Cuando una mente se rompe su imagen del mundo se quiebra, y los demás no podemos siquiera imaginar cómo es lo nuevo que ve.
¿Para qué levantáis los muros si al fin, el tiempo o los hombres los derribarán y entonces sólo serán testimonio de vuestras vergüenzas?
Las torres de las iglesias y mezquitas no apuntan al cielo invocando a Dios, sino señalando al culpable de nuestro abandono.
Una fotografía no sólo tiene que mostrarnos el instante, debe interesarnos por el pasado e invitarnos al futuro.
La palabra y el cuerpo son formas de comunicación que no siendo, necesariamente, incompatibles si son, normalmente, contrapuestas. El cuerpo desprecia la palabra por prescindible, mientras que la palabra sabe que tiene que ocultar una carencia.
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