lunes, 9 de enero de 2012

Ex-libris para un encuadernador

¿Quién puede tener más derecho a disfrutar de un ex-libris que aquel que se gana la vida entre libros? Otakar Stafl creó, si son ciertas mis informaciones, en 1914 solo seis ex-libris. Uno de ellos para la biblioteca de V. Kwasniak. Desconozco quien podría haber sido este personaje, sin duda checo, pero por el motivo que está representado es muy posible que nos encontremos ante un encuadernador que enamorado de su trabajo decidió un día quedarse con sus mejores obras inventando mil excusas ante sus clientes para no deshacerse de las bellas encuadernaciones que lograba. Solo necesitaba un sello de propiedad y éste se lo facilitó nuestro amigo Stafl. Desde entonces su negocio vino a menos pero su vida ganó más.




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