Los hombres deberían desilusionarse más a menudo; desilusionarse de todo, para que más tarde y poco a poco, si fuera posible, encontrar las fuerzas y la alegría de vivir.
Cuando alguien a quien apreciamos dice mal de otro a quien también tenemos afecto, sentimos un desconcierto parecido a la traición; pero no sabemos quién nos traiciona, si quien opina o quien dio lugar a la opinión.
¿Qué lugares se esconden en nuestro cuerpo donde sólo habitan el llanto y la pena?
Quisiera ser de profesión antólogo. Dejadme leer y escuchar por vosotros; confiad en mis preferencias; dejarse llevar por mis gustos; permitid que, por vosotros, seleccione. Prometo no defraudaros, porque en cada fragmento, en cada movimiento irá mi pasión por el arte y, sobre todo, mi amor por vosotros.
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