La sonata para piano y violonchelo nº 3 de Beethoven op. 69 fue compuesta en 1808, el mismo año que las sinfonías quinta y sexta. No hay duda que nos encontramos en un periodo muy importante en la obra del autor. La sonata consta de tres movimientos, allegro, scherzo y adagio cantabile-allegro vivace. En el segundo movimiento que ofrecemos nos encontramos con un divertimiento entre los dos instrumentos, cediéndose el paso, alternándose en el protagonismo y a la vez acompañándose con verdadera camaradería. El ritmo alegre está en los dedos del pianista mientras que el violonchelo tranquiliza la pieza, remansa las notas y pone el sosiego. A pesar del aire de intrascendencia y juego que domina el movimiento hay momentos que adivinamos que debajo puede haber, si no una tragedia, sí una tensión por desencadenarse. La interpretación corre a cargo Glenn Gould al piano y de Leonard Rose al violonchelo.
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