El humor es una actividad imprescindible en la vida del ser humano. Es inhumano no reirse o no encontrar la gracia en nuestra vida. Los refranes se han definido como sentencias y como ante cualquier sentencia nos asustamos, creemos que la risa es extraña en el refranero. Nada más equivocado, la socarronería y la retranca son consustanciales al refranero español. Aquí van una docenita que lo atestiguan.
Úntate con aceite, que si no te pones bueno, te pondrás reluciente
Ser como el agua de Loja, que por donde pasa moja.
Arcos de la Frontera, quien no tiene camisa no necesita lavandera.
No hace poco quien su casa quema: espanta los ratones y él se escalienta.
Cornudo sois, marido. -Mujer, ¿quién te lo dijo?
No sé qué me haga; si ponerme a servir o buscar criada.
¡Qué bien dijo aquel que dijo cuando dijo lo que dijo!
Al que Dios quiere para rico, hasta la mujer le pare hijos de otro.
En fin, más corre un galgo que un mastín; pero si el galgo está amarrado, más corre un mastín que un galgo.
Viéneme el mal que me suele venir, que después de harto, me suelo dormir.
No es nada la meada, y calaba siete colchones y la frazada.
Vamos andando; que si usted lleva miedo, yo voy temblando.
(Mª Josefa Canellada y Berta Pallares, Refranero español, Castalia.)
En este cuaderno personal van a aparecer algunas de mis aficiones más queridas: La literatura aforística, los refranes, recomendaciones de libros y música clásica, imágenes y grabados del mundo del libro, y esas "malas notas" que de tarde en tarde se me presentan como si tuvieran algo que decir. La incorporación de nuevas entradas se hará, aproximadamente, todas las semanas.
miércoles, 29 de septiembre de 2010
martes, 21 de septiembre de 2010
La trompa de Mozart
Habíamos iniciado una serie de inmortales con las dos "B" (Bach y Beethoven) y sabemos, por la ortografía, que delante de "b" se escribe "m", así que es hora de Mozart. Como lo mío no es la ortografía y además no estoy seguro de la preeminencia del último sobre los primeros aquí, y ahora, va mi recomendación: el segundo movimiento (Rondo. Allegro) del concierto nº 1 para trompa y orquesta.
domingo, 19 de septiembre de 2010
Una R entre cintas y flores
Henry Shaw diseñó en el siglo XIX un alfabeto a base de cintas que se enlazan y motivos florales. Nuestra R está coloreada de azul sobre fondo negro.
Un árbol de letras
Grethel Dasio pudo enorgullecerse de tener un árbol cuyas hojas eran letras que se desprendían cada vez que lo zarandeaba. No sabemos qué hacía con ellas pero sin duda serían uno de sus juguetes más queridos. Julio Díez (1870-1957) artista y diseñador alemán le creó este divertido ex-libris.
jueves, 16 de septiembre de 2010
Malas Notas 6
Los sueños eróticos se instalan en uno cuando el resto de los sueños ya se tornan imposibles.
No es lo mismo no parecer lo que se es, que aparecer como lo que no se es. En el primer caso alguien puede llegar a conocerte, en el segundo todos somos engañados.
Era un infame, la maldad se había instalado en su mente. Sin embargo su imagen de buena persona le impedía cometer los excesos que su cerebro proyectaba. ¡Qué de maldiciones, de insultos y amenazas se dirigía mientras se miraba al espejo!
No es lo mismo no parecer lo que se es, que aparecer como lo que no se es. En el primer caso alguien puede llegar a conocerte, en el segundo todos somos engañados.
Era un infame, la maldad se había instalado en su mente. Sin embargo su imagen de buena persona le impedía cometer los excesos que su cerebro proyectaba. ¡Qué de maldiciones, de insultos y amenazas se dirigía mientras se miraba al espejo!
miércoles, 15 de septiembre de 2010
El invisible Paul Auster
Aunque no lo pondría al nivel de El palacio de la Luna, La música del azar, El libro de las ilusiones, Brooklyn Follies o Un hombre en la oscuridad, el último libro publicado por Paul Auster, Invisible, es cuando menos muy entretenido. Para mí no pierde su mayor cualidad, Auster es capaz de inventarse estupendas historias y contarlas con maestría. Si se tiene tiempo se lee de un tirón y con interés. Qué más se le puede pedir a un libro a estas alturas.
(Paul Auster, Invisible, Anagrama)
(Paul Auster, Invisible, Anagrama)
domingo, 12 de septiembre de 2010
Los refranes y los meses
Los meses como cómputo del tiempo han estado muy presentes en la vida del hombre desde el principio de los tiempos. A ellos están unidos los fenómenos atmosféricos y las labores agrícolas. El refranero, como compendio de los saberes populares, ha recogido lo que durante cientos de años ha observado el hombre. Veamos un refrán por cada uno de los meses del año.
En enero, de día al sol y de tarde al brasero.
Febrerillo el orate, cada día hace un disparate.
Marzo engañador, un día malo y otro peor.
Abriles y hombres viles, desde que el mundo es mundo los hubo a miles.
Mayo loco, fiestas muchas y pan poco.
Hasta el cuarenta de mayo, no te quites el sayo, y si junio es ruin, hasta el fin.
Si en julio llueve, renace la hierba y el trigo se pierde.
Cuando llueve en agosto, llueve miel y mosto.
Septiembre es bueno... si del primero al treinta pasa sereno.
Por octubre, rescoldito de lumbre.
Si no has sembrado en noviembre, ya no siembres.
Días de diciembre, días de amargura; apenas amanece, ya es noche oscura.
(Luis Martínez Kleiser, El tiempo y los espacios de tiempo en los refranes, Librería General de Victoriano Suárez)
En enero, de día al sol y de tarde al brasero.
Febrerillo el orate, cada día hace un disparate.
Marzo engañador, un día malo y otro peor.
Abriles y hombres viles, desde que el mundo es mundo los hubo a miles.
Mayo loco, fiestas muchas y pan poco.
Hasta el cuarenta de mayo, no te quites el sayo, y si junio es ruin, hasta el fin.
Si en julio llueve, renace la hierba y el trigo se pierde.
Cuando llueve en agosto, llueve miel y mosto.
Septiembre es bueno... si del primero al treinta pasa sereno.
Por octubre, rescoldito de lumbre.
Si no has sembrado en noviembre, ya no siembres.
Días de diciembre, días de amargura; apenas amanece, ya es noche oscura.
(Luis Martínez Kleiser, El tiempo y los espacios de tiempo en los refranes, Librería General de Victoriano Suárez)
Karl Kraus y la mujer
Karl Kraus (1874-1936), hoy casi desconocido en nuestro país, fue uno de los escritores más influyentes en lengua alemana de principios del siglo XX. Escritor satírico y agitador cultural destacó con sus aforismos, de los que llegó a publicar tres volúmenes. Suya es esta definición: "El aforismo nunca coincide con la verdad: o es media verdad o verdad y media". Del libro titulado Dichos y contradichos son estos aforismos sobre la mujer, algunos no muy correctos.
Dijo ella para sus adentros: Acostarme con él, sí..., ¡pero nada de intimidades!
A ella sólo le faltaba un defecto para la perfección.
Una mujer que no puede ser fea no es bella.
Desde luego, no se trata tan solo del aspecto exterior de la mujer. La ropa interior también importa.
Las cejas de ella eran guiones... A veces se arqueaban formando arcos de triunfo del placer.
Más de una mujer bella elige a un mercader judío por puro romanticismo: siempre confía en que el noble bandolero no esté lejos.
Es posible pillar in fraganti a una mujer, pero ella siempre tendrá tiempo para negarlo todo.
La superioridad que un hombre valioso siente respecto de una mujer carente de valor nunca es mayor que la que siente un hombre carente de valor respecto de una mujer valiosa.
No es verdad que no se pueda vivir sin una mujer. Lo que no se puede es haber vivido sin una mujer.
(Karl Kraus, Dichos y contradichos, Minúscula)
Dijo ella para sus adentros: Acostarme con él, sí..., ¡pero nada de intimidades!
A ella sólo le faltaba un defecto para la perfección.
Una mujer que no puede ser fea no es bella.
Desde luego, no se trata tan solo del aspecto exterior de la mujer. La ropa interior también importa.
Las cejas de ella eran guiones... A veces se arqueaban formando arcos de triunfo del placer.
Más de una mujer bella elige a un mercader judío por puro romanticismo: siempre confía en que el noble bandolero no esté lejos.
Es posible pillar in fraganti a una mujer, pero ella siempre tendrá tiempo para negarlo todo.
La superioridad que un hombre valioso siente respecto de una mujer carente de valor nunca es mayor que la que siente un hombre carente de valor respecto de una mujer valiosa.
No es verdad que no se pueda vivir sin una mujer. Lo que no se puede es haber vivido sin una mujer.
(Karl Kraus, Dichos y contradichos, Minúscula)
Primera entrega de Beethoven
Si la última recomendación fue para uno de los grandes, la de hoy no lo es menos. Y para adentrarnos en el universo de Beethoven he querido empezar por una obra de cámara, la Sonata nº 3 para piano y chelo. En interpretación de S. Richter al piano y M. Rostropovich al chelo aquí tenéis el segundo movimiento (Scherzo.Allegro molto).
miércoles, 8 de septiembre de 2010
Amos Oz en Tel Ilán
Amos Oz autor de, entre otras obras, Una historia de amor y oscuridad (una conmovedora autobiografía), De repente en lo profundo del bosque (una fábula terrible) o Versos de vida y muerte (novela) (prodigiosa síntesis entre lo real y lo ficticio), acaba de publicar Escenas de la vida rural.
Ocho relatos componen este libro, los siete primeros se desarrollan en Tel Ilán, pueblo israelí fundado hace cien años, y el último cuenta la decadencia y destrucción de un pueblo que bien pudiera ser el protagonista de los relatos anteriores. Los cuentos no tienen relación entre sí aunque se presten personajes y sucedan en un mismo territorio.
Los relatos están planteados como pinturas al natural y como cualquier pintura tiene unos límites que no pueden traspasar, de manera que lo que nos cuenta tiene que terminar en un punto, que las más de las veces nos deja con la incertidumbre de qué podrá ocurrir a partir de ese momento.
Sin embargo todos ellos tienen en común la inquietud que provocan en el lector, el desconcierto de ver algo de lo que no queremos ser testigos, el sabor amargo de lo irremediable.
Muy recomendable, tanto para los que ya hayan leido a Amos Oz como para los que aún no han disfrutado de uno de los mejores escritores vivos.
(Amos Oz, Escenas de la vida rural. Siruela)
Ocho relatos componen este libro, los siete primeros se desarrollan en Tel Ilán, pueblo israelí fundado hace cien años, y el último cuenta la decadencia y destrucción de un pueblo que bien pudiera ser el protagonista de los relatos anteriores. Los cuentos no tienen relación entre sí aunque se presten personajes y sucedan en un mismo territorio.
Los relatos están planteados como pinturas al natural y como cualquier pintura tiene unos límites que no pueden traspasar, de manera que lo que nos cuenta tiene que terminar en un punto, que las más de las veces nos deja con la incertidumbre de qué podrá ocurrir a partir de ese momento.
Sin embargo todos ellos tienen en común la inquietud que provocan en el lector, el desconcierto de ver algo de lo que no queremos ser testigos, el sabor amargo de lo irremediable.
Muy recomendable, tanto para los que ya hayan leido a Amos Oz como para los que aún no han disfrutado de uno de los mejores escritores vivos.
(Amos Oz, Escenas de la vida rural. Siruela)
lunes, 6 de septiembre de 2010
Una "R" con cardos
Esta letra capitular proviene de un libro francés del siglo XV. Todas están coloreadas en azul y rojo, alternativamente, y en el fondo aparecen distintas flores, en nuestro caso un cardo azul.
El Art Nouveau americano
Theodore B. Hapgood fue uno de los más destacados artístas gráficos que introdujo el Art Nouveau en América, diseñando carteles y Ex Libris. Éste que aparece a continuación lo realizó para su biblioteca. ¡Quién pudiera estar ante la vidriera y empuñar la pluma!
Malas Notas 5
Para Mª José.
En el mundo de Grossman (Vida y destino) todo es contradictorio. La naturaleza es bella y despiadada a la vez; las situaciones, dolorosas y esperanzadas; sus personajes siempre se debaten entre pensamientos elevados y acciones miserables; los protagonistas pretenden actos malévolos que, sin aparente lógica, devienen en actuaciones desprendidas. La grandeza de Grossman está en que, aunque no queramos reconocerlo, nos retrata como somos: dioses y demonios sin futuro posible.
La literatura pertenece al reino de lo que "bien pudo ser", enclavado en el territorio de los sueños y cuyos reyes son Doña Quizás y Don Posible.
Reniego de la literatura que, como la Biblia, necesita exegetas que nos la interprete.
En el mundo de Grossman (Vida y destino) todo es contradictorio. La naturaleza es bella y despiadada a la vez; las situaciones, dolorosas y esperanzadas; sus personajes siempre se debaten entre pensamientos elevados y acciones miserables; los protagonistas pretenden actos malévolos que, sin aparente lógica, devienen en actuaciones desprendidas. La grandeza de Grossman está en que, aunque no queramos reconocerlo, nos retrata como somos: dioses y demonios sin futuro posible.
La literatura pertenece al reino de lo que "bien pudo ser", enclavado en el territorio de los sueños y cuyos reyes son Doña Quizás y Don Posible.
Reniego de la literatura que, como la Biblia, necesita exegetas que nos la interprete.
Córdoba y los cordobeses en el refranero.
Un apartado en todos los refraneros son los refranes dedicados a las localidades y sus habitantes. Como es inmemorial, el miedo a lo ajeno, a lo extraño, a lo distinto, a lo diferente, en suma, al otro, es algo que no podemos superar. En los refranes, la mayoría de las veces, cuando se dice del pueblo vecino es para decir mal, para burlarse, como si con la burla se consiguiera el perdón y el reconocimiento propio, cuando deberíamos saber que fuera se dice lo mismo de nosotros.
Nuestra ciudad no podía ser ajena a esta tradición, y por el número y calidad de los insultos podríamos pensar en que también seríamos, por lo mismo, envidiados.
A quien Dios quiere mal, en Córdoba le dio un lugar.
Convite de cordobés: Vuestra merced ya habrá comido y no querrá comer.
Córdoba, cordobeses; aguas frías, mujeres calientes; caballos corredores, hombres traidores; los de caballo, mas no los peones.
Cordobés, falso y cortés.
El juego del Potro: mientras yo hurto a éste, hurta tú al otro.
Lo que dice el cordobés, entiéndelo al revés.
Más desgrasiao qu'er Postigo e San Rafaé, que tos se cagan en é.
Quien en Córdoba a de morar, ha de poder cavar y arar, cabalgar a la jineta y vivir a la falseta y oír, ver y callar.
Los cordobeses tienen la Verdad en el Campo- o en el Matadero-; la Salud, en el Cementerio; la Caridad, en el Potro, y el Punto en un Cuerno.
(El matadero está, efectivamente, en el barrio del Campo de la Verdad; el Cementerio de la ciudad lleva por nombre el de la Virgen de la Salud; el hospicio de la Caridad estaba en la plaza del Potro; y el Punto es un espacio dentro de la catedral donde se celebraban misas en punto y que tenía encima un colmillo de elefante al que llamaban el Cuerno.)
(Gabriel María Vergara Martín, Refranero geográfico español, Hernando).
Nuestra ciudad no podía ser ajena a esta tradición, y por el número y calidad de los insultos podríamos pensar en que también seríamos, por lo mismo, envidiados.
A quien Dios quiere mal, en Córdoba le dio un lugar.
Convite de cordobés: Vuestra merced ya habrá comido y no querrá comer.
Córdoba, cordobeses; aguas frías, mujeres calientes; caballos corredores, hombres traidores; los de caballo, mas no los peones.
Cordobés, falso y cortés.
El juego del Potro: mientras yo hurto a éste, hurta tú al otro.
Lo que dice el cordobés, entiéndelo al revés.
Más desgrasiao qu'er Postigo e San Rafaé, que tos se cagan en é.
Quien en Córdoba a de morar, ha de poder cavar y arar, cabalgar a la jineta y vivir a la falseta y oír, ver y callar.
Los cordobeses tienen la Verdad en el Campo- o en el Matadero-; la Salud, en el Cementerio; la Caridad, en el Potro, y el Punto en un Cuerno.
(El matadero está, efectivamente, en el barrio del Campo de la Verdad; el Cementerio de la ciudad lleva por nombre el de la Virgen de la Salud; el hospicio de la Caridad estaba en la plaza del Potro; y el Punto es un espacio dentro de la catedral donde se celebraban misas en punto y que tenía encima un colmillo de elefante al que llamaban el Cuerno.)
(Gabriel María Vergara Martín, Refranero geográfico español, Hernando).
domingo, 5 de septiembre de 2010
Los aforismos de Juan Ramón Jiménez.
Tanto poetas como pensadores necesitan de las imágenes para comunicarse con sus lectores, por ello no es extraño encontrar a los primeros debatiéndose entre el verso y la reflexión, mientras que los segundos nos sorprenden con imágenes que creíamos reservadas para el género poético.
El genio (¿o tendría que escribir jenio?) de Juan Ramón no tiene límites como podemos comprobar en este ramillete que entresaco de los 656 aforismos que escribió entre 1897 y 1954.
Lo entrevisto se ve mejor y dura más que lo visto.
Donde quiera que la jente se esté riendo, tened la seguridad de que allí hay algo que llorar.
Tengo un miedo tan grande a amar, que me complazco en buscar en toda mujer bella algún defecto, material o moral, que me la haga desdeñable.
Creo en la inspiración, pero me fío poco de ella.
A veces me hago el malo para que ellos no tengan tanto remordimiento.
Las canciones de los niños, aun cuando no las hayamos nunca oído, siempre nos parecen familiares, como si su letra y su ritmo nos vinieran de una niñez eterna, inconciente y sin sentido...
Actual; es decir, clásico; es decir, eterno.
"Dime con quien..." Ando solo. Dime quién soy.
Diera la mitad de mi obra por no haber escrito la otra mitad.
Aristocrático y popular nunca son términos contrarios y muchas veces son sinónimos.
(Juan Ramón Jiménez, Aforismos, La Veleta)
El genio (¿o tendría que escribir jenio?) de Juan Ramón no tiene límites como podemos comprobar en este ramillete que entresaco de los 656 aforismos que escribió entre 1897 y 1954.
Lo entrevisto se ve mejor y dura más que lo visto.
Donde quiera que la jente se esté riendo, tened la seguridad de que allí hay algo que llorar.
Tengo un miedo tan grande a amar, que me complazco en buscar en toda mujer bella algún defecto, material o moral, que me la haga desdeñable.
Creo en la inspiración, pero me fío poco de ella.
A veces me hago el malo para que ellos no tengan tanto remordimiento.
Las canciones de los niños, aun cuando no las hayamos nunca oído, siempre nos parecen familiares, como si su letra y su ritmo nos vinieran de una niñez eterna, inconciente y sin sentido...
Actual; es decir, clásico; es decir, eterno.
"Dime con quien..." Ando solo. Dime quién soy.
Diera la mitad de mi obra por no haber escrito la otra mitad.
Aristocrático y popular nunca son términos contrarios y muchas veces son sinónimos.
(Juan Ramón Jiménez, Aforismos, La Veleta)
J. S. Bach
Más de uno se habrá preguntado cómo puedo tardar más de un mes en recomendar algo de Bach. Como no tiene contestación ni perdón aquí va la Polonesa de la 2 Suite Orchestal. Prometo que no será la última vez que nos encontremos con el, según muchos, mayor compositor de la historia.
jueves, 2 de septiembre de 2010
Luis Sepúlveda, Chejov y el refrán castellano
En la entrada del día 23 de agosto comentaba la similitud entre un cuento de Chéjov y el refrán castellano que tratan del envío de una carta cuya dirección hace imposible su entrega.
Este motivo me ha vuelto a asaltar durante la lectura del libro de Luis Sepulveda Patagonia Express.
En el capítulo noveno de la tercera parte nos habla de Klaus Kucimavic (Carlitos Carpintero), supuesto físico que había descubierto con mucha antelación (1980) el agujero de la capa de ozono y del que había advertido por carta a varias universidades europeas. Comprobada por la Nasa sus afirmaciones una organización decide concederle el Premio Nobel Alternativo de Física. Sin embargo son inútiles los intentos de localización porque en las cartas que había enviado sólo aparecía como remite Provincia del Chubut, Argentina.
Hay que saber que esta provincia tiene más de 220.000 Km2 y 537.000 habitantes.
Si en la entrada anterior hablábamos de la burla, en el caso del refrán, y la inocencia, en el cuento de Chéjov, como desencadenantes del motivo de la carta sin dirección; en el caso de Sepúlveda no sólo cambia de destinatario a remitente el sujeto de la omisión sino que podemos hablar de que lo que nos sugiere esta variación es la astucia del físico para no ser localizado.
(Luis Sepúlveda, Patagonia Express, Tusquets)
Este motivo me ha vuelto a asaltar durante la lectura del libro de Luis Sepulveda Patagonia Express.
En el capítulo noveno de la tercera parte nos habla de Klaus Kucimavic (Carlitos Carpintero), supuesto físico que había descubierto con mucha antelación (1980) el agujero de la capa de ozono y del que había advertido por carta a varias universidades europeas. Comprobada por la Nasa sus afirmaciones una organización decide concederle el Premio Nobel Alternativo de Física. Sin embargo son inútiles los intentos de localización porque en las cartas que había enviado sólo aparecía como remite Provincia del Chubut, Argentina.
Hay que saber que esta provincia tiene más de 220.000 Km2 y 537.000 habitantes.
Si en la entrada anterior hablábamos de la burla, en el caso del refrán, y la inocencia, en el cuento de Chéjov, como desencadenantes del motivo de la carta sin dirección; en el caso de Sepúlveda no sólo cambia de destinatario a remitente el sujeto de la omisión sino que podemos hablar de que lo que nos sugiere esta variación es la astucia del físico para no ser localizado.
(Luis Sepúlveda, Patagonia Express, Tusquets)
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