Si es cierto que a veces la realidad supera la ficción, también lo es que la ficción nos ayuda a superar la realidad.
¿Hay mayor expresión de poder que la del director de orquesta que logra que del movimiento de sus manos surja la música?
Si es verdad que, como se reconoce universalmente, los días felices pasan a la velocidad vértigo, y los tristes no tienen fin; hemos de admitir entonces que la felicidad no hace otra cosa que acercarnos a la muerte.
La amistad y la justicia son universos sin mundos comunes.
Hay quienes piensan, y dicen, que la música y el paisaje son de la misma naturaleza. No pueden estar más equivocados, mientras la música es orden, rigor y esfuerzo, el paisaje es pura casualidad.
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