sábado, 19 de enero de 2013

Una R tosca

Ya he comentado mi gusto por los grabados de madera. Esta R es sin duda uno de ellos. La madera ha sido un ser vivo y como tal impredecible. Lo que fueran sus anillos de crecimiento pueden ser cortados paralela o perpendicularmente produciendo un corte más o menos limpio. Las gubias y buriles, perfectamente afilados, atacan la madera, socavan su superficie y dibujan los motivos. No olvidemos que vamos a esculpir lo que no se va a ver, que trabajamos para lo blanco y no tocamos lo que la tinta nos presentará. No todas la maderas son iguales y las líneas si son muy finas se pueden quebrar, por tanto trabajamos con cuidado pero sabiendo que la imperfección estará presente y que una lupa mostrará nuestro desacierto. Frente al grabado en metal las madera siempre nos habla de su artesano, de un ser que no llegó a ser artista pero nos hace disfrutar tanto o más por su desinteresada dedicación. Un hurra por lo bellamente tosco.



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