domingo, 14 de abril de 2013

A vueltas con la literatura judía

Yoram Kaniuk es un escritor judío que escribe en hebreo. Conocido por sus manifestaciones en contra de muchas de las actuaciones de su gobierno, ha tenido el atrevimiento de escribir un libro, 1948, que más de un israelí habrá repudiado. Cuenta su participación, con sólo diecisiete años y medio, en la guerra de la Independencia de Israel. Durante cinco meses intervino en los enfrentamientos como miembro del Palmaj, ejercito o milicia que se destacó en la guerra, formado en su mayoría por jóvenes que crearon sin proponérselo un estado y cuya única recompensa fue la muerte y el olvido. A sus más de ochenta años Kaniuk revive aquel tiempo, quiere liberarse de él ahora que está cerca de la muerte, sin miedo y sin concesiones. Como un ejercicio de memoria, que reconoce imperfecta, nos hace acompañarle por las batallas, los francotiradores, las conquistas, los fracasos y la muerte. Nos enseña la estupidez de la guerra,  la falta de moralidad, la crueldad y el sinsentido, el daño gratuito y el dolor irreparable. Por sus páginas circulan una gran variedad de personajes, sobre todo judíos, que nos muestran la diversidad de reacciones ante un mismo hecho. Su prosa se hace a veces vacilante, imprecisa, como el que tiene que rebuscar en lo que no desea y teme encontrar lo que no buscaba. La llegada del primo de su padre, la muerte del árabe al que intenta proteger, el disco alemán de Bach, la cuna del hotel, el disparo sobre el niño palestino o el reencuentro con Ezequiel son momentos inolvidables sean o no sean totalmente ciertos, porque como reconoce: "¿Qué es un recuerdo? Un recuerdo es lo que yo escribo que es un recuerdo". 1948 es un libro imprescindible para entender mucho de lo que está ocurriendo a nuestro alrededor.


(Yoram Kaniuk, 1948, traducción de Raquel García Lozano, Libros del Asteroide, Barcelona, 2012)

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