Para Mª José.
En el mundo de Grossman (Vida y destino) todo es contradictorio. La naturaleza es bella y despiadada a la vez; las situaciones, dolorosas y esperanzadas; sus personajes siempre se debaten entre pensamientos elevados y acciones miserables; los protagonistas pretenden actos malévolos que, sin aparente lógica, devienen en actuaciones desprendidas. La grandeza de Grossman está en que, aunque no queramos reconocerlo, nos retrata como somos: dioses y demonios sin futuro posible.
La literatura pertenece al reino de lo que "bien pudo ser", enclavado en el territorio de los sueños y cuyos reyes son Doña Quizás y Don Posible.
Reniego de la literatura que, como la Biblia, necesita exegetas que nos la interprete.
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