Tres malas notas sobre los libros.
El amante de los libros, como el buen padre, debe prever el futuro de sus hijos cuando muera.
A pesar de mi pasión por los libros, nunca seré un bibliofilo, siempre preferiré la pintura al marco.
Hay libros a los que perdonamos cualquiera de sus muchos errores; a otros, sin embargo, no los salvan ni sus miles de aciertos.
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