No conozco ningún idioma a parte del nuestro pero me parece fácil reconocer cuándo una traducción es buena. Marina Bornas Montaña nos ofrece en castellano Zipper y su padre una novela de Joseph Roth de 1928. Desde la primera página nos dejamos llevar (a veces mecer) por unas frases que no sólo cuentan una historia sino que las vamos degustando como si un plato delicioso y delicado tuviéramos entre manos. Como es común en Roth nos enfrentamos a la historia de una familia que como la sociedad en la que vive se va descomponiendo poco a poco. No hay sucesos desencadenantes, el propio suceder nos enseña que los años van minando el futuro y que el pasado sólo fue un espejismo bienintencionado. El mismo autor es el cronista de la vida de Arnold Zipper y, necesariamente, de la de su padre. No se podrían entender la una sin la otra, las dos generaciones están unidas en la fatalidad, no tienen porvenir y la decadencia se instala como un huésped familiar que actúa lenta e irremediablemente. La vida tiene un recorrido sobre el que no es posible intervenir y las buenas intenciones devienen en fracaso, pero es un fracaso que no provoca lamentos ni arrebatos, sólo un dejarse llevar sin ofrecer demasiada resistencia. Zipper y su padre es una deliciosa novela que se lee con el placer del que reconoce lo bien escrito, el encadenamiento perfecto de las frases, la sucesión correcta de los capítulos y la sorprendente capacidad para crear imágenes. Y todo se lo tenemos que agradecer a quien nos facilita su lectura, trasladando palabra por palabra de un idioma a otro la creación de uno de los más grandes escritores del siglo XX.
(Joseph Roth, Zipper y su padre, traducción de Marina Bornas Montaña, Barcelona, El Acantilado, 2011)
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