domingo, 25 de septiembre de 2011

Un judio finlandés.

Como es de suponer mi interés por la literatura finlandesa es, debo admitir, nula. Sin embargo no lo es por la literatura judía. Con independencia del idioma, inglés, alemán, italiano o ruso, la producción de escritores de origen judío me atrae poderosamente. Es por este hecho que compré Mi abuelo llegó del frío, del finlandés Daniel Katz. Su lectura ha sido muy placentera. La historia de una familia judía en Finlandia, de procedencia rusa, durante las dos guerras mundiales nos enseña los avatares que deben sufrir por pertenecer a esa raza. Pero sus historias son luminosas, llenas de humor y ajenas al desengaño. No hay victimismo, la ironía se dispara para todos los frentes, incluido, por supuesto, el de los mismos judíos. La presentación de algunos ritos, inolvidable la circuncisión durante un bombardeo, no puede ser más alegre y la risa es un ingrediente más de la historia. Kastz podría ser calificado como un librepensador dentro del judaísmo, manteniendo unas tesis de lo más heterodoxas dentro de su raza, pero que para muchos que no pertenecemos a ella nos hace reconciliarnos con un pueblo que vemos sólo desde la perspectiva de la actualidad de sus gobernantes.

(Daniel Katz, Mi abuelo llegó del frío, Libros del Asteroide, 2011)

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