Robert Schumann al margen de su obra para piano y los lieder, dos formas musicales por las que ha pasado a la historia de la música, tiene también una interesante faceta como compositor de música de cámara. De los tres romanzen, Op. 94, para piano y oboe compuestos en 1849, recomiendo el tercero, en esta ocasión interpretado por Alfred Brendel al piano y Heinz Holliger al oboe.
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