Dos cosas asombran de los refranes y proverbios, su universalidad y su particularidad. Aunque parezcan conceptos contrarios, no lo son, al contrario, actúan como complementarios. Los refranes se nutren de imágenes que le son cercanas -particularidad- para comunicar un pensamiento profundamente humano -universalidad. Con la muestra siguiente de refranes saharauis se entenderá más fácilmente esta doble naturaleza.
La púa es afilada desde pequeña.
A la mano que no está empapada, no se le pega la tierra.
Una mano no aplaude.
La mayoría de los ladridos del perro son para defenderse.
A donde llega el rápido, llega el lento.
La piedra lanzada al cielo vuelve a la tierra.
Si el que habla es tonto, el que escucha debe ser razonable.
Viste más que una cebolla.
Si atas el camello con el asno, éste le enseña a rebuznar.
Ve el viejo acostado lo que el joven no ve de pie.
Compra al vecino antes que la casa.
Al loco no se le enseña a tirar piedras.
(Fernando Pinto Cebrián, Proverbios saharauis, Miraguano)
No hay comentarios:
Publicar un comentario