lunes, 11 de julio de 2011

Proverbios entre las dunas del desierto

Dos cosas asombran de los refranes y proverbios, su universalidad y su particularidad. Aunque parezcan conceptos contrarios, no lo son, al contrario, actúan como complementarios. Los refranes se nutren de imágenes que le son cercanas -particularidad- para comunicar un pensamiento profundamente humano -universalidad. Con la muestra siguiente de refranes saharauis se entenderá más fácilmente esta doble naturaleza.

La púa es afilada desde pequeña.

A la mano que no está empapada, no se le pega la tierra.

Una mano no aplaude.

La mayoría de los ladridos del perro son para defenderse.

A donde llega el rápido, llega el lento.

La piedra lanzada al cielo vuelve a la tierra.

Si el que habla es tonto, el que escucha debe ser razonable.

Viste más que una cebolla.

Si atas el camello con el asno, éste le enseña a rebuznar.

Ve el viejo acostado lo que el joven no ve de pie.

Compra al vecino antes que la casa.

Al loco no se le enseña a tirar piedras.


(Fernando Pinto Cebrián, Proverbios saharauis, Miraguano)

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