Es curioso que muchas veces recordamos cuándo y a raíz de qué hecho se nos ocurrió cual pensamiento y en otras ocasiones su lectura no sólo no nos ofrece ninguna referencia sino que se nos presenta como ajeno, como anotado por mano extraña y desconocida. Así algunos de los siguientes.
Paradoja: En los museos nombran como personajes desconocidos a los únicos que, gracias a su conservación y exposición, hemos llegado a conocer.
El anochecer es un gato pardo que se cuela por entre los tejados.
Admirables romanos que consiguieron que dos mil años más tarde sigamos usando sus puentes para cruzar nuestros ríos.
En cierta ocasión dijo que la juventud no dependía de la edad sino de las ganas de comerse el mundo. Ahora tiene que reconocer que no hay menú que le apetezca.
A cierta edad uno tiene que dejar de ser atractivo para, en el mejor de los casos, pasar a ser agradable.
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