Ya hemos comentado que la literatura popular, y el refranero forma parte de ella, es universal y a la vez local. Los mismos temas, motivos, formas, intereses y manifestaciones aparecen en todas partes, pero siempre, y por fortuna, adquieren imágenes distintas o por lo menos matizadas. De aquí la importancia de recoger todas estas manifestaciones aunque se parezcan tanto a tantas otras. Hoy vamos a ver algunos refranes que Gerardo López de Guereñu recopiló en tierras alavesas.
A casa grande, buena aldaba.
¡Adiós! Vete con Dios, la Magdalena te guíe por un zarzal; tú que no puedas salir, y yo que no pueda entrar.
A la cama que es buen prau, si no se duerme, se está echau.
Al que se viste de verano por Navidad, no le preguntes cómo le va.
Caga el rey, caga el Papa; sin cagar nadie se escapa.
Con militares, frailes y gatos, pocos tratos.
Cuando la puerca lava, el sol se nubla.
Cuando uno está de suerte, hasta la mujer le pare de otro.
El buen paño en el arca se pica.
El café debe ser: caliente como el infierno; negro como el demonio, y dulce como los ángeles.
El que como huevo sin sal, se come a su padre y a su madre si se los dan.
El que de servilleta llegó a mantel; Dios nos libre de él.
El undécimo, no estorbar.
(Gerardo López de Guereñu, Refranero alavés, Diputación foral de Álava, 1988)
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