En 1909 Alfred Cossmann (1870-1951) grabador y artista plástico austriaco diseñó nuestro ex-libris para un tal Edm Thilo. A los quince años, aconsejado por un familiar tallador de madera, ingresó en la Escuela de Artes Aplicadas de Viena donde permaneció durante catorce años. Además de estudiar cerámica, pintura con esmalte o soplado del vidrio, se interesó por el grabado, convirtiéndose en un maestro con la placa de cobre. Reconocido en su país, Austria, creó una escuela de importantes artistas que siguieron su técnica y estilo. También fue uno de los fundadores de la Sociedad de Ex-libris de Austria. En este caso podemos ver la originalidad del diseño. Una mujer semi desnuda se sienta, con las piernas cruzadas, sobre una cinta que traza una circunferencia a su alrededor. En uno de sus extremos la agarra con su mano derecha, sujetando a su vez dos flores. Uno de los extremos de la cinta se curva y pliega en la parte superior para indicarnos que es un ex-libris mientras que el otro extremo se precipita en vertical hacia abajo tapando, ligeramente, el brazo extendido. La disposición de las piernas produce una sensación de equilibrio. A pesar de la consistencia del cuerpo de la mujer, el artista nos convence de la naturalidad y realidad de la imagen: mientras la cinta gana en firmeza, la mujer adquiere la levedad precisa.
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