Después de haber anunciado que no volvería a publicar, la escritora canadiense Alice Munro nos vuelve a regalar un libro de cuentos: Demasiada felicidad. Nueve cuentos y un relato largo que a pocos lectores pueden dejar indiferentes. Con Munro cada vez que nos introducimos en uno de sus cuentos creemos que somos espectadores de una realidad de la que podríamos formar parte. Sin embargo conforme seguimos el desarrollo de la acción descubrimos que debajo de esa realidad se oculta otra mucho más inquietante y debastadora. Vemos que la mirada de Munro nos supera, descubre lo que quiere permanecer oculto y cuando nos lo ofrece no podemos más que agradecérselo. La muerte, el asesinato, la obsesión, el dolor, el remordimiento aparecen donde menos nos podíamos esperar y lo celebramos como un milagro -el milagro de la creación- del que afortunadamente somos testigos.
Casi al final del último relato, sobre la vida de la matemática rusa Sofía Kovalevski, y cuando la protagonista, después de una intensa vida, está apunto de morir creen escuchar sus últimas palabras: "Demasiada felicidad". Sólo este inesperado desenlace bastaría para certificar que nos encontramos ante una escritora prodigiosa.
(Alice Munro, Demasiada felicidad, Lumen, 2010)
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