domingo, 12 de septiembre de 2010

Los refranes y los meses

Los meses como cómputo del tiempo han estado muy presentes en la vida del hombre desde el principio de los tiempos. A ellos están unidos los fenómenos atmosféricos y las labores agrícolas. El refranero, como compendio de los saberes populares, ha recogido lo que durante cientos de años ha observado el hombre. Veamos un refrán por cada uno de los meses del año.

En enero, de día al sol y de tarde al brasero.

Febrerillo el orate, cada día hace un disparate.

Marzo engañador, un día malo y otro peor.

Abriles y hombres viles, desde que el mundo es mundo los hubo a miles.

Mayo loco, fiestas muchas y pan poco.

Hasta el cuarenta de mayo, no te quites el sayo, y si junio es ruin, hasta el fin.

Si en julio llueve, renace la hierba y el trigo se pierde.

Cuando llueve en agosto, llueve miel y mosto.

Septiembre es bueno... si del primero al treinta pasa sereno.

Por octubre, rescoldito de lumbre.

Si no has sembrado en noviembre, ya no siembres.

Días de diciembre, días de amargura; apenas amanece, ya es noche oscura.


(Luis Martínez Kleiser, El tiempo y los espacios de tiempo en los refranes, Librería General de Victoriano Suárez)

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