domingo, 7 de julio de 2013

Bailemos un fox-trot

La música rusa ha brillado con luz propia dentro de la música clásica. Dentro del periodo soviético posiblemente no haya otro compositor tan relacionado con la nueva sociedad como Dimitri Shostakovitch (1906-1975). Su relación con el régimen sufrió tanto altibajos como una montaña rusa. Tan admirado, llegó a recibir tres premios Stalin, como censurado, tuvo que retirar varias obras, Shostakovitch pasa del elogio a al reproche en más de una ocasión. Nunca sabremos si sus sentimientos eran de adhesión sincera o pose bien estudiada, como tampoco sabremos cómo entendía esos cambios de humor de sus dirigentes. Sí sabemos que se interesó desde joven por una nueva música, el jazz. En 1934 participa en un concurso de jazz en Leningrado componiendo su Suite de jazz nº 1 en tres movimientos. El tercero de ellos lleva por título foxtrot, nombre de un baile de origen norteamericano del que surgiría posteriormente el charleston. La pieza es de una gran brillantez orquestal, reservando para varios instrumentos tiempos en que, como si fueran improvisaciones, lucieran sus sonoridades. Destaca la incorporación de la guitarra con cuerdas metálicas en uno de estos momentos. La versión que hemos seleccionado es de la Orquesta Joven de Roma dirigida por Vincenzo Di Benedetto. Disfruten como vemos disfrutar a sus jóvenes músicos.


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