Conocer a un nuevo escritor, en este caso escritora, es como enamorarse. Tenemos la necesidad de saber todo de ella. ¿Qué ha escrito? ¿Dónde publica? ¿Qué dicen las críticas? ¿Qué autores le gustan? ¿Qué se sabe de su vida?
Alice Munro publicó en 2006 (se tradujo al castellano en el 2008, lo compré en el 2009 y lo acabo de leer) La vista desde Castle Rock; doce capítulos que bien pueden funcionar como doce cuentos donde nos cuenta la azarosa vida de su familia y la suya propia. Es tal la sinceridad y calidad de su escritura que acabas sintiéndote un familiar lejano que te sientes orgulloso de tener trato, aunque sea lejano, con la escritora. Tiene tantas cosas que contarnos, que mostarnos, que en ningún momento tienes la sensación de estar leyendo literatura, te encuentras ante una persona que se te antoja maravillosa por la manera narrar, de explicar y analizar su vida.
Con razón hablan de la influencia de Chéjov, el gusto por el detalle cotidiano, las preocupaciones de los personajes tan familiares, la naturalidad de la narración, nos recuerda al escritor ruso. En nuetro caso cabría hablar también del acierto a la hora de escoger las doce historias y como entre ellas forma obra sin fisuras. Nos podría gustar saber más espisodios de su vida pero nos basta con lo leido para admirarla. ¿Se puede pedir más?
(Alice Munro, La vista desde Castle Rock, RBA).
No hay comentarios:
Publicar un comentario