Némesis, diosa griega considerada hija de la noche, estaba encargada de castigar a los hombres malvados para restituir el orden justo de los dioses. Némesis también es el título de la última novela de Philip Roth (1933). Desde que en 2006 publicara Elegía cada año nos ha ofrecido una de pequeña obra, no en cuanto a calidad sino a extensión, entre las que destacaría Sale el espectro (2007) e Indignación (2008). En Némesis (2010) volvemos a encontrar al mejor Roth. La historia de Bucky Cantor, judío que dirige una escuela de verano en 1944, se ve irremediablemente alterada con la aparición de una epidemia de polio entre sus alumnos. Las decisiones que adopta suponen un reto moral donde el destino jugará también su papel. Es una historia donde el azar y la culpa son los protagonistas reales. La construcción de la novela es perfecta, tres capítulos que nos cuentan tres momentos de la historia y un narrador que desconocemos hasta el final y que aparece misteriosamente con un escueto "yo" en la página 86. Roht vuelve a uno de sus temas predilectos: ¿cómo conseguir que sus historias parezcan verdaderas? Y ahí aparece el escritor como intermediario entre lo que ocurre y los que sólo a través de él pueden conocer la realidad. El escritor tiene como misión transmitir unos hechos que le han ocurrido a otro y que éste voluntariamente le ha confiado. Nosotros, como lectores, certificamos la verdad, asumiendo sin ninguna duda la veracidad de lo leído. En resumen es un libro que no decepcionará a ningún amante de la prosa de Roth y que puede introducir, magistralmente, a quien aún no lo haya leído.
(Philip Roth, Némesis, Mondadori, 2011)
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