso, que no le pasó más porque no quiso.
Pa vivir así, más vale no morir.
Con salú te pille el tren.
Pégale en la nuca pa que no cojee.
No hay peor gente que hombres y mujeres y algún soldáu.
¿Qué haces? -Por aquí meando, sin saber lo cago. ( Por aquí me ando sin saber lo que hago).
Eso son verdades de Perogrullo , que a la mano cerrada llamaba puño.
(José Mª Iribarren y Ricardo Ollaquindia, Refranero navarro, Fondo de estudios y publicaciones, 1983)
Pantalones tengo tres; éstos, los que llevo puestos y los que ves.
Tampoco el congrio es mal ave.
El que todo lo gasta de una vez, no deja nada para después.
Doce y una trece, el que no caga perece.
¡Qué risa me da el tacón cuando está rota la media!
Lo que le pasó a Narciso, que no le pasó más porque no quiso.
Pa vivir así, más vale no morir.
Con salú te pille el tren.
Pégale en la nuca pa que no cojee.
No hay peor gente que hombres y mujeres y algún soldáu.
¿Qué haces? -Por aquí meando, sin saber lo cago. ( Por aquí me ando sin saber lo que hago).
Eso son verdades de Perogrullo , que a la mano cerrada llamaba puño.
(José Mª Iribarren y Ricardo Ollaquindia, Refranero navarro, Fondo de estudios y publicaciones, 1983)
Los aflorismos de Castilla del Pino
Entre 2003 y 2009 Castilla del Pino dejó en su ordenador una carpeta con textos cortos a los que denominaba Aflorismos. Según definición del autor el aflorismo es "Algo que se me ocurrió, surgió o me apareció de manera más o menos inesperada". Si reparamos en los más de ochocientos textos podemos apreciar que aunque ha cambiado el nombre nos encontramos con verdaderos aforismos. Basta reconocer algunas de las características propias de éstos para identificarlas en los textos de Castilla del Pino. Así descubrimos que una misma idea se reitera desde enunciados diferentes; como, a veces, aparentemente se desarrollan ideas contradictorias (sólo en apariencia, ya que el mundo en que vivimos, y por lo tanto el que expresamos, no es único sino diverso y variado); también reconocemos ideas expresadas con antelación por otros pensadores, incluso conceptos demasiado manidos. Pero todo esto forma parte del aforismo, incluso su intención moral. En muchos de los aflorismos vemos la pretensión de señalar una vía de comportamiento para ser más felices o menos desdichados. Como no podía ser de otra manera predominan los pensamientos sobre los sentimientos y las conductas. En resumen nos encontramos ante una colección de aforismos con todos los ingredientes de una obra clásica y con el aliciente de todo un escritor contemporáneo.
La selección que añado sólo pretende incitar a su lectura y disfrute.
Vive de tal forma que cuando llegue la hora de la muerte sientas pena por dejar esta vida.
Releer: la seguridad de no perder el tiempo.
No te exhibas. Que los demás te descubran.
Uno sobrevive sólo en el recuerdo de los demás. Cuando éstos desaparecen, uno ha desaparecido también. No hay inmortalidad: hay memoria.
Más que la búsqueda directa de la felicidad, que es utopía, debemos desprendernos de lo que nos hace infelices.
Hay errores en la vida, y hay vidas erradas: son dos cosas distintas.
Diferenciar entre quién se es y qué se es. Lo segundo es accesorio y, como tal, perecedero.
Los grandes escritores nos enseñan a leer el mundo.
La cultura es un instrumento para ver y para estar en el mundo; además, entretenimiento.
Hay siempre una constante de soledad en el ser humano: su intimidad.
Hablar puede ser hablarse, pero escribir es siempre escribir-le.
El hombre está hecho para poder estar solo, no para ser solitario.
(Carlos Castilla del Pino, Aflorismos. Pensamientos póstumos, Tusquets, 2011)
La selección que añado sólo pretende incitar a su lectura y disfrute.
Vive de tal forma que cuando llegue la hora de la muerte sientas pena por dejar esta vida.
Releer: la seguridad de no perder el tiempo.
No te exhibas. Que los demás te descubran.
Uno sobrevive sólo en el recuerdo de los demás. Cuando éstos desaparecen, uno ha desaparecido también. No hay inmortalidad: hay memoria.
Más que la búsqueda directa de la felicidad, que es utopía, debemos desprendernos de lo que nos hace infelices.
Hay errores en la vida, y hay vidas erradas: son dos cosas distintas.
Diferenciar entre quién se es y qué se es. Lo segundo es accesorio y, como tal, perecedero.
Los grandes escritores nos enseñan a leer el mundo.
La cultura es un instrumento para ver y para estar en el mundo; además, entretenimiento.
Hay siempre una constante de soledad en el ser humano: su intimidad.
Hablar puede ser hablarse, pero escribir es siempre escribir-le.
El hombre está hecho para poder estar solo, no para ser solitario.
(Carlos Castilla del Pino, Aflorismos. Pensamientos póstumos, Tusquets, 2011)
domingo, 13 de noviembre de 2011
La vuelta de Juan Marsé
Ya nos lo había advertido Un día volveré; y para nuestra alegría ha vuelto al mundo que nos ha cautivado tantas veces. Vuelve el Carmelo, Guinardó, la Barceloneta, Travesera de Dalt, el Parque Güell y el Ensanche. Vuelve la posguerra, la miseria, las ensoñaciones y los héroes a su pesar. El mundo de Marsé es uno y único, y nos permite, cada cierto tiempo, que vivamos en él. Tras su incursión en la actualidad con Canciones de amor en Lolita's Club, Marsé vuelve al tiempo de su juventud, aquel donde se formó y formó una manera de ver el mundo. Caligrafía de los sueños, su última novela, nos cuenta la iniciación de un muchacho a la vida. Cargada de múltiples referencias autobiográficas somos espectadores del paso de la adolescencia a la juventud de Ringo, muchacho que deviene en futuro escritor al perder un dedo en un taller de joyería y ver frustrada su vocación de pianista. Pero siendo importante el protagonista no es nada sin los entrañables personajes que le rodean, su familia adoptiva, sus compañeros de correrías, la masajista y su hija, el futbolista cojo o los hermanos de la taberna, todos forman el entramado por donde discurren sus sueños. Fiel continuadora de dos de las más importantes novelas escritas el pasado siglo- El embrujo de Shanghai y Rabos de lagartija- en su nueva novela Marsé vuelve a demostrar que es tan buen novelista como narrador. Especial mención a los diálogos, perfectos a la hora de identificar a los personajes, fluyen con naturalidad y desparpajo, como en la vida misma.
(Juan Marsé, Caligrafía de los sueños, Lumen, 2011)
(Juan Marsé, Caligrafía de los sueños, Lumen, 2011)
lunes, 24 de octubre de 2011
Malas Notas 20
Hemos llegado a las veinte notas malas. Resignación y aliento.
En el pasado todo lo recordamos más grande: la casa de la infancia, las calles y los domingos.
Hay autores que deberían compartir los premios y galardones con sus lectores; no en balde, a veces, es mayor el esfuerzo por entenderlos que el trabajo que ellos se dan al escribir sus obras.
Si mis padres fueron mejores que yo, y mis hijos, sin duda, lo serán, ¿qué soy yo? Un ser afortunado.
Kafka me enseño a amar la literatura y Borges a disfrutarla.
Si no puedes ser agradable sé al menos correcto.
En el pasado todo lo recordamos más grande: la casa de la infancia, las calles y los domingos.
Hay autores que deberían compartir los premios y galardones con sus lectores; no en balde, a veces, es mayor el esfuerzo por entenderlos que el trabajo que ellos se dan al escribir sus obras.
Si mis padres fueron mejores que yo, y mis hijos, sin duda, lo serán, ¿qué soy yo? Un ser afortunado.
Kafka me enseño a amar la literatura y Borges a disfrutarla.
Si no puedes ser agradable sé al menos correcto.
Ex-libris para una actriz
En 1912 Otakar Stafl, entre otros muchos encargos, diseñó este ex-libris para la actriz Jarmila Kronbauerova (1893-1968). Una máscara desde el fondo contempla como, en primer plano, unas flores rojas consiguen destacar sobre múltiples ramas de espino que forman una red inexpugnable. ¿Cómo compaginar esta pesadilla con la belleza, intemporal, de la artista?
R bordada sobre tela
Como si sobre una tela con pequeñas cruces bordadas, encontramos esta R con un doble cordón que limita su forma, y dentro, para realzar su presencia, pequeñísimos surcos le dan volumen. Las cruces que no oculta la letra, quedando al fondo, le dan una profundidad que no tiene, y el marco, otro doble cordoncillo, una cerca que la inmoviliza.
Refranes vascos
En 1596 se publica en Pamplona Refranes y Sentencias comunes en Bascuence, declaradas en Romance. Son un total de 394 refranes escritos en vasco y en castellano. Según indican los estudiosos el origen debe buscarse más en la literatura castellana que en la vasca, pudiendo ser una traducción a la lengua del País Vasco de refranes ya muy conocidos en el territorio peninsular. Julio de Urquijo los publicó a principios del siglo XX con la traducción al vasco actual y unas glosas que indagan tanto en la filología del eusquera como en el parentesco con los refraneros castellanos y franceses. De estos cerca de 400 refranes sacamos los siguientes ejemplos:
No tiene moho la piedra movediza ni hace panal la abeja espantadiza.
Gotera continua piedra horada y el tiempo largo todo lo olvida.
El mal cantor porfía.
Padre viejo y abarca rota no es deshonra.
Refranes del tiempo pasado, verdades.
Cual suele ser la madre, tal suele ser la hija.
No hagas cuando fueres por el desierto lo que no fuere hermoso en la calle.
El que está acechando es oidor de sus males.
Mayo oscuro y junio claro, pan para todo el año.
Los pastores riñeron, los quesos aparecieron.
El hijo del raposo: zorro.
Ladrones de antaño, verdugos de los de ogaño.
(Julio de Urquijo, Refranero vasco. Los refranes y sentencias de 1596, Editorial Añumendi, San Sebastián, 1964)
No tiene moho la piedra movediza ni hace panal la abeja espantadiza.
Gotera continua piedra horada y el tiempo largo todo lo olvida.
El mal cantor porfía.
Padre viejo y abarca rota no es deshonra.
Refranes del tiempo pasado, verdades.
Cual suele ser la madre, tal suele ser la hija.
No hagas cuando fueres por el desierto lo que no fuere hermoso en la calle.
El que está acechando es oidor de sus males.
Mayo oscuro y junio claro, pan para todo el año.
Los pastores riñeron, los quesos aparecieron.
El hijo del raposo: zorro.
Ladrones de antaño, verdugos de los de ogaño.
(Julio de Urquijo, Refranero vasco. Los refranes y sentencias de 1596, Editorial Añumendi, San Sebastián, 1964)
domingo, 16 de octubre de 2011
Una primavera menos famosa
Ahora que estamos en pleno otoño es buen momento para escuchar la primavera. Y como el clérigo Vivaldi no tiene la exclusiva de la inclinación del eje de la tierra y su efecto en la sucesión de las estaciones, vamos a dejar que sea Joseph Haydn (1732-1809) quien nos muestre qué era para él la primavera.
El compositor austriaco, famoso sobre todo por sus sinfonías -compuso más de cien- y sus cuartetos de cuerda -no menos de ochenta- escribió en 1801 el oratorio Las estaciones. Dentro de la primavera Simón nos canta el aria "Schon eilet froh der Ackermann", que en traducción de Horacio Franco sería:
Alegre y muy impaciente,
el campesino va a trabajar la tierra,
silbando sigue al arado
formando largos surcos.
En caminos bien trazados riega las
semillas y las siembra.
La tierra las recibe
para madurarlas rápidamente en frutos
de oro.
En esta ocasión la escuchamos dirigida por Nikolaus Harnoncourt.
El compositor austriaco, famoso sobre todo por sus sinfonías -compuso más de cien- y sus cuartetos de cuerda -no menos de ochenta- escribió en 1801 el oratorio Las estaciones. Dentro de la primavera Simón nos canta el aria "Schon eilet froh der Ackermann", que en traducción de Horacio Franco sería:
Alegre y muy impaciente,
el campesino va a trabajar la tierra,
silbando sigue al arado
formando largos surcos.
En caminos bien trazados riega las
semillas y las siembra.
La tierra las recibe
para madurarlas rápidamente en frutos
de oro.
En esta ocasión la escuchamos dirigida por Nikolaus Harnoncourt.
En los diarios de Renard
Los diarios, como los cuadernos de notas, son buenos textos donde encontrar aforismos, aunque no fueran escritos con esa intención. La urgencia para dejar constancia de un pensamiento, la intimidad y privacidad del acto de escribir un diario y la libertad y frescura en la forma, hacen que muchas de sus anotaciones puedan ser consideradas y utilizadas como aforismos.
Jules Renard (1864-1910) llevó durante veintitrés años un diario cuya última anotación es de un mes y medio antes de su muerte. Él es el protagonista y sus amigos, su familia, la literatura y la sociedad francesa la materia sobre la que opinar. Como buen moralista nada queda fuera de su interés y todo lo que le rodea requiere su atención y, como no puede ser de otra manera, su opinión. Otro rasgo le acerca a los grandes aforistas, el humor y la irreverencia.
Veamos algunos de estos posibles aforismos.
Que no te engañen los rostros altivos y silenciosos: son tímidos.
¡Cuántos han querido suicidarse, y se han conformado con romper sus fotografías!
Dices que aún no estas maduro. ¿A qué esperas? ¿A pudrirte?
Los elogios se invierten como se invierte el dinero, para que nos lo devuelvan con intereses.
He construido castillos en el aire tan hermosos que me conformo con las ruinas.
Puede estar usted seguro de que nunca olvidaré el favor que le he hecho.
¡Y pensar que si fuera viudo tendría que salir a cenar fuera!
Sí, lo sé. Todos los grandes hombres primero fueron ignorados; pero yo no soy un gran hombre, así que preferiría ser famoso inmediatamente.
Solo hago vida social cuando tengo ganas de aburrirme.
Para triunfar de veras, primero tienes que triunfar, y luego que los demás fracasen.
En el momento en que el condenado tiene la cabeza en la guillotina, antes de que cayera la cuchilla tendría que producirse un silencio. Un guardia saldría de las filas y entregaría un sobre al verdugo, y este le diría al condenado: "¡Es tu indulto!". Y haría caer la cuchilla.
Así, el condenado moriría feliz.
(Jules Renard, Diario 1887-1910, Debolsillo, 2008)
Jules Renard (1864-1910) llevó durante veintitrés años un diario cuya última anotación es de un mes y medio antes de su muerte. Él es el protagonista y sus amigos, su familia, la literatura y la sociedad francesa la materia sobre la que opinar. Como buen moralista nada queda fuera de su interés y todo lo que le rodea requiere su atención y, como no puede ser de otra manera, su opinión. Otro rasgo le acerca a los grandes aforistas, el humor y la irreverencia.
Veamos algunos de estos posibles aforismos.
Que no te engañen los rostros altivos y silenciosos: son tímidos.
¡Cuántos han querido suicidarse, y se han conformado con romper sus fotografías!
Dices que aún no estas maduro. ¿A qué esperas? ¿A pudrirte?
Los elogios se invierten como se invierte el dinero, para que nos lo devuelvan con intereses.
He construido castillos en el aire tan hermosos que me conformo con las ruinas.
Puede estar usted seguro de que nunca olvidaré el favor que le he hecho.
¡Y pensar que si fuera viudo tendría que salir a cenar fuera!
Sí, lo sé. Todos los grandes hombres primero fueron ignorados; pero yo no soy un gran hombre, así que preferiría ser famoso inmediatamente.
Solo hago vida social cuando tengo ganas de aburrirme.
Para triunfar de veras, primero tienes que triunfar, y luego que los demás fracasen.
En el momento en que el condenado tiene la cabeza en la guillotina, antes de que cayera la cuchilla tendría que producirse un silencio. Un guardia saldría de las filas y entregaría un sobre al verdugo, y este le diría al condenado: "¡Es tu indulto!". Y haría caer la cuchilla.
Así, el condenado moriría feliz.
(Jules Renard, Diario 1887-1910, Debolsillo, 2008)
domingo, 9 de octubre de 2011
El camafeo
Esta R quería ser libre pero el amor de una mujer se le coló en su interior, y para que no se pudiera marchar decidió enmarcarse, como un espejo temeroso de quebrarse. Como el tiempo todo lo destruye añadió un péndulo inmóvil que retrasase el futuro y fijase, como la raíz a la planta, su amor en el presente. Pero quién sabe si el amor tiene Remedio.
Stafl diseña para Stafl
En la entrada anterior de los ex-libris de Otakar Stafl vimos un diseño que en 1910 había hecho para su padre. En esta ocasión encontramos que un año más tarde él mismo fue el destinatario de su arte. Unas nubes amenazan el paisaje donde destaca, en primer plano, los restos de una columna clásica. No sabemos si la hiedra es la culpable de la destrucción o la imagen de que no todo está perdido.
Refranes contra el clero
El anticlericalismo español es algo que ni los mismos clérigos ponen en duda. No todos los anticlericales son ateos o agnósticos, la mayoría son cristianos que no entienden cómo los representantes de su Dios hacen lo contrario de lo que dicen y se alían siempre con los más poderosos. El refranero ha recogido este malestar y lo ha expresado, desde hace siglos, sin eufemismos. En otra ocasión tal vez nos centremos en algún grupo particular (monjes, curas, abades, frailes), pero en esta primera aproximación nos conformaremos con una docena, del fraile (13), para abrir boca y degustar uno de los más sabrosos manjares.
A la lumbre y al fraile, no hay que hurgarle; porque la lumbre se apaga y el fraile arde.
A santo que come y bebe, otro le rece.
Abad de Redondela, comisteis de la olla y pedís cazuela.
Al fraile gordo, latigazo en los lomos.
Amor de monja y fuego de estopa y viento de culo, todo es uno.
Asnos, clérigos y judíos, quieren mucho a sus hijos.
Bien predica el ayunar quien acaba de almorzar.
Como el cura de Morote: viejo, chocho... y simplote.
Con militares, frailes y gatos, pocos tratos.
Cuando el prior juega a los naipes, ¿qué harán los frailes?
De los curas y de los mulos, cuanto más lejos más seguros.
De rey, río y religión, líbranos, Señor.
El abad de la Madalena, si bien come, mejor cena.
(Esteban, José, Refranero anticlerical, Madrid, Ediciones Vosa, 1997).
A la lumbre y al fraile, no hay que hurgarle; porque la lumbre se apaga y el fraile arde.
A santo que come y bebe, otro le rece.
Abad de Redondela, comisteis de la olla y pedís cazuela.
Al fraile gordo, latigazo en los lomos.
Amor de monja y fuego de estopa y viento de culo, todo es uno.
Asnos, clérigos y judíos, quieren mucho a sus hijos.
Bien predica el ayunar quien acaba de almorzar.
Como el cura de Morote: viejo, chocho... y simplote.
Con militares, frailes y gatos, pocos tratos.
Cuando el prior juega a los naipes, ¿qué harán los frailes?
De los curas y de los mulos, cuanto más lejos más seguros.
De rey, río y religión, líbranos, Señor.
El abad de la Madalena, si bien come, mejor cena.
(Esteban, José, Refranero anticlerical, Madrid, Ediciones Vosa, 1997).
martes, 27 de septiembre de 2011
Una canción de amor de Brahms
Sé que es imperdonable que el primer lieder que proponga no sea de Schubert; ni siquiera de Schumann, pero que le vamos a hacer, se cruzó Johannes Brahms por medio e irrumpió con sus Liebeslieder (canciones de amor) op. 52 y nos dejó, entre otras muchas, ésta que en menos de un minuto nos levanta el ánimo y tarareamos como queriendo participar de una fiesta.
domingo, 25 de septiembre de 2011
Un judio finlandés.
Como es de suponer mi interés por la literatura finlandesa es, debo admitir, nula. Sin embargo no lo es por la literatura judía. Con independencia del idioma, inglés, alemán, italiano o ruso, la producción de escritores de origen judío me atrae poderosamente. Es por este hecho que compré Mi abuelo llegó del frío, del finlandés Daniel Katz. Su lectura ha sido muy placentera. La historia de una familia judía en Finlandia, de procedencia rusa, durante las dos guerras mundiales nos enseña los avatares que deben sufrir por pertenecer a esa raza. Pero sus historias son luminosas, llenas de humor y ajenas al desengaño. No hay victimismo, la ironía se dispara para todos los frentes, incluido, por supuesto, el de los mismos judíos. La presentación de algunos ritos, inolvidable la circuncisión durante un bombardeo, no puede ser más alegre y la risa es un ingrediente más de la historia. Kastz podría ser calificado como un librepensador dentro del judaísmo, manteniendo unas tesis de lo más heterodoxas dentro de su raza, pero que para muchos que no pertenecemos a ella nos hace reconciliarnos con un pueblo que vemos sólo desde la perspectiva de la actualidad de sus gobernantes.
(Daniel Katz, Mi abuelo llegó del frío, Libros del Asteroide, 2011)
(Daniel Katz, Mi abuelo llegó del frío, Libros del Asteroide, 2011)
Aforismos del equilibrista
Andrés Neuman (Buenos Aires, 1977) también se ha atrevido con los aforismos publicando un libro, El equilibrista, donde recoge 266 pensamientos que tratan sobre la vida, el arte y la literatura. Si comparamos sus aforismos con los clásicos comprobamos que pecan de un exceso de rigidez en lo formal y de sentencioso en lo conceptual. En sus textos pocas veces encontramos la sorpresa, el giro inesperado, lo paradójico; y muchas lo solemne, lo seco, lo común. He aquí una pequeña selección de los que más me han gustado.
Al paciente le queda cada vez más tiempo.
Las ideas actúan. Por eso no todas las opiniones son respetables.
El olvido requiere una buena memoria.
Conviene burlarse un poco de casi todo, y mucho de casi nada.
La discreta nostalgia de lo que no ocurrió.
Viajar no es trasladarse.
A veces arrastramos a los otros hacia nuestra oscuridad, cuando lo que queríamos era pedirles que encendieran la luz.
No hay personas corrientes, sino observadores mediocres.
La razón, ciertamente, naufraga. Pero sabe nadar.
El erotismo es una posibilidad; la pornografía, un hecho consumado. La diferencia no es moral sino lingüística.
Cuando no escribe, un cuentista se halla en estado de expectación. Un novelista, es estado larvario. Un poeta, en estado de susceptibilidad. Y un ensayista, en estado de confusión
(Andrés Neuman, El equilibrista, El Acantilado, 2005)
Al paciente le queda cada vez más tiempo.
Las ideas actúan. Por eso no todas las opiniones son respetables.
El olvido requiere una buena memoria.
Conviene burlarse un poco de casi todo, y mucho de casi nada.
La discreta nostalgia de lo que no ocurrió.
Viajar no es trasladarse.
A veces arrastramos a los otros hacia nuestra oscuridad, cuando lo que queríamos era pedirles que encendieran la luz.
No hay personas corrientes, sino observadores mediocres.
La razón, ciertamente, naufraga. Pero sabe nadar.
El erotismo es una posibilidad; la pornografía, un hecho consumado. La diferencia no es moral sino lingüística.
Cuando no escribe, un cuentista se halla en estado de expectación. Un novelista, es estado larvario. Un poeta, en estado de susceptibilidad. Y un ensayista, en estado de confusión
(Andrés Neuman, El equilibrista, El Acantilado, 2005)
domingo, 11 de septiembre de 2011
Malas Notas 19
Esta sola nota que intenta explicar mi desolación.
Seguramente el acontecimiento histórico más importante que haya vivido, y posiblemente que vaya a vivir, ha sido la destrucción de las Torres Gemelas en Nueva York. La cantidad de víctimas, su vulnerabilidad y naturaleza, el hecho de sorprenderlos en la más absoluta cotidianidad, equipara la tragedia a las catástrofes naturales. Pero en éstas no hay voluntad (salvo que culpemos a Dios por su indiferencia). Es la "intención" de alguien, a quien pudiéramos llamar de los "nuestros" (humanos), la que eleva la tragedia a la categoría de horror.
Seguramente el acontecimiento histórico más importante que haya vivido, y posiblemente que vaya a vivir, ha sido la destrucción de las Torres Gemelas en Nueva York. La cantidad de víctimas, su vulnerabilidad y naturaleza, el hecho de sorprenderlos en la más absoluta cotidianidad, equipara la tragedia a las catástrofes naturales. Pero en éstas no hay voluntad (salvo que culpemos a Dios por su indiferencia). Es la "intención" de alguien, a quien pudiéramos llamar de los "nuestros" (humanos), la que eleva la tragedia a la categoría de horror.
miércoles, 31 de agosto de 2011
Malas Notas 18
Si es cierto que a veces la realidad supera la ficción, también lo es que la ficción nos ayuda a superar la realidad.
¿Hay mayor expresión de poder que la del director de orquesta que logra que del movimiento de sus manos surja la música?
Si es verdad que, como se reconoce universalmente, los días felices pasan a la velocidad vértigo, y los tristes no tienen fin; hemos de admitir entonces que la felicidad no hace otra cosa que acercarnos a la muerte.
La amistad y la justicia son universos sin mundos comunes.
Hay quienes piensan, y dicen, que la música y el paisaje son de la misma naturaleza. No pueden estar más equivocados, mientras la música es orden, rigor y esfuerzo, el paisaje es pura casualidad.
¿Hay mayor expresión de poder que la del director de orquesta que logra que del movimiento de sus manos surja la música?
Si es verdad que, como se reconoce universalmente, los días felices pasan a la velocidad vértigo, y los tristes no tienen fin; hemos de admitir entonces que la felicidad no hace otra cosa que acercarnos a la muerte.
La amistad y la justicia son universos sin mundos comunes.
Hay quienes piensan, y dicen, que la música y el paisaje son de la misma naturaleza. No pueden estar más equivocados, mientras la música es orden, rigor y esfuerzo, el paisaje es pura casualidad.
Las cuatro esquinas de Longares
En 2001 Manuel Longares conseguía el Premio Nacional de la Crítica por su novela Romanticismo. Novela magnífica donde nos muestra el Madrid de la transición con todos aquellos personajes que creían que estaban inventando el mundo y al fin sólo acaban siendo máscara de su propia miseria. Este año ha publicado el libro Las cuatro esquinas. Cuatro relatos que tratan de España en cuatro épocas que representan cuatro generaciones. El primer relato sucede alrededor de 1940 y los siguientes aproximadamente en 1960, 1980 y 2000. Lo que nos cuenta no tiene nada de heroico, al contrario, sus protagonistas parecen destinados a sobrevivir en un mundo que les viene demasiado grande. Por eso se agradece que a la pulcritud de su escritura añada un toque de absurdo en algunas de las situaciones, una cierta socarronería con que trata determinados personajes, todo ello conforma un libro que acaba endulzando la tristeza. Como en el juego infantil que da título al libro el lector se encuentra en el centro, las cuatro esquinas que ya están ocupadas y observa lo que en ellas sucede sin decidirse por ninguna de ellas, porque tal vez la mejor posición es la que él mantiene.
(Manuel Longares, Las cuatro esquinas, Galaxia Gutenberg, 2011)
(Manuel Longares, Las cuatro esquinas, Galaxia Gutenberg, 2011)
lunes, 29 de agosto de 2011
Britten en sus orígenes
Benjamín Britten (1913-1976) compositor inglés escribió en 1934 su cuarta obra, Sinfonía Simple, para interpretación de instrumentos de cuerda. De escasa duración, alrededor de 18 minutos, está organizada en cuatro movimientos. El segundo movimiento, el que podéis escuchar a continuación, se toca sin arco, sólo con los dedos percutiendo sobre las cuerdas, de ahí su denominación: Playful Pizzicato. A la alegría de este movimiento le sigue una deliciosa y "sentimental sarabanda" que también recomiendo. La interpretación está a cargo de Cocoro String.
De Stáfl para Stáfl
En esta tercera entrega de ex-libris diseñados por Otakar Stáfl he escogido uno que creó en 1910 y estaba destinado a la biblioteca de su padre Josef Stáfl (1860-1937). Confiemos que durante los veintisiete años que vivió desde entonces disfrutó cada vez que lo pegaba en uno de sus libros. Como en el primer ex-libris que colocamos de Stáfl el motivo vuelve a ser la ciudad de Praga; si en el primero aparecía la figura del Castillo, en esta ocasión es la silueta de las torres gemelas de la iglesia gótica de Tyn, tan bella en la realidad como en la imagen.
Una R de incógnito
Si no fuera porque lo indica el título y porque casi siempre utilizamos esta letra rara, difícilmente reconoceríamos a la "R" entre tantas líneas curvas. El diseñador parece que olvidando la letra que tenía que representar se entretuvo enmarañando la página con múltiples curvas que se entrecruzaban una y otra vez, y sólo cuando recordó su encargo remarcó algunas de ellas para que aparentaran una forma que, aún así, cuesta trabajo reconocer. Se ve mejor desde lejos, pero de muy lejos tampoco se ve. Ánimo.
jueves, 25 de agosto de 2011
Un refranero de 1509
En 1509 se publicó en Burgos por primera vez el libro Refranes famosísimos y provechosos glosados. Un año antes era publicado en Sevilla, Refranes que dizen las viejas tras el fuego, atribuido al Marqués de Santillana. Es decir, nos encontramos con el segundo libro de refranes publicado en castellano, y curiosamente ya aparece en su título la indicación de famosísimos, lo que nos informa de la antigüedad de los mismos; nada adquiere la fama de un día para otro. Otra particularidad de este libro es que no se presenta como una recopilación de refranes. Un padre que no dispone de fortuna que legar a su hijo la sustituye por una lección de moral dividida en doce capítulos, con los que pretende aleccionar a su hijo para que..."paseando por las adversidades de este miserable mundo, merezcas alcanzar la bienaventuranza para que eres criado."
Veamos algunos de los proverbios que hace 500 años eran famosos y pensemos si ahora nos serían igualmente provechosos.
Hayamos paz, y moriremos viejos.
Con lo que Pedro sana, Domingo adolece.
De buena planta planta la viña y de buena madre, toma la hija.
Quien te hace fiesta quien no la suele hacer, o te quiere engañar. o te ha menester.
Donde el maravedí se deja hallar, otro debes allí buscar.
Nadar y nadar y ahogarse en la orilla.
Comed mangas, que por vosotros me hacen honra.
El hijo del asno, una hora al día rozna.
Vaya yo caliente y ríase la gente.
Mundo redondo, quien no sabe nadar vase a lo hondo.
La sardina de Blanes, que saltando del fuego, dio en las brasas.
A buen entendedor, pocas palabras.
Veamos algunos de los proverbios que hace 500 años eran famosos y pensemos si ahora nos serían igualmente provechosos.
Hayamos paz, y moriremos viejos.
Con lo que Pedro sana, Domingo adolece.
De buena planta planta la viña y de buena madre, toma la hija.
Quien te hace fiesta quien no la suele hacer, o te quiere engañar. o te ha menester.
Donde el maravedí se deja hallar, otro debes allí buscar.
Nadar y nadar y ahogarse en la orilla.
Comed mangas, que por vosotros me hacen honra.
El hijo del asno, una hora al día rozna.
Vaya yo caliente y ríase la gente.
Mundo redondo, quien no sabe nadar vase a lo hondo.
La sardina de Blanes, que saltando del fuego, dio en las brasas.
A buen entendedor, pocas palabras.
Portada de la edición de 1524 |
( Refranes famosísimos y provechosos glosados, Fundación instituto castellano y leonés de la lengua, 2005)
miércoles, 24 de agosto de 2011
Por fin Chamfort
Es curioso que hasta ahora no haya aparecido entre los clásicos la figura de Chamfort (1741-1794). Este moralista francés es, sin duda, uno de los máximos exponentes de la literatura aforística. Se unen en él los dos ingredientes del aforismo perfecto: la originalidad del pensamiento con la sintaxis exacta. En sus pensamientos si nada falta tampoco sobra. La naturalidad de su escritura oculta un estilo depurado, trabajado al máximo, despreciando lo superfluo, ofreciendo al lector un resultado sorprendente y a la vez agradable. En suma, lo que más se puede desear. En esta ocasión los aforismos provienen de sus Máximas y pensamientos, en concreto de los dos primeros capítulos donde expone máximas generales. Que las disfruten.
La mayoría de los autores de colecciones de versos y citas célebres recuerdan a quienes devoran cerezas u ostras, eligiendo al principio las mejores y acabando por comerlas todas.
Se echa en falta la pereza de un malvado y el silencio de un tonto.
En los grandes asuntos, los hombres se muestran como les conviene, en los pequeños, tal como son en realidad.
La importancia sin mérito da lugar a la consideración sin estima.
Considerando los modales con que se tratan a los enfermos en los hospìtales, se pensaría que los hombres han imaginado estos tristes asilos, no para sanar a aquellos, sino para sustraerlos a la vista de los afortunados a quienes estas desgracias turbarían en sus goces.
De todas las jornadas, la más desaprovechada es aquella en que no hemos reído.
Existen siglos en los que la opinión pública es la peor de las opciones.
Vano quiere decir vacío; así, la vanidad es tan miserable que apenas se le puede imputar algo peor que su nombre. Se ofrece exactamente por lo que es.
Vivir es una enfermedad de la cual el sueño nos alivia cada dieciséis horas. Es un lenitivo, cuyo remedio no es otro que la muerte.
Existen dos cosas a las cuales hay que hacerse, so pena de encontrar la vida insoportable: las injurias del tiempo y las injusticias de los hombres.
Es más fácil legalizar ciertas cosas que legitimarlas.
La falsa modestia es la más decente de todas las mentiras.
(Chamfort, Máximas, pensamientos, caracteres y anécdotas, Península, 1999)
La mayoría de los autores de colecciones de versos y citas célebres recuerdan a quienes devoran cerezas u ostras, eligiendo al principio las mejores y acabando por comerlas todas.
Se echa en falta la pereza de un malvado y el silencio de un tonto.
En los grandes asuntos, los hombres se muestran como les conviene, en los pequeños, tal como son en realidad.
La importancia sin mérito da lugar a la consideración sin estima.
Considerando los modales con que se tratan a los enfermos en los hospìtales, se pensaría que los hombres han imaginado estos tristes asilos, no para sanar a aquellos, sino para sustraerlos a la vista de los afortunados a quienes estas desgracias turbarían en sus goces.
De todas las jornadas, la más desaprovechada es aquella en que no hemos reído.
Existen siglos en los que la opinión pública es la peor de las opciones.
Vano quiere decir vacío; así, la vanidad es tan miserable que apenas se le puede imputar algo peor que su nombre. Se ofrece exactamente por lo que es.
Vivir es una enfermedad de la cual el sueño nos alivia cada dieciséis horas. Es un lenitivo, cuyo remedio no es otro que la muerte.
Existen dos cosas a las cuales hay que hacerse, so pena de encontrar la vida insoportable: las injurias del tiempo y las injusticias de los hombres.
Es más fácil legalizar ciertas cosas que legitimarlas.
La falsa modestia es la más decente de todas las mentiras.
(Chamfort, Máximas, pensamientos, caracteres y anécdotas, Península, 1999)
domingo, 21 de agosto de 2011
Un refrán, Chejov, Sepúlveda y García Márquez
En las dos primeras entradas de la etiqueta "Entre lo popular y lo culto" comentamos cómo un refrán del Siglo de Oro español tenía su correspondencia con un cuento de Chejov y un relato de Luis Sepúlveda. En esta ocasión veremos cómo también aparece en el libro de memorias de Gabriel García Márquez.
El refrán a que nos referimos dice: A mi hijo el bachiller en Salamanca (para otras versiones se puede ver la primera de las entradas), y hace referencia a una carta que manda desde el pueblo o aldea un padre a su hijo que cursa estudios en la famosa y multitudinaria universidad.
Pues bien, hace poco y rebuscando entre mis papeles encontré una nota, escrita en el verano de 2003, en que apuntaba que García Márquez casi al final de sus memorias Vivir para contarla contaba una anécdota que tenía relación con el refrán que antes hemos señalado. Por aquel entonces era periodista en El Espectador y andaba a la caza de una noticia que deviniera en algún posible reportaje. Nos dice, y veremos luego su importancia, que en ese periódico... "la materia prima invariable del oficio era la verdad y nada más que la verdad, y eso nos mantenía en una tensión invivible". En su búsqueda de noticias se encontró cierto día en Bogotá con un letrero sobre la puerta de una casa colonial que rezaba: "Oficina de Rezagos del Correo Nacional", inquietado por el cometido de dicha oficina se apresuró a descubrirlo. La misión no era otra que encontrar los destinatarios de cartas mal dirigidas por tener los sobres en blanco o con muy pocas indicaciones. Eran conocidas como las "cartas para el hombre invisible" y para alcanzar su cometido las abrían intentando descubrir alguna pista, ya fuera del destinatario como del remitente. Todo acabó en un reportaje titulado "El cartero llama mil veces" y con un subtítulo acaso más sugerente "El cementerio de las cartas perdidas".
Pero no debió de quedar satisfecha su curiosidad con el reportaje cuando se propuso descubrir la destinataria de una de estas cartas. Desde la leprosería de Agua de Dios se había mandado una carta dirigida a "la señora de luto que va todos los días a la misa de cinco en la iglesia de las Aguas". A pesar de sus múltiples averiguaciones y de asistir durante semanas a misa de cinco sólo consiguió conocer a tres señoras mayores que vestían de invariable luto y que decían no tener ninguna relación con la leprosería.
Volvamos a nuestro refrán, es indiscutible que nos encontramos con un mismo motivo, el bachiller de Salamanca está emparentado con la mujer enlutada de la misa de cinco.
Si en el cuento de Chejov veíamos que la carta con las señas mal indicadas era un recurso que abocaba a la tragedia y en el de Luis Sepúlveda también pudiera ser otro recurso para mantenerse en el olvido al protagonista de la historia, en el caso que nos cuenta García Márquez no podemos hablar de recurso sino de verdad y nada más que verdad.
En alguna ocasión he defendido que muchos refranes tienen su origen en hechos y situaciones reales que dada su peculiaridad han trascendido y se han incorporado al lenguaje coloquial añadiendo a su sentido literal uno menos obvio aunque sí más general. En nuestro caso el refrán se utilizaba para ridiculizar y reírse de quien no era capaz de dar claras señales de algo.
Lo curioso de lo que comentamos, y si fuera verdad lo que propongo, es que tres siglos después de que apareciera el refrán nos encontramos con el hecho que lo originó.
El refrán a que nos referimos dice: A mi hijo el bachiller en Salamanca (para otras versiones se puede ver la primera de las entradas), y hace referencia a una carta que manda desde el pueblo o aldea un padre a su hijo que cursa estudios en la famosa y multitudinaria universidad.
Pues bien, hace poco y rebuscando entre mis papeles encontré una nota, escrita en el verano de 2003, en que apuntaba que García Márquez casi al final de sus memorias Vivir para contarla contaba una anécdota que tenía relación con el refrán que antes hemos señalado. Por aquel entonces era periodista en El Espectador y andaba a la caza de una noticia que deviniera en algún posible reportaje. Nos dice, y veremos luego su importancia, que en ese periódico... "la materia prima invariable del oficio era la verdad y nada más que la verdad, y eso nos mantenía en una tensión invivible". En su búsqueda de noticias se encontró cierto día en Bogotá con un letrero sobre la puerta de una casa colonial que rezaba: "Oficina de Rezagos del Correo Nacional", inquietado por el cometido de dicha oficina se apresuró a descubrirlo. La misión no era otra que encontrar los destinatarios de cartas mal dirigidas por tener los sobres en blanco o con muy pocas indicaciones. Eran conocidas como las "cartas para el hombre invisible" y para alcanzar su cometido las abrían intentando descubrir alguna pista, ya fuera del destinatario como del remitente. Todo acabó en un reportaje titulado "El cartero llama mil veces" y con un subtítulo acaso más sugerente "El cementerio de las cartas perdidas".
Pero no debió de quedar satisfecha su curiosidad con el reportaje cuando se propuso descubrir la destinataria de una de estas cartas. Desde la leprosería de Agua de Dios se había mandado una carta dirigida a "la señora de luto que va todos los días a la misa de cinco en la iglesia de las Aguas". A pesar de sus múltiples averiguaciones y de asistir durante semanas a misa de cinco sólo consiguió conocer a tres señoras mayores que vestían de invariable luto y que decían no tener ninguna relación con la leprosería.
Volvamos a nuestro refrán, es indiscutible que nos encontramos con un mismo motivo, el bachiller de Salamanca está emparentado con la mujer enlutada de la misa de cinco.
Si en el cuento de Chejov veíamos que la carta con las señas mal indicadas era un recurso que abocaba a la tragedia y en el de Luis Sepúlveda también pudiera ser otro recurso para mantenerse en el olvido al protagonista de la historia, en el caso que nos cuenta García Márquez no podemos hablar de recurso sino de verdad y nada más que verdad.
En alguna ocasión he defendido que muchos refranes tienen su origen en hechos y situaciones reales que dada su peculiaridad han trascendido y se han incorporado al lenguaje coloquial añadiendo a su sentido literal uno menos obvio aunque sí más general. En nuestro caso el refrán se utilizaba para ridiculizar y reírse de quien no era capaz de dar claras señales de algo.
Lo curioso de lo que comentamos, y si fuera verdad lo que propongo, es que tres siglos después de que apareciera el refrán nos encontramos con el hecho que lo originó.
Malas notas 17
Es curioso que muchas veces recordamos cuándo y a raíz de qué hecho se nos ocurrió cual pensamiento y en otras ocasiones su lectura no sólo no nos ofrece ninguna referencia sino que se nos presenta como ajeno, como anotado por mano extraña y desconocida. Así algunos de los siguientes.
Paradoja: En los museos nombran como personajes desconocidos a los únicos que, gracias a su conservación y exposición, hemos llegado a conocer.
El anochecer es un gato pardo que se cuela por entre los tejados.
Admirables romanos que consiguieron que dos mil años más tarde sigamos usando sus puentes para cruzar nuestros ríos.
En cierta ocasión dijo que la juventud no dependía de la edad sino de las ganas de comerse el mundo. Ahora tiene que reconocer que no hay menú que le apetezca.
A cierta edad uno tiene que dejar de ser atractivo para, en el mejor de los casos, pasar a ser agradable.
Paradoja: En los museos nombran como personajes desconocidos a los únicos que, gracias a su conservación y exposición, hemos llegado a conocer.
El anochecer es un gato pardo que se cuela por entre los tejados.
Admirables romanos que consiguieron que dos mil años más tarde sigamos usando sus puentes para cruzar nuestros ríos.
En cierta ocasión dijo que la juventud no dependía de la edad sino de las ganas de comerse el mundo. Ahora tiene que reconocer que no hay menú que le apetezca.
A cierta edad uno tiene que dejar de ser atractivo para, en el mejor de los casos, pasar a ser agradable.
miércoles, 17 de agosto de 2011
Una R con sabor
Hay que reconocer que desde lejos tenemos una R que impone. ¿Quién no quisiera ver el inicio de su nombre con ella? Pero si fijamos bien la vista reconocemos que los frutos que da no son sino bellotas; pequeñas, delicadas, bien dispuestas, sin picaduras ni bichitos que las pueblen, pero al fin: bellotas. Sólo nos queda desear que un buen cerdo ibérico devore nuestra letra y nos la devuelva en todo su esplendor (sabor).
Los "scouts" también leen.
En la anterior entrega de ex-libris apareció un diseño de 1908 de Otakar Stáfl. Un año más tarde entre otros encargos recibió uno del pedagogo Antonín Benjamin Svojsík (1886-1938) fundador en Checoslovaquia del movimiento Scouts. La combinación entre las ramas del sauce y la figura del pavo real crean una atmósfera idílica pero urbana, como si nos encontráramos en uno de esos parques de principio del siglo pasado donde pasean los caballeros con chistera y las damas con sombrillas.
Refranes que dicen en Álava
Ya hemos comentado que la literatura popular, y el refranero forma parte de ella, es universal y a la vez local. Los mismos temas, motivos, formas, intereses y manifestaciones aparecen en todas partes, pero siempre, y por fortuna, adquieren imágenes distintas o por lo menos matizadas. De aquí la importancia de recoger todas estas manifestaciones aunque se parezcan tanto a tantas otras. Hoy vamos a ver algunos refranes que Gerardo López de Guereñu recopiló en tierras alavesas.
A casa grande, buena aldaba.
¡Adiós! Vete con Dios, la Magdalena te guíe por un zarzal; tú que no puedas salir, y yo que no pueda entrar.
A la cama que es buen prau, si no se duerme, se está echau.
Al que se viste de verano por Navidad, no le preguntes cómo le va.
Caga el rey, caga el Papa; sin cagar nadie se escapa.
Con militares, frailes y gatos, pocos tratos.
Cuando la puerca lava, el sol se nubla.
Cuando uno está de suerte, hasta la mujer le pare de otro.
El buen paño en el arca se pica.
El café debe ser: caliente como el infierno; negro como el demonio, y dulce como los ángeles.
El que como huevo sin sal, se come a su padre y a su madre si se los dan.
El que de servilleta llegó a mantel; Dios nos libre de él.
El undécimo, no estorbar.
(Gerardo López de Guereñu, Refranero alavés, Diputación foral de Álava, 1988)
A casa grande, buena aldaba.
¡Adiós! Vete con Dios, la Magdalena te guíe por un zarzal; tú que no puedas salir, y yo que no pueda entrar.
A la cama que es buen prau, si no se duerme, se está echau.
Al que se viste de verano por Navidad, no le preguntes cómo le va.
Caga el rey, caga el Papa; sin cagar nadie se escapa.
Con militares, frailes y gatos, pocos tratos.
Cuando la puerca lava, el sol se nubla.
Cuando uno está de suerte, hasta la mujer le pare de otro.
El buen paño en el arca se pica.
El café debe ser: caliente como el infierno; negro como el demonio, y dulce como los ángeles.
El que como huevo sin sal, se come a su padre y a su madre si se los dan.
El que de servilleta llegó a mantel; Dios nos libre de él.
El undécimo, no estorbar.
(Gerardo López de Guereñu, Refranero alavés, Diputación foral de Álava, 1988)
Aforismos científicos
El profesor Jorge Wagensberg (Barcelona 1948) además de sus múltiples ocupaciones: profesor en la Universidad de Barcelona, asesor científico, divulgador de la ciencia, editor, conferenciante y museólogo, tiene la afición de resumir sus conocimientos y sobre todo sus reflexiones en textos lo más sintéticos posibles. De aquí surgió en el 2002 su primer libro de aforismos Si la naturaleza es la respuesta, ¿cuál es la pregunta?, poco más de quinientos textos en los que nos invita a seguir sus pensamientos sobre la Realidad, la Vida, el Conocimiento y la Civilización. A este primer libro siguió otro, cuatro años más tarde, titulado A más cómo, menos por qué donde retoma su faceta aforística. En esta ocasión nos quedaremos con una muestra de algunos textos que sobre el azar y el tiempo publicó en el primero de sus libros.
¿Es el azar un producto de nuestra ignorancia o un derecho intrínseco de la naturaleza?
Innovación: cualquier cosa que deje de ser una cosa cualquiera.
Uniformidad: situación en la que cualquier cosa que no sea cualquier cosa tiende a ser cualquier cosa.
El primer ser vivo surgió en el mundo inerte, el primer ser inteligente en el mundo vivo y el primer ser creativo en el mundo inteligente.
No existe la probabilidad de un suceso que ya ha ocurrido ni la información de un suceso que aún no ha ocurrido.
Yo soy la interacción de todas mis vivencias.
El tiempo siempre acaba pasando..., es sólo cuestión de tiempo.
El saber no ocupará lugar, pero lo que es tiempo...
Es posible elegir el espacio, imposible elegir el tiempo.
El tiempo fisiológico (del envejecimiento) se acelera porque cada vez pasan menos cosas a igual intervalo de tiempo matemático.
(Jorge Wagensberg, Si la naturaleza es la respuesta, ¿cuál es la pregunta?, Tusquets, 2002)
¿Es el azar un producto de nuestra ignorancia o un derecho intrínseco de la naturaleza?
Innovación: cualquier cosa que deje de ser una cosa cualquiera.
Uniformidad: situación en la que cualquier cosa que no sea cualquier cosa tiende a ser cualquier cosa.
El primer ser vivo surgió en el mundo inerte, el primer ser inteligente en el mundo vivo y el primer ser creativo en el mundo inteligente.
No existe la probabilidad de un suceso que ya ha ocurrido ni la información de un suceso que aún no ha ocurrido.
Yo soy la interacción de todas mis vivencias.
El tiempo siempre acaba pasando..., es sólo cuestión de tiempo.
El saber no ocupará lugar, pero lo que es tiempo...
Es posible elegir el espacio, imposible elegir el tiempo.
El tiempo fisiológico (del envejecimiento) se acelera porque cada vez pasan menos cosas a igual intervalo de tiempo matemático.
(Jorge Wagensberg, Si la naturaleza es la respuesta, ¿cuál es la pregunta?, Tusquets, 2002)
martes, 16 de agosto de 2011
Genuino sabor americano
George Gershwin (1898-1937) compositor americano conocido por sus famosas obras Rhapsody in Blue y Un Americano en Paris y por las múltiples músicas para películas, compuso también un concierto para piano en 1925. El tercer movimiento -allegro agitato- es un simbiosis de la música clásica y la música popular americana de su época, derrochando frescura y atrevimiento. Un placer. En este vídeo está interpretado por el solista Peter Jablonski.
Nueva entrega de Philip Roth
Némesis, diosa griega considerada hija de la noche, estaba encargada de castigar a los hombres malvados para restituir el orden justo de los dioses. Némesis también es el título de la última novela de Philip Roth (1933). Desde que en 2006 publicara Elegía cada año nos ha ofrecido una de pequeña obra, no en cuanto a calidad sino a extensión, entre las que destacaría Sale el espectro (2007) e Indignación (2008). En Némesis (2010) volvemos a encontrar al mejor Roth. La historia de Bucky Cantor, judío que dirige una escuela de verano en 1944, se ve irremediablemente alterada con la aparición de una epidemia de polio entre sus alumnos. Las decisiones que adopta suponen un reto moral donde el destino jugará también su papel. Es una historia donde el azar y la culpa son los protagonistas reales. La construcción de la novela es perfecta, tres capítulos que nos cuentan tres momentos de la historia y un narrador que desconocemos hasta el final y que aparece misteriosamente con un escueto "yo" en la página 86. Roht vuelve a uno de sus temas predilectos: ¿cómo conseguir que sus historias parezcan verdaderas? Y ahí aparece el escritor como intermediario entre lo que ocurre y los que sólo a través de él pueden conocer la realidad. El escritor tiene como misión transmitir unos hechos que le han ocurrido a otro y que éste voluntariamente le ha confiado. Nosotros, como lectores, certificamos la verdad, asumiendo sin ninguna duda la veracidad de lo leído. En resumen es un libro que no decepcionará a ningún amante de la prosa de Roth y que puede introducir, magistralmente, a quien aún no lo haya leído.
(Philip Roth, Némesis, Mondadori, 2011)
(Philip Roth, Némesis, Mondadori, 2011)
jueves, 4 de agosto de 2011
Un afortunado descubrimiento
En más de una ocasión he comentado que uno de los grandes placeres de la vida es descubrir a nuevos escritores. En esta ocasión la tardanza puede ser excesiva. El escritor irlandés William Trevor (1928) ha publicado con más de ochenta años la novela Verano y amor. Un título nada sofisticado, como si a su edad no necesitara atraer con trucos a su lectores. Es una historia sencilla por donde se mueven un grupo de personajes que a primera vista no tienen nada de particular. Reparan las cercas de sus tierras, hacen las camas en una posada, venden a domicilio los huevos de la granja, revisan las facturas sin pagar de un pequeño negocio. Pero detrás de estos hechos tan cotidianos se ocultan las tragedias que toda persona tiene que arrastrar en la vida. Es sin duda la maestría con que Trevor teje estos dos planos lo que hace que su novela pueda ser considerada como una pequeña obra maestra. Nada más, y nada menos, que una historia de amor que sucede durante un verano.
(William Trevor, Verano y amor, Salamandra)
(William Trevor, Verano y amor, Salamandra)
miércoles, 3 de agosto de 2011
Malas notas ilustradas desde Praga
Estas notas tienen como origen un reciente viaje a Praga y surgieron a la vista de las imágenes que las ilustran.
La escritura como testimonio del horror. 80000 nombres cubren las paredes de la sinagoga Pinkasova de Praga. En rojo, negro y dorado, organizados por las localidades de origen y en riguroso orden alfabético, los nombres de los 80000 judíos de Praga y su entorno que sufrieron la barbarie nazi forman el libro más sobrecogedor que pueda ser leído. Te mueves entre sus paredes incrédulo y espantado. Pero también la escritura como reparación, como resistencia al olvido.
Imagen de la muerte: Así es la muerte, desordenada, caótica, fantasmal, acumulando recuerdos, superponiendo destinos, abriendo veredas que pronto se cierran. El tiempo, aliado de la muerte, borra los nombres, destruye la piedra, derriba la vida y mezcla las historias hasta ayer lloradas. La lluvia y el viento nos iguala en la nada.
Su razonamiento era sólido, sus argumentos consistentes, su sintaxis aplastante; pero los años, que todo lo pueden, horadaron su mente y ventilaron todas sus convicciones.
Todos los museos del mundo tienen algunas obras maestras; pero cuántos no las cambiarían por un solo Velázquez.
La escritura como testimonio del horror. 80000 nombres cubren las paredes de la sinagoga Pinkasova de Praga. En rojo, negro y dorado, organizados por las localidades de origen y en riguroso orden alfabético, los nombres de los 80000 judíos de Praga y su entorno que sufrieron la barbarie nazi forman el libro más sobrecogedor que pueda ser leído. Te mueves entre sus paredes incrédulo y espantado. Pero también la escritura como reparación, como resistencia al olvido.
Imagen de la muerte: Así es la muerte, desordenada, caótica, fantasmal, acumulando recuerdos, superponiendo destinos, abriendo veredas que pronto se cierran. El tiempo, aliado de la muerte, borra los nombres, destruye la piedra, derriba la vida y mezcla las historias hasta ayer lloradas. La lluvia y el viento nos iguala en la nada.
Su razonamiento era sólido, sus argumentos consistentes, su sintaxis aplastante; pero los años, que todo lo pueden, horadaron su mente y ventilaron todas sus convicciones.
Todos los museos del mundo tienen algunas obras maestras; pero cuántos no las cambiarían por un solo Velázquez.
Una R no checa
Siguiendo con las entradas últimas era mi intención ofrecer una letra capitular que fuera checa. Al serme imposible ofrezco en su lugar ésta que bien pudiera ser, por su verticalidad, una de las torres de Praga: por sus imágenes, el distintivo de cualquiera de sus casas y palacios; por su diseño, alguno de los dibujos de sus paredes.
martes, 2 de agosto de 2011
Desde Praga
Otakar Stáfl (1884-1945) fue artista checo que se dedicó a la ilustración de libros, la confección de carteles y el diseño de ex-libris. En 1908 inició su carrera como diseñador de ex-libris con dos trabajos, uno de ellos para Adolf Ipser donde se vislumbra la silueta de la catedral de San Vito de Praga desde una terraza. ¿Será desde la biblioteca de Ipser desde donde está tomada la imagen?
lunes, 1 de agosto de 2011
Trío nº 4 de Dvorak
Antonín Dvorak (1841-1904) músico checo compuso en 1891 el trío para piano y cuerda en mi menor conocido como Dumky. A diferencia de la mayoría de los trío éste consta de seis movimientos y está inspirado en ritmos de danzas populares. En esta ocasión se puede escuchar el cuarto movimiento, andante moderado, allegretto scherzando, interpretado por el Harmonium Trío.
Refranes checos
No son muchos los refranes checos que he localizado pero dado que estas entradas se van a referir a ese país y a su capital Praga aquí va una muestra.
El ladrón hace su trabajo entre la multitud, y el diablo, en la soledad.
No compres jamás con el oído, sino con los ojos.
Cuando se presta la oreja a los consejos de la cola, la cabeza se vuelve loca.
Cada uno atiza las brasas de su propio fuego.
Mientras el idioma sigue vivo, la patria no está muerta.
Cree sólo en lo que tengas en la mano.
Quien busca el bien de otro, es que se siente fatigado del suyo.
Haz bien al diablo, y te recompensará con el infierno.
Nuestros parientes nos enseñan a hablar, y el mundo, a callar.
(Julio C. Acerete, Proverbios, adagios y refranes del mundo, Óptima, 2001)
El ladrón hace su trabajo entre la multitud, y el diablo, en la soledad.
No compres jamás con el oído, sino con los ojos.
Cuando se presta la oreja a los consejos de la cola, la cabeza se vuelve loca.
Cada uno atiza las brasas de su propio fuego.
Mientras el idioma sigue vivo, la patria no está muerta.
Cree sólo en lo que tengas en la mano.
Quien busca el bien de otro, es que se siente fatigado del suyo.
Haz bien al diablo, y te recompensará con el infierno.
Nuestros parientes nos enseñan a hablar, y el mundo, a callar.
(Julio C. Acerete, Proverbios, adagios y refranes del mundo, Óptima, 2001)
Consideraciones de Franz Kafka
Entre 1917 y 1918 F. Kafka anotó 109 pensamientos a los que tituló Consideraciones acerca del pecado, el dolor, la esperanza y el camino verdadero. Ponderar a este autor a estas alturas es innecesario y casi ridículo, así que me limitaré a transcribir algunos de estos aforismos.
El camino verdadero pasa por una cuerda, que no está tendida en alto sino sobre el suelo. Parece dispuesta más para tropezar que para que se la recorra.
De cierto punto en adelante no hay regreso. Ese es el punto que hay que alcanzar.
Una jaula salió en busca de un pájaro.
Los leopardos irrumpen en el templo y vacían a tragos las ánforas del sacrificio; es algo que se repite continuamente; hasta que se puede preverlo con certeza, entonces se convierte en parte de la ceremonia.
El bien es, en cierto sentido, desconsolador.
Un sujeto se sorprendía de la facilidad con la que recorría el camino de la eternidad; en efecto, corría cuesta abajo.
Los perros de caza juegan aún en el patio, pero es seguro que la presa no se le escapará, por más que huya ya por los bosques.
Un escalón que no esté desgastado profundamente por los pasos no es más, desde su mismo punto de vista, que algo de madera más bien triste.
Somos pecadores no sólo por haber probado del árbol de la ciencia, sino también por no haber probado aún del árbol de la vida. La condición en que nos encontramos es pecaminosa, y eso independientemente de toda culpa.
Puedes mantenerte alejado de los dolores del mundo, eres libre de hacerlo y responde a tu naturaleza, pero tal vez esa abstención tuya es el único dolor que podrías evitar.
(Franz Kafka, Consideraciones acerca del pecado, el dolor, la esperanza y el camino verdadero, Laia, 1983)
El camino verdadero pasa por una cuerda, que no está tendida en alto sino sobre el suelo. Parece dispuesta más para tropezar que para que se la recorra.
De cierto punto en adelante no hay regreso. Ese es el punto que hay que alcanzar.
Una jaula salió en busca de un pájaro.
Los leopardos irrumpen en el templo y vacían a tragos las ánforas del sacrificio; es algo que se repite continuamente; hasta que se puede preverlo con certeza, entonces se convierte en parte de la ceremonia.
El bien es, en cierto sentido, desconsolador.
Un sujeto se sorprendía de la facilidad con la que recorría el camino de la eternidad; en efecto, corría cuesta abajo.
Los perros de caza juegan aún en el patio, pero es seguro que la presa no se le escapará, por más que huya ya por los bosques.
Un escalón que no esté desgastado profundamente por los pasos no es más, desde su mismo punto de vista, que algo de madera más bien triste.
Somos pecadores no sólo por haber probado del árbol de la ciencia, sino también por no haber probado aún del árbol de la vida. La condición en que nos encontramos es pecaminosa, y eso independientemente de toda culpa.
Puedes mantenerte alejado de los dolores del mundo, eres libre de hacerlo y responde a tu naturaleza, pero tal vez esa abstención tuya es el único dolor que podrías evitar.
(Franz Kafka, Consideraciones acerca del pecado, el dolor, la esperanza y el camino verdadero, Laia, 1983)
lunes, 11 de julio de 2011
Proverbios entre las dunas del desierto
Dos cosas asombran de los refranes y proverbios, su universalidad y su particularidad. Aunque parezcan conceptos contrarios, no lo son, al contrario, actúan como complementarios. Los refranes se nutren de imágenes que le son cercanas -particularidad- para comunicar un pensamiento profundamente humano -universalidad. Con la muestra siguiente de refranes saharauis se entenderá más fácilmente esta doble naturaleza.
La púa es afilada desde pequeña.
A la mano que no está empapada, no se le pega la tierra.
Una mano no aplaude.
La mayoría de los ladridos del perro son para defenderse.
A donde llega el rápido, llega el lento.
La piedra lanzada al cielo vuelve a la tierra.
Si el que habla es tonto, el que escucha debe ser razonable.
Viste más que una cebolla.
Si atas el camello con el asno, éste le enseña a rebuznar.
Ve el viejo acostado lo que el joven no ve de pie.
Compra al vecino antes que la casa.
Al loco no se le enseña a tirar piedras.
(Fernando Pinto Cebrián, Proverbios saharauis, Miraguano)
La púa es afilada desde pequeña.
A la mano que no está empapada, no se le pega la tierra.
Una mano no aplaude.
La mayoría de los ladridos del perro son para defenderse.
A donde llega el rápido, llega el lento.
La piedra lanzada al cielo vuelve a la tierra.
Si el que habla es tonto, el que escucha debe ser razonable.
Viste más que una cebolla.
Si atas el camello con el asno, éste le enseña a rebuznar.
Ve el viejo acostado lo que el joven no ve de pie.
Compra al vecino antes que la casa.
Al loco no se le enseña a tirar piedras.
(Fernando Pinto Cebrián, Proverbios saharauis, Miraguano)
En el parque con Auster
Cerca de siete meses he tardado en leer el último libro de Paul Auster. En verdad, el tiempo del que hablo es desde que lo compré hasta que empecé a leerlo. La lectura efectiva de Sunset Park no ha pasado de 24 horas. En su nueva obra vuelve a demostrar, como casi siempre, que es un buen contador de historias. Un joven de Nueva York se aleja de su familia para expiar un terrible suceso. Siete años más tarde regresa dispuesto a iniciar una nueva vida. Pero su historia se cruza con la de otros seis personajes que también tienen mucho que contar. Uno de los aciertos de Auster es dotar a sus personajes de una personalidad bien definida, de una realidad incuestionable. Si a ello unimos la facilidad para desarrollar una trama que consigue engancharnos y un lenguaje fluido y a la vez rico, tenemos asegurada la distracción y el disfrute. No sabría decir si es una de sus mejores novelas (El Palacio de la Luna, La música del azar, El libro de las ilusiones o Brooklyn Follies), pero de lo que no hay duda es que me proporcionó un día para no olvidar.
(Paul Auster, Sunset Park, Anagrama)
(Paul Auster, Sunset Park, Anagrama)
domingo, 3 de julio de 2011
Malas Notas 15
Muchas veces la corta extensión del aforismo nos hace pensar que lo que deseamos decir no queda del todo claro. Lo normal es que se ensayen distintos enunciados, y uno de ellos prevalezca, o que se complementen unos a otros como variaciones sobre un tema.
En esta ocasión propongo tres malas notas emparentadas.
Cuando leo que un director de escena ha actualizado una obra de teatro o una ópera, no puedo dejar de pensar que, con independencia de su -supuesta- aportación al arte, no hay sino una necesidad de cobrar por lo que nunca habría sido capaz de imaginar.
Como espectador reniego de los que creen que necesito que las obras sucedan en mi tiempo. Aunque ellos no lo crean soy capaz de disfrutar de lo que ocurrió antes de que yo naciera.
¿Se creerán que aportan algo a Handel, Mozart o Rossini por hacer que sus historias sucedan en el siglo XX? Al fin sólo permanece la música y olvidamos a los tramoyistas.
En esta ocasión propongo tres malas notas emparentadas.
Cuando leo que un director de escena ha actualizado una obra de teatro o una ópera, no puedo dejar de pensar que, con independencia de su -supuesta- aportación al arte, no hay sino una necesidad de cobrar por lo que nunca habría sido capaz de imaginar.
Como espectador reniego de los que creen que necesito que las obras sucedan en mi tiempo. Aunque ellos no lo crean soy capaz de disfrutar de lo que ocurrió antes de que yo naciera.
¿Se creerán que aportan algo a Handel, Mozart o Rossini por hacer que sus historias sucedan en el siglo XX? Al fin sólo permanece la música y olvidamos a los tramoyistas.
La pasión según Llamazares
Julio Llamazares acaba de publicar un libro de cuentos que lleva por título Tanta pasión para nada. Como se puede suponer quien lea este libro debe intuir dónde se ha metido. Doce cuentos y una fábula que por su puesto no derrochan ni alegría ni felicidad. Sus personajes, un futbolista, un maestro, un funcionario de correos, un escritor o un médico entre otros, son reales, demasiado reales, y lo que les sucede es lo que probablemente les pueda suceder. Lo malo es que siempre ocurre lo que nunca quisiéramos que les ocurriera. Llamazares ha optado por el pesimismo, por el destino aciago, por unos protagonistas abandonados de Dios y del mundo, nada tiene solución y todo acaba en la nada. Sin embargo el viaje que hacemos en su compañía es bellísimo, repleto de encantos, lloramos con sus infortunios y nos rebelamos contra su suerte.
¡Qué alegría poder disfrutar de libros tan tristes!
(Julio Llamazares, Tanta pasión para nada, Alfaguara)
¡Qué alegría poder disfrutar de libros tan tristes!
(Julio Llamazares, Tanta pasión para nada, Alfaguara)
lunes, 27 de junio de 2011
Bajo la mirada de Goethe
Este ex-libris de autor desconocido se utilizaba para la biblioteca de Heinrich Eduard Stiebel de Frankfurt hacia el año 1894. No sabemos si su biblioteca era tan reducida como la que aparece en el grabado. Si así fuera no importaría releer sus volúmenes una y otra vez sobre la desordenada mesa y bajo la mirada indulgente de Goethe.
Shostakovich de vértigo
Dmitri Shostakovich (1906-1975) compuso esta sonata para violonchelo y piano en 1934 y la tocó con el que fuera su alumno Mstislav Rostropóvich. De los cuatro movimientos que la forman he escogido el segundo por su ritmo vertiginoso. Los dos instrumentos parecen que se están retando en un juego de fuerza del que ninguno puede salir victorioso, sólo ganamos nosotros que nos dejamos arrastrar y quisiéramos ser cualquiera de los dos interpretes o, mejor aún, los dos simultáneamente.
En esta ocasión está interpretado por Anne Gastinel (chelo) y Roger Muraro (piano).
En esta ocasión está interpretado por Anne Gastinel (chelo) y Roger Muraro (piano).
domingo, 26 de junio de 2011
R vaquera
Parece que estamos en el lejano oeste; nuestra "R" se acaba de calzar las botas altas, por encima de las rodillas. El dibujo es simple pero a juego con el bordado de la camisa de grises rayas horizontales. Con grandes zancadas se acerca por el caballo sin reparar que ha olvidado el imprescindible sombrero.
Meditaciones romanas
El emperador Marco Aurelio nacido en Roma pero de familia proveniente de Córdoba no puede ser considerado como escritor de aforismos. Sus Meditaciones son reflexiones sobre la vida, la familia, el gobierno y la filosofía. En muchos casos es verdad que recurre al estilo aforístico para con una sola frase exponernos sus opiniones. De algunas de éstas he seleccionado:
Muchos pequeños granos de incienso se encuentran sobre el mismo altar; uno se consumió antes, el otro más tarde; y nada importa la diferencia.
Todo es efímero: el recuerdo y el objeto recordado.
Próximo está tu olvido de todo, próximo también el olvido de todo respecto a ti.
La perfección moral consiste en esto: en pasar cada día como si fuera el último, sin convulsiones, sin entorpecimientos, sin hipocresías.
Cuando hayas hecho un favor y otro lo haya recibido, ¿qué tercera cosa andas todavía buscando, como los necios?
Recibir sin orgullo, desprenderse sin apego.
Los hombres han nacido los unos para los otros. Instrúyelos o sopórtalos.
Muchas veces comete injusticia el que nada hace, no sólo el que hace algo.
Todo cuanto ves, muy pronto será destruido y los que han visto la destrucción dentro de muy poco serán también destruidos; y el que murió en la vejez extrema acabará igual que el que murió prematuramente.
(Marco Aurelio, Meditaciones, Gredos)
Muchos pequeños granos de incienso se encuentran sobre el mismo altar; uno se consumió antes, el otro más tarde; y nada importa la diferencia.
Todo es efímero: el recuerdo y el objeto recordado.
Próximo está tu olvido de todo, próximo también el olvido de todo respecto a ti.
La perfección moral consiste en esto: en pasar cada día como si fuera el último, sin convulsiones, sin entorpecimientos, sin hipocresías.
Cuando hayas hecho un favor y otro lo haya recibido, ¿qué tercera cosa andas todavía buscando, como los necios?
Recibir sin orgullo, desprenderse sin apego.
Los hombres han nacido los unos para los otros. Instrúyelos o sopórtalos.
Muchas veces comete injusticia el que nada hace, no sólo el que hace algo.
Todo cuanto ves, muy pronto será destruido y los que han visto la destrucción dentro de muy poco serán también destruidos; y el que murió en la vejez extrema acabará igual que el que murió prematuramente.
(Marco Aurelio, Meditaciones, Gredos)
miércoles, 18 de mayo de 2011
Refranes andalusíes
Más de 1600 refranes andalisíes recopiló en dialecto arábigo-granadino el morisco Alonso del Castillo (S. XVI - 1610). Su padre se había convertido al cristianismo y anunque Alonso se crió en la religión cristiana su lengua era la arábiga, aprendiendo el castellano cuando estudiaba medicina en Granada. Gracias a esto nos ha llegado esta fabulosa colección de refranes, prueba de la influencia mutua entre las culturas árabe y cristiana también en la literatura popular. F. Corrientes y H. Bouzineb han traducido esta colección de refranes y lo que sigue es una mínima muestra de lo que se puede encontrar en ella.
¿Quieres conocer a tu hijo? Mira a sus amigos.
Si el capitán ventosea, escápate de la fila y caga.
Como el perro (guardián) de rosas, ni huele ni deja oler.
Murió y le plantaron viñas en el trasero.
Tras el almuerzo échate, aunque sea un rato, y tras la cena, anda aunque sea un paso.
Si la palabra es plata, el silencio es oro.
El casamiento es como pez en garlito, el de fuera quiere estar dentro, y el de dentro quiere estar fuera.
Como el gato de L., que le mascaba el queso a los ratones.
Como gorrión, mierda y algazara.
Cuando veas la barba de tu vecino pelar, pon la tuya en adobo.
Como el cariño del oso a su hijo, que fue a abrazarlo y lo derrengó.
Escupe al cielo y te volverá a la cara.
(F. Corrientes y H. Bouzineb, Recopilación de refranes andalusíes de Alonso del Castillo, Universidad de Zaragoza, 1994)
¿Quieres conocer a tu hijo? Mira a sus amigos.
Si el capitán ventosea, escápate de la fila y caga.
Como el perro (guardián) de rosas, ni huele ni deja oler.
Murió y le plantaron viñas en el trasero.
Tras el almuerzo échate, aunque sea un rato, y tras la cena, anda aunque sea un paso.
Si la palabra es plata, el silencio es oro.
El casamiento es como pez en garlito, el de fuera quiere estar dentro, y el de dentro quiere estar fuera.
Como el gato de L., que le mascaba el queso a los ratones.
Como gorrión, mierda y algazara.
Cuando veas la barba de tu vecino pelar, pon la tuya en adobo.
Como el cariño del oso a su hijo, que fue a abrazarlo y lo derrengó.
Escupe al cielo y te volverá a la cara.
(F. Corrientes y H. Bouzineb, Recopilación de refranes andalusíes de Alonso del Castillo, Universidad de Zaragoza, 1994)
domingo, 15 de mayo de 2011
Malas Notas 14
Afortunada, o desafortunadamente, nuestros hijos nunca llegarán a saber que nosotros no tuvimos jamás sustancia para ser sus héroes, mientras que ellos la mantendrán mientras vivan.
Paradoja: A pesar de su absoluta pasión por la música, era incapaz de recordar ninguna melodía; así lograba que cada audición fuera un estreno.
Sólo tenía una cosa en común con los grandes autores: nada de lo que escribía le parecía acabado y digno de publicación.
En la música el llanto puede no ser la representación de la tristeza sino la manifestación de la plenitud.
Paradoja: A pesar de su absoluta pasión por la música, era incapaz de recordar ninguna melodía; así lograba que cada audición fuera un estreno.
Sólo tenía una cosa en común con los grandes autores: nada de lo que escribía le parecía acabado y digno de publicación.
En la música el llanto puede no ser la representación de la tristeza sino la manifestación de la plenitud.
domingo, 8 de mayo de 2011
Romanzen de Schumann
Robert Schumann al margen de su obra para piano y los lieder, dos formas musicales por las que ha pasado a la historia de la música, tiene también una interesante faceta como compositor de música de cámara. De los tres romanzen, Op. 94, para piano y oboe compuestos en 1849, recomiendo el tercero, en esta ocasión interpretado por Alfred Brendel al piano y Heinz Holliger al oboe.
A los cien años de Cioran
Emil Michel Cioran de no haber muerto en 1995 habría cumplido los cien años. De origen rumano se consideró un apátrida y como tal ejerció en París a donde se traslado en 1937. Cuenta Fernando Savater que se sorprendía de la admiración que ejercía sobre los hombres de izquierdas de nuestro país. Yo fui uno de ellos, y aunque reconocía lo paradójico y contradictorio de mi situación, era superior la atracción de su pensamiento y su escritura. Una escritura descarnada para un profundo pesimismo. Por aquella época otro escritor, fallecido hace pocos días, Ernesto Sábato, también derrochaba pesimismo y desconcierto.
En 1983 la editorial Montesinos publicó Desgarradura, cuatro ensayos y una colección de aforismos que llevaba por título Esbozos de vértigo. De entre ellos ahí van doce esbozos.
Es un error querer facilitar la tarea del lector: no lo agradece. Detesta comprender, prefiere embrollarse, atascarse, le gusta ser castigado. De ahí el prestigio de los autores confusos, la perennidad del fárrago.
Un libro debe hurgar en las heridas, provocarlas incluso. Un libro debe ser un peligro.
¡Dichosos aquellos que, por haber nacido antes de la Ciencia, tenían el privilegio de morir de su primera enfermedad!
No se escribe porque se tenga algo que decir, sino porque se tiene ganas de decir algo.
Únicamente tengo la impresión de ser eficaz, de hacer algo positivo, cuando me tumbo para interrogarme indefinidamente y sin objeto.
Un hombre que se precie no tiene patria. Una patria es un engrudo.
Aquel náufrago, recién llegado a la isla, lo primero que vio fue una horca y, en vez de amedrentarse, se sintió tranquilo: se hallaba entre salvajes, de acuerdo, pero en un lugar donde reinaba el orden.
Sólo la flor que cae es una flor total, ha dicho un japonés. Casi podría decirse lo mismo de una civilización.
Cuando se viene al mundo con una conciencia de culpable, como si se hubieran perpetrado grandes crímenes en otra vida, da igual que cometamos uno en ésta, puesto que cargamos ya con remordimientos cuyo origen y necesidad no logramos descubrir.
Si las olas reflexionaran, creerían que avanzan, que tienen un objetivo, que progresan, que trabajan para el bien del Mar, y llegarían a elaborar una filosofía tan necia como su obtinación.
Lo peor no es el hastío, ni siquiera la desesperación, sino el encuentro de ambos, su colisión. ¡Sentirse aplastado entre los dos!
En este momento estoy solo. ¿Podría desear algo mejor, existe dicha más intensa? Sí, la de oír, a fuerza de silencio, cómo se agranda mi soledad.
(E. M. Cioran, Desgarradura, Montesinos, 1983)
En 1983 la editorial Montesinos publicó Desgarradura, cuatro ensayos y una colección de aforismos que llevaba por título Esbozos de vértigo. De entre ellos ahí van doce esbozos.
Es un error querer facilitar la tarea del lector: no lo agradece. Detesta comprender, prefiere embrollarse, atascarse, le gusta ser castigado. De ahí el prestigio de los autores confusos, la perennidad del fárrago.
Un libro debe hurgar en las heridas, provocarlas incluso. Un libro debe ser un peligro.
¡Dichosos aquellos que, por haber nacido antes de la Ciencia, tenían el privilegio de morir de su primera enfermedad!
No se escribe porque se tenga algo que decir, sino porque se tiene ganas de decir algo.
Únicamente tengo la impresión de ser eficaz, de hacer algo positivo, cuando me tumbo para interrogarme indefinidamente y sin objeto.
Un hombre que se precie no tiene patria. Una patria es un engrudo.
Aquel náufrago, recién llegado a la isla, lo primero que vio fue una horca y, en vez de amedrentarse, se sintió tranquilo: se hallaba entre salvajes, de acuerdo, pero en un lugar donde reinaba el orden.
Sólo la flor que cae es una flor total, ha dicho un japonés. Casi podría decirse lo mismo de una civilización.
Cuando se viene al mundo con una conciencia de culpable, como si se hubieran perpetrado grandes crímenes en otra vida, da igual que cometamos uno en ésta, puesto que cargamos ya con remordimientos cuyo origen y necesidad no logramos descubrir.
Si las olas reflexionaran, creerían que avanzan, que tienen un objetivo, que progresan, que trabajan para el bien del Mar, y llegarían a elaborar una filosofía tan necia como su obtinación.
Lo peor no es el hastío, ni siquiera la desesperación, sino el encuentro de ambos, su colisión. ¡Sentirse aplastado entre los dos!
En este momento estoy solo. ¿Podría desear algo mejor, existe dicha más intensa? Sí, la de oír, a fuerza de silencio, cómo se agranda mi soledad.
(E. M. Cioran, Desgarradura, Montesinos, 1983)
R rayada
Sobre fondo rayado nuestra negra R se adorna con pequeños caracoles que nacen de su contorno ensayando, sin mucho acierto, motivos florales. Aun así destaca rotunda y firme sobre el fondo fragmentado.
Compañía lectora
Cubriéndose del sol con un sombrero, recostada sobre las flores del campo, sostiene su libro con la mano izquierda mientras que su derecha acaricia al mejor amigo, apoyado en su rodilla, algo elevada, un cuervo parece seguir la lectura. ¿Será Wusch Knote la muchacha a quien desearíamos acompañar en la lectura?
domingo, 24 de abril de 2011
De nuevo Berger
Ya he recomendado con anterioridad la lectura de algún libro del británico John Berger. En esta ocasión voy a recomendar los tres que forman la trilogía De sus fatigas: Puerca Tierra, Una vez en Europa y Lila y Flag. El título, tomado del evangelio de San Juan: "Otros se fatigaron y vosotros os aprovecháis de sus fatigas", hace referencia al mundo campesino y a lo largo de los tres volúmenes retrata y explica los avatares de esta sociedad durante el siglo XX. Quince años dedicó Berger a escribir estos libros; el primero como colección de cuentos o narraciones sobre el campesinado europeo; en el segundo volumen la narración se va complicando con cuentos más extensos y uno, el que da título al libro, que puede considerarse como una novela corta; y el último libro una novela que recoge y muestra el fin de la sociedad agrícola.
Su prosa es limpia, ajustada, sobria y poética. Es difícil ver en su escritura lugares comunes lo que le da un aire de novedad, de estreno, de sorpresa.
Dos aspectos me han impresionado, por un lado la relación con la muerte y los muertos, aparecen como personajes tan importantes como los vivos y por lo tanto son siempre tomados en cuenta; por otro la figura del narrador, nunca se sabe con certeza quién está contándonos, la primera y tercera persona se complementan y no nos importa quién está narrando porque lo que nos atrapa es la sinceridad y justicia de lo que nos muestra.
Os dejo un botón de muestra:
"Para los hombres es diferente; no tienen la misma costumbre de seguir que tienen las mujeres. Los hombres, claro está, también lloran la muerte de sus seres queridos. Marcel, el que secuestró a los inspectores de hacienda, después de la muerte de Nicole ponía flores todas las noches en la mesilla del lado vacío de su cama de matrimonio. Los hombres se sienten abandonados, dejados atrás. Más que llorar, las mujeres se lamentan, y se lamentan por lo que les ha sucedido a sus muertos. Por eso los siguen a través de las tinieblas eternas."
(John Berger, Puerca Tierra, Una vez en Europa y Lila y Flag, Alfaguara.)
Su prosa es limpia, ajustada, sobria y poética. Es difícil ver en su escritura lugares comunes lo que le da un aire de novedad, de estreno, de sorpresa.
Dos aspectos me han impresionado, por un lado la relación con la muerte y los muertos, aparecen como personajes tan importantes como los vivos y por lo tanto son siempre tomados en cuenta; por otro la figura del narrador, nunca se sabe con certeza quién está contándonos, la primera y tercera persona se complementan y no nos importa quién está narrando porque lo que nos atrapa es la sinceridad y justicia de lo que nos muestra.
Os dejo un botón de muestra:
"Para los hombres es diferente; no tienen la misma costumbre de seguir que tienen las mujeres. Los hombres, claro está, también lloran la muerte de sus seres queridos. Marcel, el que secuestró a los inspectores de hacienda, después de la muerte de Nicole ponía flores todas las noches en la mesilla del lado vacío de su cama de matrimonio. Los hombres se sienten abandonados, dejados atrás. Más que llorar, las mujeres se lamentan, y se lamentan por lo que les ha sucedido a sus muertos. Por eso los siguen a través de las tinieblas eternas."
(John Berger, Puerca Tierra, Una vez en Europa y Lila y Flag, Alfaguara.)
lunes, 11 de abril de 2011
Malas Notas 13
Los escritores siempre tratan sobre lo mismo. No sabemos si para aclararse y saber de lo que hablan o para hacernos creer que saben lo que están diciendo.
La ambigüedad en literatura esconde, a veces, la incapacidad de resolver, acertadamente, el conflicto planteado.
No hay mayor fracaso en la vida que fracasar como padre, y no vale como justificación que sea el fracaso más extendido.
Paradoja: Los uniformes no tienen la intención de que aparezcamos como iguales sino de distinguirnos de los demás.
La ambigüedad en literatura esconde, a veces, la incapacidad de resolver, acertadamente, el conflicto planteado.
No hay mayor fracaso en la vida que fracasar como padre, y no vale como justificación que sea el fracaso más extendido.
Paradoja: Los uniformes no tienen la intención de que aparezcamos como iguales sino de distinguirnos de los demás.
domingo, 10 de abril de 2011
Una R de salón
Esta R está de fiesta. Guirnaldas, colgantes, adornos, bucles, círculos y peanas enmarcan una R consistente, poco llamativa pero enérgica, sobresaliendo sin problemas en una celebración que no le hace sombra.
Un crimen: no conocer a Ibargüengoitia
Sólo hay algo mejor que descubrir a un autor: confirmar en sucesivas lecturas que no sólo fue un acierto sino que era una obligación, una necesidad. En 1974 (¿cómo pude estar tanto tiempo sin leerlo?) este mejicano publicó la novela Dos crímenes. No voy a desentrañar el argumento de la obra -acaso celebrar la tardanza de los crímenes- porque no hay palabras que les haga justicia. Sin embargo sí quiero comentar que es una novela a la que no le sobra nada y, según mi entender, tampoco parece que le falte; es decir, estamos ante una obra que durante su lectura suspendemos el sentido crítico ya que nada hace que salte la alarma. Los sucesos, los personajes, los diálogos, las sorpresas de la trama se encadenan como las olas, suaves, naturales, inexorables. Llama la atención, en oposición a la mayoría de nuestros escritores, el sentido del humor de Ibargüengoitia, no por lo que dicen sus personajes, ni por como se complica el argumento, sino por como entiende la literatura su autor: es tan importante que sólo una sonrisa nos la hace más llevadera. Lo dicho, tenemos aseguradas unas pocas y seguras horas de placer.
(Jorge Ibargüengoitia, Dos crímenes, RBA)
(Jorge Ibargüengoitia, Dos crímenes, RBA)
domingo, 3 de abril de 2011
El quinteto de Brahms
Brahms compuso su obra 115, un quinteto para clarinete, dos vilines, viola y violonchelo, para el clarinetista Richard Mühlfeld. No sabía entonces que sería considerado como una obra maestra para esta formación. El romanticismo y el clasiscismo van de la mano creando una belleza serena, suave y eterna.
Este es el cuarto y último movimiento -con moto- interpretado por el cuarteto de cuerda Arcadia Quartet y el clarinete de Razvan Poptean.
Este es el cuarto y último movimiento -con moto- interpretado por el cuarteto de cuerda Arcadia Quartet y el clarinete de Razvan Poptean.
Ex Libris español
Salvador Luna Román era el propietario del libro El refranero de la previsión del que he tomado los refranes de la entrada anterior. En la página cuarta está pegado su ex libris cuyo lema es: "El cariño y la amistad me dan la felicidad". Podemos intuir, por la imagen que aparece, que la amistad y el cariño le viene de los libros y que la felicidad se expresa mediante el paisaje.
Hombre prevenido...
En 1928 la Caja Extremeña de Previsión Social convocó un Certamen de Mutualismo Escolar y Previsión Infantil en el que José Ruiz Gimeno fue el ganador con un trabajo titulado El refranero de la Previsión, en el que recoge refranes populares, frases sentenciosas y aforismos en los que se ensalza el ahorro y se defiende como doctrina imprescindible para los escolares. De estos entresacamos los siguientes:
Muchas gotitas de cera forman uyn cirio pascual.
Gota a gota se llena la bota.
Ladrillo tras ladrillo, se llega al tejadillo.
Mientras se gana algo, no se pierde todo.
Gota a gota la mar se apoca.
Nadando en la abundancia, hay quien se ahoga.
Quien todo se lo almuerza, ni come ni cena.
De do se saca y no pon, presto se llega al hondón.
Quien echa agua en la garrafa de golpe, más derrama que ella coge.
Deja la fuente por el arroyo, y pensarás traer agua y traerás lodo.
La viejecita que supo vivir, guardó pan para mayo y leña para abril.
Más vale un "por si acaso" que un "¡válgame Dios!"
(José Ruiz Gimeno, El Refranero de la previsión, Sobrinos de sucesora de M. Minuesa de los Ríos, 1928)
Muchas gotitas de cera forman uyn cirio pascual.
Gota a gota se llena la bota.
Ladrillo tras ladrillo, se llega al tejadillo.
Mientras se gana algo, no se pierde todo.
Gota a gota la mar se apoca.
Nadando en la abundancia, hay quien se ahoga.
Quien todo se lo almuerza, ni come ni cena.
De do se saca y no pon, presto se llega al hondón.
Quien echa agua en la garrafa de golpe, más derrama que ella coge.
Deja la fuente por el arroyo, y pensarás traer agua y traerás lodo.
La viejecita que supo vivir, guardó pan para mayo y leña para abril.
Más vale un "por si acaso" que un "¡válgame Dios!"
(José Ruiz Gimeno, El Refranero de la previsión, Sobrinos de sucesora de M. Minuesa de los Ríos, 1928)
viernes, 1 de abril de 2011
Los aforismos de Bergamín.
José Bergamín junto a sus ensayos y obra poética cultivó el género aforístico. La última colección, que abarca sus últimos veinte años, lleva por nombre Aforismos de la cabeza parlante. Antes de pasar a ver una breve selección me gustaría ofrecer un poema de su último libro Velado desvelo, poema que como todos los suyos nos recuerda un clasicismo hace tiempo olvidado y despreciado.
Mi corazón está muerto
como parecen que están
los árboles en invierno.
Tal vez a su tronco seco
volverá la primavera
a darle verdes renuevos.
El hombre es cruel cuando se apasiona. La mujer no es cruel más que cuando es indiferente.
La humanidad -decía un filósofo de la historia- se ha acostumbrado a contar por siglos. El hombre por minutos. Por eso la humanidad no cuenta nada y el hombre cuenta todo.
Una creencia que no deja lugar a dudas, no es una creencia, sino, más bien, una supersticiosa credulidad.
Para poderles quitar la peluca de la cabeza a los hombres del siglo XVIII hubo que quitarles también la cabeza: guillotinarlos. La guillotina fue consecuencia natural y lógica de la peluca.
El crimen no lo comete sólo el criminal -dice Séneca- sino el que se aprovecha de él; o de ellos, del criminal y del crimen. Parecería entonces que el policía, el fiscal, el juez, el carcelero y el verdugo... Y hasta el abogado y el médico. Y, ni que decir tiene, el periodista. Todos los que ganan su vida de levantar muertos. En una palabra, que quien lo comete, porque lo aprovecha del todo, es la sociedad que lo organiza.
La música nos engaña siempre porque no puede cumplir una palabra que no tiene.
Ver para creer. Oír para dudar.
Le dijo la pulga al mosquito: de menos no nos pudo hacer Dios.
No hay nada que no esté cerca de Dios, decía una santa. ¿Ni siquiera el infierno?
Dios aprieta pero no ahoga. Y también afloja, pero no suelta.
(José Bergamín, Aforismos de la cabeza parlante, Turner, 1983)
domingo, 27 de marzo de 2011
La Fantasia de Schubert
Dentro de las obras para piano y violín de Franz Schubert (1797-1828) está la Fantasía D934. Susanna Yoko Henkel al violin y Itamar Golan al piano interpretan el tercer movimiento.
Escena bíblica
Fridolf Johnson (1905-1988) fue un ilustrador norteamericano que entre los ex libris que realizó para sí mismo llama la atención esta escena de Salomé con la cabeza de San Juan Bautista. Con una técnica que recuerda la confección de las vidrieras de las catedrales, con espacios planos y delimitados, parece pedir que rellenemos los huecos con colores vivos y demos vida a la sensual danza de los siete velos.
martes, 22 de marzo de 2011
Una R rara
Una R en estado semilíquido, de contornos oscilantes y elementos (hojas, burbujas y líneas) que parecen nadar o flotar en el eteR.
Malas Notas 12
El mayor defecto de un escritor sería la incontinencia verbal. Un buen diccionario de sinónimos y una tarde aburrida pueden alargar una frase hasta el infinito. La capacidad del escritor no está en la extensión, sino en la selección.
Los libros, sin entrar en pormenores, son la materialización de la cultura.
Es paradójico que las culturas populares e iletradas lleguen a nosotros a través de los libros.
Uno empieza a ser escritor cuando descubre que no es tan fácil andar entre las palabras.
Los libros, sin entrar en pormenores, son la materialización de la cultura.
Es paradójico que las culturas populares e iletradas lleguen a nosotros a través de los libros.
Uno empieza a ser escritor cuando descubre que no es tan fácil andar entre las palabras.
domingo, 13 de marzo de 2011
Un refrán, un juglar y Antonio Machado II
Para Pepe Rísquez.
En la entrada anterior habíamos visto cómo el refrán El gaitero de Bujalance, un maravedí porque tanga y diez porque acabe, que localizamos en un primer momento en el siglo XVII, tenía una historia que nos hacía retroceder hasta la cultura griega y habiendo pasado por la literatura juglaresca castellana.
Veamos a continuación qué fue del mismo refrán hasta nuestros días.
1675 es la fecha en que Jerónimo Martín Caro y Cejudo (1630-1712) publicó su libro Refranes y modos de hablar castellanos con los latinos que les corresponden, donde seleccionaba refranes castellanos y les buscaba equivalencia con la culturas clasicas. Aquí vuelve a aparecer nuestro refrán y por primera vez lo hace acompañado de una historia. Caro y Cejudo en la glosa de nuestro refrán nos cuenta que el origen del mismo se encuentra en la ciudad griega de Dodona donde hubo dos columnas, encima de las cuales se encontraban una campana, en una, y la estatua de un muchacho con un látigo metálico, en la otra; cuando el viento agitaba el brazo del muchacho, éste golpeaba la campana "... y le hacía despedir unas voces tan grandes, que resonaban mucho tiempo." Hay que reconocer que la historia tiene poco que ver con la que nos habríamos imaginado para explicar su origen. Sin embargo es muy interesante que en el libro al refrán lo relacionen con otros dos: Al ruin, mientras más le ruegas más se extiende y Malo de comenzar y peor de acabar. Si buscamos lo que nos dice de este último encontramos en el comentario la figura, ya conocida, del flautista árabe, aclarándonos que el oficio de flautista lo ejercían en Grecia los esclavos y que estos eran originarios de Arabia. Vemos, por lo tanto, corroborada la relación entre nuestro refrán y el proverbio griego que apuntabamos en la entrada anterior.
Nuestra próxima parada nos lleva al Madrid de 1864. El que poco después sería director del Museo Arqueológico Nacional, Ventura Ruiz Aguilera (1820-1881), acaba de publicar la segunda serie de sus Proverbios ejemplares; y entre los siete que nos presenta aparece, en sexto lugar, nuestro refrán. Una pequeña diferencia encontramos en su formulación, actualiza el arcaico verbo tangir y lo sustituye por el más común de empezar, quedando como El gaitero de Bujalance, un maravedí porque empiece y diez porque acabe. Ruiz Aguilera en su libro no nos informa del origen del refrán, se limita a utilizarlo como título y como colofón de un relato, hay que reconocerlo, intrascendente. El señor Pérez invita a una velada en su casa informando de la asistencia a la misma de la señoríta de Lirios, cantante educada en París, de la que se espera una actuación. La señorita de Lirios, llegado el momento, se hace de rogar exageradamente; ni el anfitrión, ni su esposa, ni la madre de la artista logran su conformidad, y sólo cuando todos parecen desistir, ella se levanta y acompañada de su novio se dirigen al piano. Su actuación es un desastre, pero cuanto más claro es para los asistentes, más insiste ella en proseguir. La reunión empieza a dispersarse mientras la señorita de Lirios no cede en su arrebato artístico y cuando a la una de la madrugada da por concluida su intervención, todos tienen más que claro que están ante la encarnación del gaitero de Bujalance.
Tras este paréntesis, que tan poco tiene que ver con la historia de nuestro refrán, volvamos a la senda de los refraneros. El primero es obra de Gabriel Mª Vergara Martín (1869-1948) y lleva por título Diccionario geográfico popular de cantares,refranes, adagios, proverbios, locuciones, frases proverbiales y modismos españoles (1923). En cuatro ocasiones encontramos formulado el refrán. Junto a las dos que ya aparecían en la recopilación de Gonzalo Correas allá por al siglo XVII y que tenían por protagonistas a los gaiteros de Arganda y Bujalance, nos vamos a encontrar con otro gaitero, esta vez del Arahal, y un tamborilero de Pulgar: El gaitero del Arahal, que le daban diez porque empezace y ciento porque acabase; El tamborilero del Pulgar: ciento porque lo tome y doscientos porque lo deje o El tamborilero del Pulgar: ciento porque quiera tocar y doscientos porque lo quiera dejar. Varias consideraciones. Por un lado comprobamos que el refrán se ha extendido espacialmente, a la provincias de Córdoba y Madrid se les añaden las de Sevilla y Toledo, curiosamente, las cuatro en una misma dirección. Otro detalle interesante es la cuantía de la soldada del músico, somos testigos de la carestía del oficio, pasamos de cantidades que no superaban la decena a manejarnos con los cientos. Finalmente el que aparezca un nuevo instrumento, en este caso el tambor, es una prueba más de cómo nuestro refrán crece y se acomoda a los colectivos en los que vive, asimilando nuevos espacios, nuevas cantidades y nuevos instrumentos.
Veamos una prueba más del desarrollo y transformación que sufren los refranes a lo largo de cientos de años. En 1926 Francisco Rodríguez Marín (1855-1943), publicó el primeros de sus cuatro libros de refranes (llegó a recopilar más de 50000): Más de 21000 refranes castellanos no contenidos en la copiosa colección del maestro Gonzalo Correas. Aquí nos volvemos a encontrar con nuestro gaitero, pero en una única y curiosa forma: El gaitero de arrabal: un higo porque toque, y dos porque deje de tocar. Parece que el proceso de generalización ha concluido, ya no tiene nuestro protagonista un emplazamiento que lo identifique, en cualquier arrabal de una población lo podemos localizar; el músico, porque sigue siendo músico, se ha tornado universal y hasta su salario que había sido siempre monetario se combina con el cobro en especies, por un simple higo se ofrece y lo más a lo que aspira es a doblar el fruto para hacerse perdonar lo desafinado de la interpretación.
Recapitulemos y arriesguemos una explicación.
Si quisieramos aventurar el desarrollo cronológico del refrán podríamos hablar de un primer momento, desconocido hasta ahora, en el que el refrán se creó a partir de una situación concreta, con un protagonista conocido y en que la escena del músico desafinando impactó de tal manera que acabó por hacerse proverbial. Se extendió tanto y se hizo tan conocido que llegó un momento en que se pudo obviar al protagonista, y así nos encontramos con la primera forma que aparece en nuestro refranero: Dos porque empiece y... Sin embargo un proceso contrario tuvo que iniciarse casi inmediatamente por el que la ausencia y desconocimiento del personaje pasó a hacerlo incomprensible, generando a partir de entonces sujetos en Arganda, Bujalance, Arahal, Pulgar o cualquier arrabal de pueblo que pusiese cara y encarnase a nuestro protagonista.
Y hablando de protagonistas, pasemos al último que nos queda, el poeta Antonio Machado (1875-1939). Conocedor de la cultura popular, no en balde su padre fue el que introdujo en España los estudios folklóricos, don Antonio no pudo resistirse a utilizar la anecdota del gaitero, y lo hizo hasta en dos ocasiones. El 8 de agosto de 1922 Antonio Machado publicó una colaboración en número 20 de La Voz de Soria, periódico de la provincia de sólo cuatro páginas. En la primera de estas páginas y bajo el título de El señor importante y los que soplan fuera Machado nos cuenta la historia de un señor importante de Andalucía que contrató a una banda de músicos ambulantes para amenizar las fiestas de la localidad, cuando se disponía a pagar a los músicos se enteró que dos de ellos habían simulado tocar sus instrumentos por lo que les negó el sueldo; los murgantes de pega protestaron: "Nosotros -dijeron- hemos trabajado tanto como nuestros compañeros inflando y desinflando nuestros carrillos al compás de la música.¿Que soplábamos fuera? Pues agradezca usted que no soplemos dentro."
No cabe duda que estos murgantes son familiares de nuestro gaitero. Pero no acaba aquí la relación de Machado con este motivo, entre 1933 y 1934 en un cuaderno de espiral que tituló Apuntes inéditos. (I) A.M. Mairena, nuestro poeta y prosista escribió notas para su obra Juan de Mairena. En una de ellas versifica la anécdota de los músicos:
Es una tarde de feria
con gran música en el pueblo.
Dos murgantes, que soplaban
fuera de los instrumentos,
a la hora del pago dicen:
Doble soldada queremos.
-¡Granujas!
-Lo dicho, o
mañana soplamos dentro.
Antonio Machado no se limita a transcribir o desarrollar el refrán, como todo buen escritor tiene que aportar su visión, tiene que ofrecer una nueva perspectiva; él es consciente del atractivo del refrán, no en balde ha perdurado durante cientos y miles de años, pero también lo es de que su papel es de ir más allá sin traicionar lo que le han legado. Así es que sus músicos, como descendientes que se saben de tanto mal gaitero no quieren desafinar, pero, como al fin, el dinero les es necesario, optan por un pequeño engaño, por una mentira piadosa.
Damos por finalizado este intento de conocer algo del devenir de un humilde refrán. Esperemos que sirva para apreciar, valorar y disfrutar de una literatura mínima que puede encerrar algo muy grande.
En la entrada anterior habíamos visto cómo el refrán El gaitero de Bujalance, un maravedí porque tanga y diez porque acabe, que localizamos en un primer momento en el siglo XVII, tenía una historia que nos hacía retroceder hasta la cultura griega y habiendo pasado por la literatura juglaresca castellana.
Veamos a continuación qué fue del mismo refrán hasta nuestros días.
1675 es la fecha en que Jerónimo Martín Caro y Cejudo (1630-1712) publicó su libro Refranes y modos de hablar castellanos con los latinos que les corresponden, donde seleccionaba refranes castellanos y les buscaba equivalencia con la culturas clasicas. Aquí vuelve a aparecer nuestro refrán y por primera vez lo hace acompañado de una historia. Caro y Cejudo en la glosa de nuestro refrán nos cuenta que el origen del mismo se encuentra en la ciudad griega de Dodona donde hubo dos columnas, encima de las cuales se encontraban una campana, en una, y la estatua de un muchacho con un látigo metálico, en la otra; cuando el viento agitaba el brazo del muchacho, éste golpeaba la campana "... y le hacía despedir unas voces tan grandes, que resonaban mucho tiempo." Hay que reconocer que la historia tiene poco que ver con la que nos habríamos imaginado para explicar su origen. Sin embargo es muy interesante que en el libro al refrán lo relacionen con otros dos: Al ruin, mientras más le ruegas más se extiende y Malo de comenzar y peor de acabar. Si buscamos lo que nos dice de este último encontramos en el comentario la figura, ya conocida, del flautista árabe, aclarándonos que el oficio de flautista lo ejercían en Grecia los esclavos y que estos eran originarios de Arabia. Vemos, por lo tanto, corroborada la relación entre nuestro refrán y el proverbio griego que apuntabamos en la entrada anterior.
Nuestra próxima parada nos lleva al Madrid de 1864. El que poco después sería director del Museo Arqueológico Nacional, Ventura Ruiz Aguilera (1820-1881), acaba de publicar la segunda serie de sus Proverbios ejemplares; y entre los siete que nos presenta aparece, en sexto lugar, nuestro refrán. Una pequeña diferencia encontramos en su formulación, actualiza el arcaico verbo tangir y lo sustituye por el más común de empezar, quedando como El gaitero de Bujalance, un maravedí porque empiece y diez porque acabe. Ruiz Aguilera en su libro no nos informa del origen del refrán, se limita a utilizarlo como título y como colofón de un relato, hay que reconocerlo, intrascendente. El señor Pérez invita a una velada en su casa informando de la asistencia a la misma de la señoríta de Lirios, cantante educada en París, de la que se espera una actuación. La señorita de Lirios, llegado el momento, se hace de rogar exageradamente; ni el anfitrión, ni su esposa, ni la madre de la artista logran su conformidad, y sólo cuando todos parecen desistir, ella se levanta y acompañada de su novio se dirigen al piano. Su actuación es un desastre, pero cuanto más claro es para los asistentes, más insiste ella en proseguir. La reunión empieza a dispersarse mientras la señorita de Lirios no cede en su arrebato artístico y cuando a la una de la madrugada da por concluida su intervención, todos tienen más que claro que están ante la encarnación del gaitero de Bujalance.
Tras este paréntesis, que tan poco tiene que ver con la historia de nuestro refrán, volvamos a la senda de los refraneros. El primero es obra de Gabriel Mª Vergara Martín (1869-1948) y lleva por título Diccionario geográfico popular de cantares,refranes, adagios, proverbios, locuciones, frases proverbiales y modismos españoles (1923). En cuatro ocasiones encontramos formulado el refrán. Junto a las dos que ya aparecían en la recopilación de Gonzalo Correas allá por al siglo XVII y que tenían por protagonistas a los gaiteros de Arganda y Bujalance, nos vamos a encontrar con otro gaitero, esta vez del Arahal, y un tamborilero de Pulgar: El gaitero del Arahal, que le daban diez porque empezace y ciento porque acabase; El tamborilero del Pulgar: ciento porque lo tome y doscientos porque lo deje o El tamborilero del Pulgar: ciento porque quiera tocar y doscientos porque lo quiera dejar. Varias consideraciones. Por un lado comprobamos que el refrán se ha extendido espacialmente, a la provincias de Córdoba y Madrid se les añaden las de Sevilla y Toledo, curiosamente, las cuatro en una misma dirección. Otro detalle interesante es la cuantía de la soldada del músico, somos testigos de la carestía del oficio, pasamos de cantidades que no superaban la decena a manejarnos con los cientos. Finalmente el que aparezca un nuevo instrumento, en este caso el tambor, es una prueba más de cómo nuestro refrán crece y se acomoda a los colectivos en los que vive, asimilando nuevos espacios, nuevas cantidades y nuevos instrumentos.
Veamos una prueba más del desarrollo y transformación que sufren los refranes a lo largo de cientos de años. En 1926 Francisco Rodríguez Marín (1855-1943), publicó el primeros de sus cuatro libros de refranes (llegó a recopilar más de 50000): Más de 21000 refranes castellanos no contenidos en la copiosa colección del maestro Gonzalo Correas. Aquí nos volvemos a encontrar con nuestro gaitero, pero en una única y curiosa forma: El gaitero de arrabal: un higo porque toque, y dos porque deje de tocar. Parece que el proceso de generalización ha concluido, ya no tiene nuestro protagonista un emplazamiento que lo identifique, en cualquier arrabal de una población lo podemos localizar; el músico, porque sigue siendo músico, se ha tornado universal y hasta su salario que había sido siempre monetario se combina con el cobro en especies, por un simple higo se ofrece y lo más a lo que aspira es a doblar el fruto para hacerse perdonar lo desafinado de la interpretación.
Recapitulemos y arriesguemos una explicación.
Si quisieramos aventurar el desarrollo cronológico del refrán podríamos hablar de un primer momento, desconocido hasta ahora, en el que el refrán se creó a partir de una situación concreta, con un protagonista conocido y en que la escena del músico desafinando impactó de tal manera que acabó por hacerse proverbial. Se extendió tanto y se hizo tan conocido que llegó un momento en que se pudo obviar al protagonista, y así nos encontramos con la primera forma que aparece en nuestro refranero: Dos porque empiece y... Sin embargo un proceso contrario tuvo que iniciarse casi inmediatamente por el que la ausencia y desconocimiento del personaje pasó a hacerlo incomprensible, generando a partir de entonces sujetos en Arganda, Bujalance, Arahal, Pulgar o cualquier arrabal de pueblo que pusiese cara y encarnase a nuestro protagonista.
Y hablando de protagonistas, pasemos al último que nos queda, el poeta Antonio Machado (1875-1939). Conocedor de la cultura popular, no en balde su padre fue el que introdujo en España los estudios folklóricos, don Antonio no pudo resistirse a utilizar la anecdota del gaitero, y lo hizo hasta en dos ocasiones. El 8 de agosto de 1922 Antonio Machado publicó una colaboración en número 20 de La Voz de Soria, periódico de la provincia de sólo cuatro páginas. En la primera de estas páginas y bajo el título de El señor importante y los que soplan fuera Machado nos cuenta la historia de un señor importante de Andalucía que contrató a una banda de músicos ambulantes para amenizar las fiestas de la localidad, cuando se disponía a pagar a los músicos se enteró que dos de ellos habían simulado tocar sus instrumentos por lo que les negó el sueldo; los murgantes de pega protestaron: "Nosotros -dijeron- hemos trabajado tanto como nuestros compañeros inflando y desinflando nuestros carrillos al compás de la música.¿Que soplábamos fuera? Pues agradezca usted que no soplemos dentro."
No cabe duda que estos murgantes son familiares de nuestro gaitero. Pero no acaba aquí la relación de Machado con este motivo, entre 1933 y 1934 en un cuaderno de espiral que tituló Apuntes inéditos. (I) A.M. Mairena, nuestro poeta y prosista escribió notas para su obra Juan de Mairena. En una de ellas versifica la anécdota de los músicos:
Es una tarde de feria
con gran música en el pueblo.
Dos murgantes, que soplaban
fuera de los instrumentos,
a la hora del pago dicen:
Doble soldada queremos.
-¡Granujas!
-Lo dicho, o
mañana soplamos dentro.
Antonio Machado no se limita a transcribir o desarrollar el refrán, como todo buen escritor tiene que aportar su visión, tiene que ofrecer una nueva perspectiva; él es consciente del atractivo del refrán, no en balde ha perdurado durante cientos y miles de años, pero también lo es de que su papel es de ir más allá sin traicionar lo que le han legado. Así es que sus músicos, como descendientes que se saben de tanto mal gaitero no quieren desafinar, pero, como al fin, el dinero les es necesario, optan por un pequeño engaño, por una mentira piadosa.
Damos por finalizado este intento de conocer algo del devenir de un humilde refrán. Esperemos que sirva para apreciar, valorar y disfrutar de una literatura mínima que puede encerrar algo muy grande.
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