martes, 7 de diciembre de 2010

Algunos cachivaches de Benedetti

En 2008 Mario Benedetti publicó en España (Alfaguara) su libro Vivir adrede. La última parte lleva por título "Cachivaches" y recoge ochenta y tres notas que de alguna manera están emparentadas con el género aforístico. Más que pensamientos son ocurrencias y juegos del lenguaje. Me permito incluirlos entre los clásicos aunque sé que a muchos les parecerá desproporcionado.

Cuando tenemos sueño, los bostezos salen a pedir de boca.

Lo consuetudinario es la forma más larga de la costumbre.

Lo contrario del aire es el desaire.

Las estrellas errantes no tienen brújula.

Si pasa una ambulancia sonando su sirena, a uno le duele el marcapasos.

Cuando los sobrevivientes de mi generación nos encontramos somos una enfermería.

En los perdones, siempre hay una pizca de hipocrecía.

A la gente demasiado desenvuelta, de vez en cuando conviene envolverla.

Las ubres de las señoras se llaman tetas.

La vocación suele estar a pocos centímetros de la equivocación.


(Mario Benedetti, Vivir adrede, Madrid, Alfaguara, 2008).

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