Ignacio Martínez de Pisón (1960) vuelve a la novela tras la publicación del libro de cuentos Aeropuerto de Funchal. El día de mañana nos cuenta la historia de Justo Gil, un emigrante llegado a Barcelona junto a su madre enferma, que por los imponderables de la vida termina de confidente de la policía franquista. Trece personajes que de alguna manera se han cruzado en su vida nos presentan los recuerdos y los sinsabores de su relación con el delator. Como en su anterior novela, Dientes de leche, Martínez de Pisón está más interesado en que entendamos a los personajes que en que los juzguemos. A diferencias de otros autores que no pueden reprimir ese desprecio al lector dejando bien claro desde el principio quien es el bueno y quien el malo, Martínez de Pisón nos muestra a los personajes como son, contradictorios, indecisos, influenciables por los acontecimientos, atrevidos y cobardes, héroes y villanos a la vez. Es un autor que disfruta creando tipos y que quiere a sus personajes como su fueran las personas con las que se relaciona a diario. Otro acierto es el ritmo de las frases, siempre intentando reproducir el lenguaje oral, la comunicación directa, sin artificios literarios porque nadie habla ni cuenta su vida para ganar un premio literario. Lo que no quiere decir que no nos encontremos ante una obra literaria, todo lo contrario, es un estupendo ejemplo de escritura de altos vuelos, mesurada en su sintaxis, bien estructurada, con un ritmo perfecto en la sucesión de acontecimientos y un desenlace que unifica y da sentido a esa superposición de narradores.
Hacía tiempo que no lamentaba la falta de tiempo y el cúmulo de obligaciones que me han impedido disfrutar de la lectura ininterrumpida de la novela, pero no importa, de esa manera han sido dos días de verdadero placer lector. Espero que lo disfrutéis tanto como yo.
(Ignacio Martínez de Pisón, El día de mañana, Seix Barral, 2011)
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