De todos es conocido que la mayoría de los refranes de América Latina provienen del refranero castellano. Sin embargo, y los que vamos a ver a continuación es una prueba, durante los siglos que siguieron a su llegada, estos refranes se acomodaron a la realidad americana transformándose y adquiriendo una forma particular. No pierden nada de su humor, pero sus ocurrencias nos llegan renovadas.
Al mal cantor hasta los bigotes le molestan.
Al que madruga Dios lo mira sorprendido.
Al que se cría con lienzo la seda le hace cosquillas.
¡Algo es algo...! decía el diablo. (Y se llevaba un cura al hombro).
Andando bien con Dios, los santos son inquilinos.
Arre, arre borrico, el que nació para pobre nunca ha de ser rico.
Arrieros somos y en la huella andamos.
¡Ay Jesús, María y José!, yo cuándo me casaré.
Cuando el corral es chico, hasta los gringos enlazan.
Cuando uno anda a la mala, hasta los perros lo mean.
Dios los cría y el viento los amontona.
El que no nació pa'l cielo, de balde mire pa' arriba.
Los curas piden pa' Dios, pero no dan ni pa' Cristo.
Más vale un dichoso en burro que un infeliz a caballo.
Pa' semejante candil más vale quedarse a oscuras.
Siete días trae la semana y lo que no se hace hoy se hace mañana.
(Pérez Bugallo, Speranza y Pagliaro, Refranero tradicional argentino, Ediciones del Sol, Buenos Aires, 2004).
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